De acuerdo a la encuesta elaborada por MetricsMX, publicada por SDP Noticias, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Luis Donaldo Colosio encabezan la lista de las preferencias para las elecciones presidenciales de 2024.

Según ha trascendido, y también derivado de ejercicios especulativos, la polémica se centra hoy en quien recibirá el espaldarazo divino de AMLO. Algunos aseguran que Sheinbaum será la elegida pues ha mostrado una verdadera lealtad al presidente y al movimiento de la 4T. Es cierto. La Jefa de Gobierno se ha convertido, más allá de sus responsabilidades como la primera funcionaria del gobierno de la ciudad, en una leal seguidora del presidente y de sus ideas.

En adición, como hemos visto, Claudia se mantiene a la cabeza de las preferencias ciudadanas. Sus responsabilidades como gobernadora de la capital del país le han ofrecido una imagen pública local que ha ganado terreno nacional.

Sin embargo, y muy a pesar de la fortaleza política de Sheinbaum, el canciller Ebrard no está rezagado. Por el contrario, se mantiene ligeramente por detrás de ella por menos de 4 puntos. Ello permitirá al canciller ganar nuevos bríos y dirigir una campaña exitosa rumbo al 2024.

¿Cómo sería Marcelo Ebrard como presidente? Si analizamos su carrera política, el canciller ha sido también un fiel seguidor de AMLO. Primero, durante gestión del tabasqueño al frente del gobierno del Distrito Federal, Ebrard fungió como Secretario de Seguridad Pública y como Secretario de Desarrollo Social de la capital del país, anticipando así su apuesta por la jefatura de gobierno. Su deseo se cumplió en 2006.

Más tarde, no debemos olvidar cómo estuvo hombro a hombro con el derrotado AMLO en 2006 (ya como Jefe de Gobierno electo del Distrito Federal) acampando en aquellos bochornosos momentos cuando el candidato del PRD decidió unilateralmente cerrar el Paseo de la Reforma para reclamar un supuesto fraude en las elecciones presidenciales. Y en 2018, tras la victoria de AMLO, Ebrard fue seleccionado por el presidente para encabezar la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En otras palabras, Ebrard ha acompañado a AMLO en cada una de sus aventuras políticas, compartiendo así los logros y fracasos del tabasqueño. Sin embargo, uno se pregunta, una vez liberado de la influencia lopezobradorista, y a partir del momento de que el infatigable líder macuspano se haya retirado de la vida pública… ¿volvería Ebrard como presidente al convencionalismo, dejando atrás las mañaneras y las narrativas incendiarias? ¿optaría Ebrard nuevamente por la normalidad presidencial y por las buenas políticas públicas? ¿cesarían los ataques contra los periodistas y los despropósitos históricos diariamente escuchados en voz del presidente de México?

Resulta una interrogante difícil de responder, pues no conocemos a Marcelo Ebrard lejos de la figura de AMLO. Lo que sí que podemos especular, a la luz de la personalidad del canciller y de su trayectoria académica, es que Marcelo Ebrard, si bien sería el responsable de salvaguardar la integridad de la 4T, impregnaría a su gobierno con tintes de moderación, volvería a la normalidad diplomática (Ebrard conoce bien las prioridades de México en materia de política exterior) y podría convertirse en un jefe de Estado potencialmente presentable para nuestro país. Sin embargo, para ello, deberá dejar atrás para siempre su pasado como leal seguidor del tabasqueño. Y no es cosa sencilla.