I. Recepción de ¡Piratas!

“Aquí en República Dominicana, la feria del libro ha resultado un éxito. Tu libro voló, se lo acabaron. Esto va pa’delante. Nuestra idea es tomar al abordaje las Antillas y continuar en el gran Caribe, irnos a Colombia, Venezuela y llegar al Cono Sur. Por lo pronto, aquí en Santo Domingo, un éxito rotundo tu libro, y en Veracruz está volando por su temática”, comenta Rafael Blanco –director de la librería Mar Adentro, ubicada en el puerto histórico de ese estado– a Samuel Rico Medina, autor de ¡Piratas! En defensa del Golfo. Asedios de piratas en costas novohispanas, 1557-1762. La temática a que se refiere es la devastación producida por los piratas y corsarios europeos en las costas de Veracruz, Tabasco y Campeche, entre los siglos XVI y XVIII, “en la media luna del Golfo”, señala Rico Medina; a ello dedica su exhaustivo estudio.

A la de Dominicana, le anteceden presentaciones del libro, en orden cronológico inverso, en Ciudad de México, Puerto de Veracruz, Villahermosa y Campeche. Y en verdad, como sugiere Blanco, hay un nicho inesperado pero del todo natural para el libro de Samuel Rico en toda esa geografía asolada y asaltada por los piratas en los tiempos del dominio español en el continente llamado americano. Ese nicho para tal libro y la recepción que está teniendo harán necesario, para bien del libro y de quienes se interesen en él, que Rico Medina incorpore, en una segunda edición, algún capítulo o subcapítulo con las manifestaciones más evidentes del fenómeno pirata en esos países.

Aunque soy de Tabasco y Samuel tiene una relación de larga data con ese estado como académico e investigador que vivió allá no pocos años, no supe de él sino hasta hace apenas un lustro, cuando se desempeñaba como encargado del Archivo Histórico de la Ciudad de México. Hemos hecho desde entonces algunas conversaciones sobre diversos temas de manera más o menos formal tanto para el Archivo como para Conversaciones con la Historia, un programa del estimado Aquiles Cantarell, desafortunadamente fallecido en enero de este año. Justo con Aquiles, en 2021, escuché a Samuel hablar por vez primera sobre los piratas. Un tema en el que navega y nada sin tormentas. Lo que explica la exhaustividad de su libro.

II. Mini entrevista a Samuel Rico Medina:

Entusiasmado por la buena recepción que ha tenido el lanzamiento de su obra, le hice una mini entrevista sobre la misma para esta reseña:

H.P. Tú has publicado anteriormente dos obras. Los predicamentos de la fe y una historia del amparo en México. ¿Qué significado tiene para ti, como autor, la aparición de ¡Piratas! En defensa del Golfo?

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S.R.M. Los predicamentos de la fe (1990), está cumpliendo 35 años de haber sido publicado. La Breve Historia del Amparo está pensada para su edición en tres tomos: I. Antecedentes Novohispanos (publicado en 2023). II. La forja de la Ciudadanía, que entrego al editor en noviembre 2025, y III. El Tribunal constitucional en el centenario de la revolución. 1910-2010, para entregar a mediados de 2026. Con Piratas cierro un ciclo de 35 años. De hecho, en Los predicamentos incluí una cronología de la Piratería y el contrabando en Tabasco.

H.P. Considerando la buena recepción que ha tenido ¡Piratas! en sus diversas presentaciones, incluso en República Dominicana, ¿qué significado y qué potencial tiene para ese nicho natural –más allá de Tabasco (estado que inspiró tu obra) y el Golfo de México–, que es El Caribe?

S.R.M. Existen grandes perspectivas para el libro de Piratas, tomando en cuenta las propuestas de Rafael Blanco, editor de Mar Adentro, quien considera que es necesario establecer vínculos entre el Golfo de México y el gran Caribe, en el que se encuentra inmerso. Vienen más presentaciones del libro en las grandes islas del Caribe y en los países costeros de Centro América y norte de Sudamérica, en el Atlántico.

H.P. El tema de los piratas siempre ha fascinado a escritores, cineastas y sobre todo a los niños, ¿has pensado en escribir una versión infantil de tu obra?; sé que te la han pedido.

S.R.M. Efectivamente tengo en la mira preparar una edición exclusiva de Piratas para niños y adolescentes. Me gustaría mucho, aparte del contenido, trabajar en el diseño editorial.

H.P. ¿Cuál es el futuro inmediato de ¡Piratas!, qué periplo le espera?

S.R.M. A corto plazo se están acordando presentaciones de ¡Piratas! en La Habana, Cartagena y Caracas, y avanzar en la nueva versión de Predicamentos de la fe, que ahora estoy actualizando, mejorando y ampliando.

H.P. ¿Y el tuyo, qué proyectos formales y/o literarios tienes en proa?

