La quiebra de la empresa Transportes Aeromar es inminente, y desde el cierre de operaciones la planta de sobrecargos quedó a la deriva. Varios mantienen contacto conmigo, y sé que además de su profundo desasosiego por el trance que están viviendo, además de luchar por sus derechos laborales contra la entelequia en la que se ha convertido Aeromar, ahora también tienen que enfrentar una batalla contra su propio sindicato.

Y es que recién cesó operaciones la aerolínea, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) les prometió respaldo incondicional. Así fue como el 14 de febrero la asociación emitió una circular que decía:

“Por este medio nos es grato comunicarles, que esta Representación Sindical solicitó el apoyo tanto de Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Gobierno Federal, como de la empresa Aerovías de México, S.A. de C.V. para que los sobrecargos al servicio de Transportes Aeromar, S.A. de C.V. sean requeridos para ingresar a las filas de Aeroméxico en el área de Sobrecargos y puedan empezar los trámites encaminados a ello, por lo que podrás contactarte al correo amreclutamientosobrecargos@aeromexico.com si es que por cualquier motivo no pudiste contestar en el correo y/o teléfono que tenemos registrado a tu nombre.”

Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México

Independientemente de que el Presidente de la República declaró en su conferencia mañanera que los sobrecargos de Aeromar iban a ser recibidos en Aeroméxico, tengo varias cosas que resaltar del comunicado del sindicato: en ningún lado se hace mención de que tendrían que pasar filtros como si fueran aspirantes del primer ingreso (como “si vinieran de la calle”, decimos en el gremio). El comunicado claramente dice, “empezar los trámites encaminados a ello” ¿a qué? “para ingresar a las filas de Aeroméxico en el área de Sobrecargos” tal y como está plasmada en la circular. Y es que no es cosa menor que todos y cada uno de ellos ya son agremiados a la ASSA de México.

¿Cuál ha sido la realidad? Que no todos los sobrecargos de Aeromar entraron a Aeroméxico. Algunos hicieron una especie de reclutamiento inicial, como se hace con los aspirantes que nunca han sido sobrecargos y quieren entrar a laborar. Su mismo sindicato no los está tomando en cuenta como los profesionales de la aviación que son, y les han puesto variopintas excusas, todas muy objetables.

El pretexto más utilizado es el que tiene que ver con la edad del sobrecargo. Y es que el Contrato Colectivo de Trabajo de los sobrecargos de Aeroméxico -que tiene 30 años, o más de haber sido redactado- contempla como edad límite para entrar hasta los 37 años. Sin embargo, durante el gobierno de Peña Nieto, en aras de desactivar el movimiento de los trabajadores de Mexicana de Aviación en el Aeropuerto, Aeroméxico hizo caso omiso a la cláusula de la edad, y tras implementar su Contrato B (pagar menos a los trabajadores recién contratados) contrató sobrecargos de Mexicana mayores de 37 años; incluso a sobrecargos que ya estaban jubilados, pero que después del fraude contra Mexicana se quedaron sin sustento, y actualmente trabajan en Aeroméxico, buscando cumplir la edad para tener derecho a su pensión, vía el Seguro Social.

El Contrato Colectivo de Aeroméxico se queda atrasado y anquilosado, y es trabajo del sindicato ASSA de México detener ese marasmo, pues está pasando por alto que desde el 29 de septiembre del año pasado, la Cámara de Diputados aprobó por aplastante mayoría el dictamen que reformaría la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para que no haya límite de edad para ocupar un puesto de trabajo. Así aparece en el boletín No. 2681 de la Cámara de Diputados: “En la fracción III del Apartado A -Entre los obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y de una manera general, todo contrato de trabajo-, se añade que “tampoco podrá establecerse un límite máximo de edad para la contratación u ocupación de un empleo.”

Me parece nefasto que un sindicato que otros tiempos fue vanguardista e innovador, sobre todo en lo referente a los derechos de las y los trabajadores renuncie a la posibilidad de ir abriendo brecha en las conquistas laborales. ¿De verdad van a esperar a que el Senado apruebe el dictamen, y entonces se empiece a buscar la aprobación en la mayoría las legislaturas de los estados para publicar la reforma constitucional?, ¿necesitan de ese lento proceso para pelear por el derecho humano al trabajo y a la no discriminación?

