“Algo se muere en el alma
 cuando un amigo se va

Cuando un amigo se va 
algo se muere en el alma…

Cuando un amigo se va
, va dejando una huella
 que no se puede borrar 
y va dejando una huella
 que no se puede borrar

Un pañuelo de silencio
 a la hora de partir

A la hora de partir
 un pañuelo de silencio…

A la hora de partir 
porque hay palabras que hieren
 y no se deben decir
 porque hay palabras que hieren
 y no se deben decir

No te vayas todavía, 
no te vayas por favor,
 no te vayas todavía
 que hasta la guitarra mía 
llora cuando dice adiós”.

Los Del Río; ‘Sevillanas del adiós’

Una tragedia. Buscando un futuro solo han encontrado la muerte. 107 migrantes hacinados en la caja de un camión. Una curva en la cual volcó el tráiler por ir a exceso de velocidad teniendo como resultado 54 muertos y otros tantos heridos.

Las cifras de muerte continúan; en 2021 van 650 migrantes fallecidos en la frontera estadounidense tratando de pasar a EU. Si bien de 2014 a la fecha se reportan 5 mil 755 fallecidos (Organización Internacional para la Migración), se desconoce el número real de muertos en el camino de alcanzar una esperanza; la única que se tiene en muchos casos.

Pero de tantas veces no queda nada. El futuro se torna en un foso profundo para millones de migrantes quienes buscando un mejor mañana solo encuentran desolación y muerte.

El tamaño de la tragedia no se circunscribe a los fallecidos. Valga apuntar que de acuerdo al Portal de Datos Mundiales sobre la Migración, en este año se han contabilizado ¡280.6 millones de migrantes! Estados Unidos es el mayor receptor de ellos (más del 20 por ciento), seguido de Alemania con un 5 por ciento y Arabia Saudita con un 4 por ciento. Personas desplazadas por hambre, por guerras, por crisis económica, debido a los infiernos en los que viven.

La misma crisis migratoria que desborda a nuestro país: tan solo de enero a octubre de este año se han recibido 108,195 peticiones de asilo, el mayor registro en la historia (Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado). También este año el gobierno detuvo a 228,115 personas en situación irregular. Y, en un intento de frenar la migración, nuestro vecino país del norte deportó a más de 60 mil infantes en el 2020. ¡Sesenta mil!

La migración tiene diversas vertientes, las cuales pueden ser vistas como problemática, como fenómeno social, como oportunidad, como renacimiento o hasta como crisol de culturas. Pero, desafortunadamente, ante el calibre del éxodo mundial, hay mínimas —y muy acotadas— políticas/propuestas de éxito para enfrentar la misma.

El fenómeno migratorio azota de doble forma a México, tanto de los migrantes que entran, como los mismos mexicanos que expulsa el país. Y por cada historia de éxito más allá del Río Bravo, hay miles de tragedias. Estas solo siguen acumulándose.

Lo cierto es que la profunda crisis económica y política por la cual atraviesan algunos países centroamericanos tienen como resultado el expulsar a sus ciudadanos quienes no tienen posibilidad de continuar en su patria. En el caso de la tragedia chiapaneca ocurrida ayer, y que ya es noticia mundial por lo desgarradora y por sus implicaciones, muchos de los migrantes provenían de Guatemala y El Salvador.

Un camión se volcó en Chiapas, cercenando la vida de más de 54 personas. Lamento esas muertes y la situación de gravedad de las demás que sobrevivieron e iban a bordo de ese transporte.

La migración es una bomba de tiempo a punto de explotar a nivel mundial; lo sabemos. México no es exclusivo en esta situación, pero las redes de tráfico de migrantes sí lo hace uno de los países por donde mayor número cruzan hacia otras latitudes. Cierto, la pandemia ha contribuido enormemente a incrementar el número de personas en tan vulnerable condición.

Los migrantes, tan lejos de la mano de Dios y del hombre, en las garras de transportistas desalmados o viajando en las entrañas de “La Bestia”.

¿Qué hacer que sea realmente efectivo? El gobierno federal empuja su programa “Sembrando Vida” en una parte de Centroamérica. Es momento de que la autoridad informe diariamente sobre los resultados. Se aceptan propuestas adicionales; sensatas y bien estructuradas. Deben haber historias de éxito, aunque sean en aspectos muy específicos, que se puedan implementar en México. ¿Alguien más que tenga fórmulas de éxito probadas?

Hago votos para que esta tragedia que no debió ser —una más— marque una pauta, cimbre conciencias, nos haga actuar de manera sesuda, humana, pero sobre todo que ahora sí haga una diferencia.

Verónica Malo el Twitter: @maloguzmanvero