Prestar la voz
Hay momentos en que no hay deseos de una inmersión en el bolero, mas sucede que inadvertidamente ya está uno embebido en los raptos de las voces de ese género tan prolongado y en cierta manera vigente. Y aunque parezca no posible, siempre hay pequeños hallazgos. Así, esta semana descubrí dos cosas que desconocía y que para esto de las voces y el cine mexicano creo que cuando menos son de interés.
Descubrí la voz de Martha Zeller que muy pocos o casi nadie escucha hoy a pesar de ser una artista de cualidades vocales que llegó a tener reconocimiento nacional y aun internacional. Aunque había escuchado su nombre y quizá alguna pieza con ella, no había realmente registrado su voz ni su canto. Y descubrí algo más que es cuando menos curioso: ella le “presta” la voz a Leticia Palma, esa extraordinaria actriz, en dos películas; voz que siempre creí de Leticia.
Para comenzar, es mejor desahogar el asunto del préstamo vocal, una herramienta técnica que solía tener cierta frecuencia en el cine y el teatro (que algunos llaman “doblaje”, pero este caso propiamente no lo es). Cuando el actor o actriz protagónicos no cantan o lo hacen mal (o están enfermos), se usa la voz de alguien “tras bambalinas” que sí sabe hacerlo. El acto de Palma ejecutando la bella mímica para la cámara y Zeller grabando la voz, se realizó en dos películas.
Internet Movie Database (IMDb) enlista que Martha Zeller participó en cinco películas en el rol de cantante aunque en tres de ellas no se le dio el crédito técnico, incluyendo las de Palma como protagonista. Estos son los filmes:
Los hijos de nadie (1952; Carlos Vejar hijo, Dir.): Cantante.
Mujeres sin mañana (1951; Tito Davison, Dir.): Voz de Margot cantando (sin
acreditar).
Vagabunda (1950; Miguel Morayta, Dir.): Cantante.
Hipócrita (1949; Miguel Morayta, Dir.): Voz de Leticia cantando (sin
acreditar).
Una mujer con pasado (1949; Raphael J. Sevilla): Cantante (sin acreditar).
Las películas en cuestión son Hipócrita y Mujeres sin mañana (esta, con un elenco increíble: además de Leticia Palma, Manolo Fábregas, Carmen Montejo, Andrea Palma, Conchita Carracedo, Rebeca Iturbide, Irma Dorantes, Ramón Gay…), ambas protagonizadas por la maravillosa actriz tabasqueña. De la primera existen dos fragmentos cantando la canción del título del filme y “Soy feliz”. ¿Cómo saber si, más allá del crédito actual de IMDb, en efecto se trata de la voz de Zeller? Escuchando y comparando con suficiencia los registros fílmicos con las grabaciones de la cantante. Además, hay una tercera película en que Palma vuelve a “cantar”, pero la voz prestada ya no es de Zeller sino de Mary Paz Águila, que interpreta “Azul” de Agustín Lara en ¿Por qué peca la mujer? (1952; René Cardona, Dir.); y yo que siempre pensé que, además de extraordinaria actriz y bailadora, Palma cantaba.
A continuación los dos fragmentos de Leticia/Martha:
“Hipócrita”, de Carlos Crespo:
“Soy feliz”, de Juan Bruno Tarraza:
Martha: entre Toña y Carmela
Al hacer su cuidadoso registro auditivo y sensible, la voz de Zeller se manifestó como la de una mezzosoprano lírica, una que no está en los extremos: en el rango dramático o ligero sino en el medio, tiene cualidades de ambas voces. Por eso puede argumentarse que se ubica entre la voz oscura de contralto (aunque no dramática por temperamento) de Toña la Negra y la suave sensualidad vocal de Carmela Rey, cuya voz, estética y vida se han registrado en este espacio con anterioridad.
|“Oye”, de los Hermanos Martínez Gil, de los registros ya en disco|:
Martha Zeller (1918-2014) fue una conocedora, una sabedora del cantar del bolero que comenzó a interpretar donde nació, en Pachuca, Hidalgo. De ahí que se le haya llamado “El lucero de Pachuca”. Y al transitar a la Ciudad de México (la ambición de tantos en siglos), progresar y tener éxito en su propósito artístico, se le llegara a conocer como “La novia de la radio”. Bautizo que tiene que ver, sí, con su belleza física, pero sobre todo por la manera en que abrazó y fue abrazada por la radio en primer instancia, tanto en la XEW como en la XEQ. Lo anterior lo sintetiza su biografía en Wikipedia:
“Inició su carrera artística cuando viajó de Pachuca a Ciudad de México para participar en un concurso de aficionados de la XEW, el cual ganó con su interpretación del bolero «Perfidia». Se convirtió en artista exclusiva de la XEW, y después cantó en el famoso centro nocturno capitalino El Patio”.