El problema que hoy tienen en sus manos no puede esperar. Los sobrecargos de Aeromar no pueden darse el lujo de esperar una reforma constitucional para entonces impugnar el CCT de Aeroméxico por ser contrario a la ley. Sobre todo cuando existen antecedentes recientes y palpables de que el escollo de la edad es fácil de salvar cuando hay voluntad de la empresa y del sindicato. Tengo muchos testimonios de sobrecargos de Aeromar que han sido rechazados en Aeroméxico por pasar de los 37 años de edad. Hace cuatro o cinco décadas tener 40 años puede haber sido limitante, pero hoy, ¿se puede rechazar a un aspirante por tener esa edad? Es absurdo.

Otro gran pretexto es el idioma (inglés). Sí estimado lector, así de estrambótico e increíble; y es que yo que los conozco puedo decirlo sin temor a equivocarme: el nivel de los sobrecargos de Aeromar no está por debajo del de los sobrecargos de Aeroméxico; el nivel de inglés que se pide es B1, ¿qué significa? Que el hablante pueda ser capaz de entablar una conversación informal, temas no profundos o cotidianos.

Personalmente conozco a varios de ellos, y además de tener su amistad sé su nivel de inglés, y ese filtro aplicado por Aeroméxico para batearlos por no contar con “el inglés suficiente” son puros cuentos chinos. Ya antes de la llegada del Contrato B, muchos sobrecargos de Mexicana fueron rechazados por el mismo motivo, y una vez que fue “legal” que la empresa redujera los sueldos, todos entraron; ahí ya no les importó ni la edad, ni el peso ni el inglés.

No encuentro la forma de otorgarles el beneficio de la duda (ni al sindicato, ni a la empresa), ni de pensar que actúan de buena fe. Los sobrecargos de Aeromar me dicen que han sido rechazados con argumentos como su nivel de inglés, edad, peso, por ser avaluados como “estresados” en su examen psicométrico, pero también por el resultado de las respuestas que dan por teléfono las personas que el trabajador dio como “referencias personales”, y peor aún, por aparecer con notas malas en el buró de crédito. ¿Es en serio? Los compañeros aparecen en el buró porque Aeromar dejó de pagar sus cuotas del Infonavit, no porque sean morosos y deudores.

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Alguno de Ustedes podrá justificar la postura de la empresa, y decir que tiene derecho a ponerse “exquisito” en la selección de su personal. Y lleva algo de razón, pero no toda. Yo no puedo aceptarlo sin reservas porque, por un lado los estándares de calidad no se usan solo a veces y según las circunstancias, hacerlo así se llama discriminación.

Por otro lado, yo no creo que a ninguna línea aérea se le puede considerar como cualquier particular, porque son concesionarias del espacio aéreo, un bien que nos pertenece a todos los mexicanos. Lo que definitivamente no comprendo y me molesta es la postura del sindicato. Gracias a que los compañeros me hicieron llegar una serie de audios de la reunión que tuvieron con la actual dirigencia, puedo decir que la batalla legal de sus derechos a cargo del sindicato es una burla y una falacia, que evidentemente está perdida.

Primero, la Secretaria del Trabajo del sindicato, Sandra Carrillo, dice que en este caso necesitan pedirle apoyo a la Secretaría del Trabajo Federal, porque si van solitos a la empresa no los van a pelar, y que con el tema de la edad, pues que han tratado de sensibilizar a la compañía aérea, siempre hablando en positivo.

Por esto -y muchas cosas más- no cualquiera puede ser representante sindical, pues se requiere entender que un principio básico es que los representantes están para romperse la crisma (léase “partirse la madre”) por los trabajadores agremiados a su sindicato. Y es que en uno de los tantos audios la Secretaria General pone el siguiente ejemplo:

“…no es así de llegar e imponer, esa es una realidad; de hecho ayer se los estaba comentado a los compañeros de Mexicana de Aviación al término de su asamblea, y traje un ejemplo, muy burdo si ustedes quieren, y ahorita justamente lo voy mencionar de igual manera: es como si en una tiendita de la calle de tu casa tú llegaras y le dijeras al patrón o al dueño de esa tienda “quiero entrar a trabajar con usted”, y el dueño de la tienda te va a decir “sí, pero no te quiero contratar” y tú le vas a decir: “sí, tengo el derecho de que me contrate porque hemos sido vecinos desde hace 30 años, y usted ha visto que yo soy una persona honorable y necesito que me contrate”, y ahí empiezan las rebatingas y es lo que ahorita está sucediendo…”

Audios ASSA

Además de falaz, es doloroso escuchar lo anterior en voz de la Secretaria General de ASSA. Primero porque los sobrecargos de Aeromar llevan años agremiados al sindicato, que existe para velar por sus derechos laborales; la postura del sindicato debe ser siempre pugnar en favor de ellos; además se supone que la pasada administración -de Ricardo Del Valle- como Secretario General, en la última asamblea que tuvo con los sobrecargos de Aeromar les aseguró que en caso de que dicha aerolínea quebrase, entrarían con pase directo a Aeroméxico.

¿Qué pasó en el camino?, ¿acaso Aeroméxico está desconociendo un acuerdo previo?, ¿es la mano peluda de Ricardo Del Valle -que sigue de permiso “especial” por parte de la empresa- quién está entorpeciendo los ingresos?

El argumento (o mejor dicho: pretexto) de la actual representación sindical para no interceder por los sobrecargos de Aeromar es que no va a “pedirle” ningún favor a la empresa Aeroméxico. Esto deja claro que Ada Salazar no llega a comprender el calado de esta situación, en la que tenemos personal altamente capacitado, y con una ventaja imposible de hacer a un lado: cuentan con toda su documentación vigente.

Aeroméxico tiene programado contratar sobrecargos hasta el mes de junio; lo que hay en este momento es un reclutamiento en el sindicato, que siendo sincera, sigue siendo igual de opaco que en la representación anterior, dándole prioridad a familiares de sobrecargos ya contratados, por encima de los agremiados al sindicato, “porque así está en el contrato de los sobrecargos de Aeroméxico”.

¡Vaya galimatías y entuerto! Según me informan los sobrecargos de Aeromar, Aeroméxico y ASSA habían acordado que si la primera dejaba de operar, se haría la transición de toda la planta de una empresa a otra. En los hechos, quienes no han hecho su trabajo de manera correcta, -tengo que decirlo-, ha sido el sindicato, porque ante los rechazos de la empresa, salieron a decir que no podían obligar a la empresa, dejando en el limbo el acuerdo con el Secretario General anterior.

Pero, suponiendo sin conceder que tal acuerdo nunca hubiera existido y todo fuera falso, la actual representación no puede quedarse cruzada de brazos. Tiene hombres y mujeres agremiados a los que debe defender.

Y no decirles (como sí les dijo) que “si los rechazan de Aeroméxico, por lo que sea, tendrán que aplicar tres meses después, como si vinieran de la calle”. Aquí es cuando a mí de plano ya me da un infarto al miocardio porque mi corazón no resiste respuesta tan absurda; entonces ¿para qué demonios están afiliados al sindicato? Ah pero eso sí, como ya está en puerta la legitimación de Contratos, ahí sí ASSA les va a pedir a los sobrecargos de Aeromar que vayan al sindicato a votar.

Dice un dicho “lo que es parejo, no es chipotudo”, y la nueva representación debe dejarse de telarañas mentales y comenzar a trabajar para que toda esta fuerza trabajadora que, como subrayo, tiene vigente toda su documentación: licencia de vuelo, examen médico, visa, pasaporte e ICAO, no se quede con sus documentos de ornamento.

Desde aquí, exijo el cumplimiento a cabalidad de los acuerdos de contratar a todos los sobrecargos de Aeromar y no solo a unos cuantos; primero porque los sobrecargos de Aeromar están agremiados a la ASSA; segundo porque la pasada representación ya había pactado su inserción en las filas del Caballero Águila; y tercero, porque la actual representación sindical no puede tergiversar las cosas, y considerar que la lucha por los derechos del trabajador son igual que “pedirle un favor a la empresa”, y no lo haga porque tiene miedo de comprometerse con Aeroméxico y más adelante se lo quiera cobrar.

Es obligación de ASSA velar por los sobrecargos de Aeromar, por la Razón y la Justicia Social, como reza su lema, independientemente de por quién hayan votado en las pasadas elecciones, sin importar si les caen bien o mal. Hoy por hoy urge que no se pierda de vista: a los trabajadores se les defiende.

Actualización de la columna de ayer, sin hacer el más mínimo ruido echaron para atrás el precio del examen médico para personal aéreo y me cuentan algunos que están dentro de la AFAC, que rodaron varias cabezas.