Cuánta razón tuvo Albert Einstein cuando dijo: “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”. Estimados lectores, hoy quiero compartir con ustedes un hecho que me parece vergonzoso.
Hace más de 10 años, en 2014 y bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, se creó un fidecomiso dentro de la Base de Mantenimiento “Mexicana MRO”, con una finalidad que en principio era loable y necesaria: “ayudar” a los trabajadores de Nuevo Grupo Aeronáutico (NGA), mejor conocida como Mexicana de Aviación.
Esta estrategia jurídica y financiera nació para que tanto Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), como Banorte, en su carácter de acreedores, “negociaran” las deudas que NGA tenía con ellos. En lugar de exigir el pago, con ese dinero se abrió un fideicomiso ligado a la base de mantenimiento (MRO) en favor de los trabajadores de Mexicana, que ya llevaba cuatro años sin operaciones.
Por decirlo llanamente, el MRO serviría para “fondear” el fideicomiso y, si pasados 10 años, no se resolvía el juicio de Mexicana, entonces se vendería la base de mantenimiento y posteriormente se haría la dispersión de los recursos económicos entre los trabajadores.
No se necesita ser un experto financiero para saber que antes de vender algo es necesario saber cuánto vale. ¡Pues nada!, se tuvieron 10 años completitos para “realizar el avalúo” y no se hizo. Hace 18 meses se pidió una prórroga para poder hacerlo, ¿y qué creen?, aún no se hace y como dijo Don Teofilito: “¡y ni lo harán!”.
No es casualidad ni un caso fortuito. Lamentablemente, el MRO es administrado con mucha opacidad. Aunque legalmente los sindicatos tienen acceso a toda la información, por acciones y omisiones de las personas responsables, dicha información no llega a los trabajadores.
Tal es el caso de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA), quien desde hace más de una década delegó la responsabilidad de atender lo relacionado al MRO, no en un miembro del sindicato, sino en el abogado mercantilista Ricardo Mungarro. Él, junto con el resto de integrantes del “Consejo de Administración del MRO” han estado pegados a la ubre de la base de mantenimiento, pues en ella encontraron una mina de oro y, por supuesto, no quieren soltarla.
Entre ellos se informan, entre ellos se aceptan sus informes, entre ellos hacen cuentas y entre ellos se fiscalizan. Solo ellos saben los números reales, porque en las contadas ocasiones que los trabajadores han logrado que los sindicatos los llamen a rendir cuentas, siempre escuchamos la misma canción: “es un tema complejo y que ha sido muy difícil llevar las riendas del MRO”. Se comprometen a informar y a hacer públicos los documentos, pero en los hechos nunca pasa nada.
En ese contexto, quiero compartir con ustedes una noticia que, sin eufemismos, me parece preocupante. La Secretaria General de ASSA, Ada Hermelinda Salazar Loza dio una entrevista al medio especializado A21, por lo que pregunto ¿cuándo convocó a Asamblea?, ¿cuándo la celebró?, y ¿en qué acta consta que los trabajadores tomamos el acuerdo de solicitar una nueva prórroga? Porque aunque sea la secretaria General, ella no se manda sola ni puede tomar ese tipo de decisiones de manera unilateral.
No hablaré de los procesos internos que tengan las otras asociaciones (ASPA, SNTTTASS y Asociación de Trabajadores de Confianza), pero por lo menos en ASSA nos debieron convocar a los sobrecargos, de Mexicana y de Click, a una asamblea para preguntarnos si queremos o no una segunda prórroga, y por cuánto tiempo más.
Porque como lo señalé, en 2014 nació el fideicomiso y dieron un plazo de 10 años, que se cumplió el 4 de abril de 2024, y en asamblea se acordó solicitar una prórroga por un año y medio más para poder hacer el avalúo, y diera tiempo de hacer todas las gestiones necesarias para la posterior venta del MRO y ¿qué pasó?, nunca se hizo el avalúo, y las gestiones para venderlo se redujeron a decir “estamos en pláticas”, así, sin minutas ni pruebas… ni una mugrosa foto.
Ahora sale Ada Salazar a decir que ya pidieron los sindicatos una prórroga de dos años más. ¡Vaya que se necesitan agallas para hacer esa afirmación!, no porque sea valiente, sino porque no cualquiera se atrevería a reconocer ese grado de estulticia, y decir que está al frente de una asociación sindical. ¿A quién le preguntaron?, ¿qué asamblea le autorizó? y, lo peor, ¿quién le dijo que puede hablar en nombre de los otros sindicatos?, ¿alguien la nombró vocera oficial?
Cito textual la parte de la entrevista que A21 le hace a Salazar:
“En entrevista con A21, la secretaria general de ASSA, Ada Salazar, detalló que el límite para comercializar el MRO es este próximo 4 de octubre, por lo que es necesario extenderlo, de lo contrario los trabajadores se quedarían sin este potencial beneficio económico. Y es que, si se llega el cumplimiento de la fecha sin que se venda este Centro, los exempleados de la aerolínea perderían la dispersión de recursos", comentó.
La directiva recordó que el Fideicomiso Mexicana MRO 2100 se encuentra conformado por los diversos sindicatos de trabajadores, sobrecargos, pilotos, empleados de tierra y confianza, además de instancias gubernamentales como Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y Banorte.
En este sentido “los representantes de los organismos sindicales ya hicimos una solicitud formal a las áreas de gobierno de prórroga de dos años”, reveló Ada Salazar.
“Estamos a la espera de si las autoridades van a autorizar este plazo o sería un tiempo mejor”, agregó.
El primer paso de la ignorancia es presumir de saber, y Ada Salazar lleva un buen trecho caminando ese sendero. Ni el gremio de sobrecargos de Mexicana ni el del Click hemos aceptado una nueva prórroga; la abulia de ASSA por nuestra causa es evidente, pues ni siquiera ha movido un dedo para que se realice el avalúo; ¿por qué no lo han hecho después de 11 años y medio?, ¿creen que en dos años sí puedan hacer su trabajo?, ¿cuánto tiempo más debemos esperar?
Eso sí, Salazar aclara que los sindicatos estarán al pendiente de la respuesta de las autoridades, si les aceptan la prórroga y el tiempo, dos años más. Para mí es más que evidente que no pretenden hacer absolutamente nada, para que solo unos cuantos sigan recibiendo las “mieles” que genera la base de mantenimiento.
Desde aquí hago un doble llamado; primero a la sociedad en general, en el sentido de que no crean que el conflicto de Mexicana de Aviación se terminó: los trabajadores de la antigua aerolínea seguimos esperando que se nos haga justicia, y nos entreguen, aunque sea un poco de lo mucho que nos deben.
La segunda parte es para mis compañeros: ¿hasta cuándo vamos a seguir permitiendo la ineficacia de nuestra representación sindical a cargo de Ada Salazar? ¡Ah, pero eso sí!, llegó octubre y con ello las elecciones en ASSA; no duden que los buscarán para que vayan al sindicato a votar por sus candidatos, que es para lo único que le importamos a ASSA de México.