|“Pregunta”|:
Ese momento crucial, el viaje de “El lucero de Pachuca” a “La novia de la radio”, la conquista de su ambición artística se percibe con claridad en la siguiente frase del comunicador Jorge Saldaña al presentarla como invitada en su programa Nostalgias en el avanzado 2005. Habla del escenario de la XEW y XEQ: “Había verdaderas cantantes. Era una delicia escuchar esas voces. [Por ejemplo], la voz de la cantante extraordinaria Martha Zeller, que hizo las noches de la delicia para nosotros en aquellos viejos programas que hoy forman parte de la nostalgia”.
|“Siempreviva”, de Alfredo Núñez de Borbón|:
Otros elementos biográficos:
“Grabó 35 discos sencillos, 3 discos de larga duración y 2 discos de doble duración. Hizo giras por Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Panamá y Brasil. También participó en películas mexicanas... El 31 de julio de 2013, el Instituto Veracruzano de la Cultura le rindió un homenaje en la Casa Museo Agustín Lara. En 16 de octubre de 2013, el Gobierno del Estado de Veracruz y el H. Ayuntamiento de Veracruz le otorgaron la Medalla Toña la Negra por «80 años de trayectoria artística y su aportación cultural a México y al mundo». En 11 de noviembre de 2013, la Fonoteca Nacional le rindió un homenaje en la Casa Museo Agustín Lara. Falleció el 6 de septiembre de 2014 en la ciudad de Veracruz”. (Wikipedia y Sitio digital, “Hasta que el cuerpo aguante”).
Y una nota del sitio República de Veracruz (terminó viviendo en el Puerto), del 29 de julio de 2013, agrega méritos:
“Martha Zeller tiene una amplia trayectoria en la industria del disco y la radio, ha participado programas de televisión mexicana, cine, teleseries, especiales y telenovelas, y compartido el escenario con figuras de talla internacional como Josephine Baker, Edith Piaff y el barítono americano Walter John, entre otros. Sus giras por Sudamérica fueron un éxito en radiodifusoras como la RHC Cadena Azul y Radio Caracas. En territorio mexicano triunfó en centros nocturnos como el Patio, El Ciro’s y La Torre Eiffel y en los estudios de la XEW”.
|“Consentida”, también de Alfredo Núñez de Borbón, aunque inusual y apropiadamente, ella canta “Consentido”|:
En una nota sobre el homenaje en la Fonoteca Nacional en 2013, se destaca que “Zeller cuenta con una amplia trayectoria y a pesar de no tener estudios en canto, grabó 35 discos, fue intérprete de compositores como Mario Ruiz Armengol, Gonzalo Curiel, Consuelito Velázquez, Luis Arcaráz y Alberto Dominguez,…” (Notimex; 09-11-13); y muy frecuentemente también de Alfredo Núñez de Borbón.
|“Terciopelo”, de Núñez de Borbón|:
En el blog “Cabeza de borrador”, de Pável Granados, este reproduce una entrevista con la cantante que aporta dos novedades (“Con Martha Zeller, bolerista de 1946”; 27-12-24): que su papá era alemán (lo cual es de suponerse) y una interesante anécdota con Fanny Anitúa sobre su voz:
“Fui la voz más grave de la radio, más grave que la voz de Toña la Negra. Un día, la gran cantante Fany Annitúa me habló por teléfono y me dijo:
–Oiga, Martita, si usted se pone a estudiar un poquito, sería la mejor contralto de México, porque su voz es muy grave.
–Sí, pero con la voz de contralto yo no voy a comer –le respondí”.
Es curioso que Anitúa haya querido darle clases, mismas que sí dio a Carmela Rey y negó a Toña la Negra. Y aquí disiento con Zeller y su propia percepción de su voz. Sin duda, la voz de Toña es infinitamente más profunda, más oscura y más brillante, de mayor rango y más potente que la suya; es fácilmente comprobable al comparar sus grabaciones.
Martha Zeller tuvo una vida prolongada y asimismo una trayectoria artística larga en que supo y pudo cantar casi hasta el final, como se aprecia en el programa disponible de Saldaña de 2005 a sus 87 años; lo cual habla del dominio de su voz a pesar de no haber tenido esos estudios formales de canto señalados por la Fonoteca Nacional. Y es que se construyó en la práctica y, sobre todo, aprendió de lo que he llamado el espíritu de época. Espíritu que la coloca, por citar solo dos ejemplos y como se dijo arriba, entre la gran voz de Toña la Negra y la bella y sutil manera de cantar de Carmela Rey. La voz de Martha Zeller es agradablemente lírica, estable en su vibrato y con cierta potencia que sabía manejar bien para los extremos emocionales del bolero. Aunque su canto sea básicamente controlado, sin arrebatos –podría decirse que acusa cierta frialdad–, y por momentos, casi como una descripción o narración más que una interpretación de los versos.
|“Por eso te perdono”, de Federico Baena, interpretada en una escena de la película Los hijos de nadie|:
|“Sólo me quedas tú”|:

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo