Hay que tomar a la radiografía tal y como es e interpretarla en su justa dimensión

Los viajes de turismo académico, que consisten en realizar uno o varios tours por las escuelas secundarias o primarias de otros países para observar cómo trabajan las y los docentes, ahora no se realizarán a Finlandia, considerada la nación paraíso de la educación pública durante los últimos 20 años, ello debido a las altas puntuaciones que obtienen sus estudiantes en la resolución de problemas de matemáticas, comprensión lectora y ciencias naturales y tecnologías, en el esquema aplicado por el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) de la OCDE.

La nueva ruta de las empresas comercializadoras de actualización dirigida a docentes y directivos escolares en el mundo se orientará hacia Singapur o a Estonia, que son los países que dieron puntuaciones altas, según el ranking mundial más reciente (2022). Los viajes incluirán visitas guiadas y traducción simultánea.

En una primera plana de un periódico europeo se lee lo siguiente, de manera por demás exagerada: “La mejor educación está en Singapur”.

¿De veras? Qué manera de simplificar un fenómeno social como lo es la formación integral y la escolarización de niñas, niños y jóvenes; qué forma de exponer públicamente el extravío de un medio informativo al manejar con irresponsabilidad y sin matices el reporte 2022 de PISA.

BBC News Mundo, del 5 diciembre, 2023, señala: “La educación de Singapur recuperó su lugar como la mejor del mundo y lo hizo con contundencia... Los estudiantes de la pequeña ciudad-estado asiática obtuvieron los mejores resultados en las pruebas PISA, que cada tres años realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con el propósito de medir las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias.”

“Las mediciones de los colegiales de Singapur fueron muy superiores a las de sus más cercanos competidores: los estudiantes japoneses. En el caso de matemáticas la brecha entre el primer y segundo lugar fue de 39 puntos, se lee en el reporte publicado este martes” 5 de diciembre.

“Otros países que consiguieron buenas puntuaciones entre los 81 estados y regiones evaluadas fueron el enclave chino de Macao, Taiwán, Japón, Corea del Sur y Estonia. Todos ellos se ubicaron entre los diez primeros en cada una de las tres categorías principales.”

Pero en esta lista no figura Finlandia, puntero de anteriores ediciones de la prueba estandarizada. ¿Qué pasó? ¿En tres años se puede colocar a todo un país a la baja y como el que ya no posee “la mejor educación del mundo”?

Finlandia, que en las anteriores ediciones de PISA aparecía como el modelo educativo líder en Europa, experimentó un serio descalabro, que en el reporte se atribuye al aumento en el número de estudiantes de origen inmigrante, lo cual valdría la pena analizar con más detalle, pero ello no significa que el sistema educativo público finlandés sea hoy “peor” que hace una década.

España, por su parte, obtuvo su peor resultado en matemáticas desde que la prueba educativa empezó a publicarse en el 2000. Los estudiantes españoles perdieron 8 puntos en esta asignatura y tres en comprensión lectora respecto a lo conseguido en 2018. Sin embargo, subieron dos puntos en ciencias. ¿Este cuadro de resultados es fundamento suficiente para descalificar o no a los complejos procesos que se viven en el sistema educativo del país ibérico?

¿Se puede llegar a conclusiones tan genéricas sin reconocer el impacto que tuvo el problema de salud pública, por Covid, vivido durante 2020 y 2021? No, claro que no, pues el mismo reporte de PISA lo toma en cuenta.

Por otra parte, ninguno de los 13 países latinoamericanos donde fueron evaluados estudiantes, a partir de una muestra representativa, superó el promedio de la OCDE, según los datos de PISA.

“Chile volvió a figurar como el país mejor evaluado de América Latina, al ubicarse en el puesto 37 entre los 81 examinados. Uruguay, en el lugar 52 del ranking, es el segundo de la región, mientras que México, que terminó en el puesto 56, está en el tercero”, aseveró BBC News Mundo.

Pero, ¿de qué sirve publicar ese “rankeo” o lista de posiciones entre países cuando lo más importante no es el lugar que se ocupa ahí? No se trata de una lista de posiciones de selecciones del futbol, como la que publica periódicamente el área de Estadística de la FIFA, ni es la lista de lugares alcanzados por las representantes de los diferentes países en un concurso mundial de belleza. El fenómeno del rezago en aprendizajes en la escuela pública es más complejo que eso.

Para seguir con el análisis crítico, a través de preguntas, me planteo: ¿Hay algún estudio o proyecto de investigación donde se pregunte a las y los jóvenes cómo perciben los resultados de PISA? ¿Cómo se sienten al leer o escuchar los comentarios donde se les cuestiona, en medios y RRSS, a partir de esos resultados? En medios de comunicación tradicionales y digitalizados, entiendo que se ha cuestionado, por los resultados de PISA, al sistema educativo, a la escuela pública (y privada, en parte), a las y los docentes (de manera injustificada y poco argumentada), pero implícitamente se ha cuestionado a las y los jóvenes por “no saber contestar” correctamente a los reactivos de una prueba estandarizada.

Lo que conviene preguntarnos es: ¿Qué tipo de retroalimentaciones se pueden procesar y qué tipo de lecciones se pueden recuperar para reorientar o no las políticas públicas educativas y cómo transformar a nuestros sistemas educativos? Esto, en términos de la formación integral de sus niñas, niños y jóvenes que transitan por la escuela pública básica, y con el consenso de las maestras y los maestros. Sin embargo, ello no se podrá realizar si no hay capacidad en nuestras instituciones educativas de establecer un marco de análisis más profundo y un mayor equilibrio en las contextualizaciones que se requiere hacer ante estos resultados, tanto de las pruebas internacionales como de las nacionales y locales.

Hace unos días propuse lo siguiente en redes sociales digitales, con la idea de buscar otras estrategias u otras fuentes de información para diagnosticar la situación en que se encuentra la educación pública en México: Después de cientos de miles de aplicaciones, a través de pruebas estandarizadas, el Centro Nacional de Evaluación de la Educación Superior, A.C. (CENEVAL) tiene datos acumulados sobre los niveles de logro académico de las y los jóvenes que quieren ingresar a instituciones de educación superior. Sería interesante que entregara, por ejemplo, un informe de la última década.

A reserva de que los resultados de PISA se conviertan en recomendaciones turísticas de la agencia económica (OCDE) más importante del mundo, lo más sensato que se puede decir acerca de esa información es que sólo son indicadores genéricos; no son otra cosa más allá de representar “fotografías generales” sobre la situación prevaleciente de los sistemas educativos públicos de diferentes países del mundo.

Hay que tomar a la radiografía tal y como es e interpretarla en su justa dimensión. No tiene ningún sentido tomarla y tirarla al bote de la basura, dicho esto en términos de análisis de las políticas públicas.

Para otros, no obstante, los resultados representarán sólo orientaciones para realizar sus próximos paseos académicos, que seguramente no serán hacia Finlandia, sino ahora tal vez serán hacia Singapur o a Estonia.

jcmqro3@yahoo.com

Juan Carlos Miranda Arroyo: @jcma23