Trascendió que el empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de Elektra y TV Azteca tuvo que pagar una fianza de alrededor de 500 millones de pesos para evitar ser arrestado por una deuda con la telefónica AT&T.

Ni duda cabe, don Ricardo, cuando se trata de no pagar agarra parejo. No le servirá de consuelo al Servicio de Administración Tributaria de México, pero sí será útil a las autoridades hacendarias entender que así es él, que no cambiará y que, por lo tanto, tendrán que esperar a decisiones judiciales duras para que este folclórico hombre de negocios baile el chachachá, se tome su chocolate y pague lo que debe.

No es un tema menor que Salinas Pliego haya sido amenazado por un juez de Nueva York, quien le dijo, o le mandó decir, que la prisión Rikers “no es un lugar agradable”. Asustado, nuestro prócer de la libre empresa de inmediato soltó 25 millones de dólares, más o menos 500 millones de pesos, para evitar en el cortísimo plazo convertirse en huésped distinguido de tan espantoso penal.

En las cosas de la judicatura estadounidense, solo la judicatura del vecino país del norte sabe cómo se procesan y en qué terminan. Como no se le desea el mal a nadie, con toda claridad expreso que ojalá don Ricardo no sea aprehendido en aquella nación y pueda así continuar con su campaña electoral en México sin contratiempos. Claro está, sería interantísimo si lo metieran en el tambo gringo por el debate jurídico electoral que en nuestro territorio haría las delicias de chicos y grandes.

La buena noticia para él es que, según distintos juristas consultados, un arresto por desacato en aquella nación no le quitaría sus derechos políticos en México. Así que, con buenos abogados electorales podría hasta registrar una candidatura, por lo pronto en 2027 a diputado federal, inclusive estando detenido en la penitenciaría de Rikers.

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Solo se le quitaría el derecho de ser candidato en 2027 y, particularmente, en 2030 si el arresto por desacato se considerara una prueba de que él no tiene un modo honesto de vivir. Personalmente, le sugiero a Salinas Pliego que no se desanime si los gringos lo detienen. Argumentos tendrá para defender su candidatura en las próximas elecciones federales. Ya en el 2030, aunque haya pisado una cárcel estadounidense, podrá ser candidato a la presidencia, siempre y cuando no dure tanto tiempo en el reclusorio que pierda el requisito de haber residido en nuestro país un año antes de las elecciones, tal como lo establece el artículo 82 constitucional.

En fin, dejo aquí argumentos jurídicos que me parecen interesantes con el único propósito de que sean analizados en el que debe ser un gigantesco departamento legal del Grupo Salinas.