S.R.M. Uno de mis proyectos personales para el próximo año, al cual pienso darle prioridad, es trabajar en el proyecto de una historia de larga duración de Salvatierra, Guanajuato, desde su fundación como marquesado hasta la guerra cristera. Siglos XVI al XX. Mi punto de partida serán los relatos que me contaron mis abuelos maternos y mi cuaderno de apuntes tomados del Archivo General de la Nación.

III. Piratas, corsarios, bucaneros, filibusteros

Un acierto esencial de Rico Medina ha sido comenzar su libro con las definiciones y distinciones entre los términos y las prácticas de piratas, corsarios, bucaneros, filibusteros. De entrada, los últimos dos términos son referencias en realidad de los escritores del siglo XIX, es decir, tardías en relación al fenómeno. Pero leamos algunas consideraciones de Rico Medina:

Sobre los corsarios:

Para Fernand Braudel la diferencia entre ‘corso’ marítimo y ‘pirata’ radicaba en que el primero es una forma lícita de hacer la guerra, o bien mediante patente de corso, salvoconducto, o alguna misión u orden, encomendada por sus monarcas. Se atenía a las reglas de la caballerosidad señorial a diferencia del pirata. El corso autorizaba mediante el derecho de represalia a navegantes particulares hacer la guerra en contra del enemigo declarado y del pirata ‘apátrida’, que se manifestaba rebelde a todo orden establecido.

Fue precisamente el historiador norteamericano William Prescott quien en su obra: Historia de la conquista de México, escrita en 1843, tildó a los conquistadores españoles como piratas, ya ni siquiera de corsarios. En una reflexión final señala que es ‘un hecho poco menos que milagroso… que un puñado de aventureros indigentes, malamente armados y equipados conquistara un poderoso imperio’ como el azteca. Refiere la frase lapidaria de Carlos María Bustamante en su prefacio a la obra de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Relación de la venida de los españoles: se debe levantar un monumento con la inscripción ‘execración eterna de estos bandidos’.

Resulta muy elocuente la diferenciación entre pirata y corsario que hace don Juan Francisco de Montemayor, quien considera: ‘los soldados que cuando se entran por fuerza de armas, algún navío, castillo o lugar, dejada la pelea se ocupan y se divierten en robar algunas casas, no solo pierden la parte que del despojo pueda tocarles, pero deben ser castigados severamente y pierden feudos y mercedes’…

Miguens define que ‘era considerado corsario aquel particular que, mediante un contrato, carta de marca o patente de corso, otorgada por el Estado bajo cuyo pabellón navega, persigue, captura y saquea embarcaciones de países enemigos, pudiéndose entonces quedarse con el botín, las personas y los buques capturados’. Ya que los corsarios se dedicaban a la caza de naves enemigas para saquearlas es preciso identificar la calidad de la presa. La misma autora señala que la buena presa es ‘la presa marítima o presa de guerra es el botín, mercancía o persona, que se alcanza cuando los barcos de guerra de un barco beligerante y los barcos mercantes, considerados como navíos de guerra por ese mismo o cualquier otro estado, están autorizados para apoderarse de los buques de propiedad del enemigo… y las mercancías que estos buques transportan.’…

Los capitanes de los navíos mercantes ingleses se ganaron la reputación de despiadados y carentes de escrúpulos, al grado que en la época de la reina Isabel I, famosos navegantes y tratantes de negros como John Hawkins y Francis Drake, corsarios isabelinos, se ganaron el mote de ‘los perros (dogos) del mar’ o de los ‘dogos de la reina hereje’ o los ‘halcones’, precursores de los filibusteros.

Sobre los bucaneros y filibusteros:

Gerhard considera que el bucanero es el pirata independiente, que opera fuera de la ley (operating out side the law) que suele denominarse como freeboter, sin hacer referencia a su ocupación de vaqueros, matanceros y cocineros. Rodrigo de la O estima que los tiempos propicios para bucaneros y filibusteros inician en 1630 y concluyen en 1670. Los bucaneros, al igual que los filibusteros son creaciones del espacio antillano y del siglo XVII… En el marco de la realidad histórico-geográfica del Caribe surgió la figura del bucanero, una adaptación regional de la piratería en el Caribe.

Sobre el asedio a Tabasco:

Sin embargo, la defensa de Tabasco no se limitaba únicamente a la estrategia de expulsar a los ingleses de La Laguna, ésta implicaba un problema más complejo: la dispersión de los pueblos, el establecimiento de vigías, la instalación de presidios, la inclusión de indios flecheros, el uso de armadillas guardacostas, el recurso del corso español y la construcción de fuertes y fortalezas. Inclusive el desvió de ríos, que es parte de una leyenda de Tabasco. Algunas de estas medidas de defensa apenas sí fueron mencionadas y otras quedaron sin explicar... De hecho, al hacer un análisis comparativo, llegamos a la conclusión que ninguna provincia del Golfo de México, sufrió tanto las embestidas de piratas y corsarios como la de Tabasco, al grado que ocasionaron que el asiento de su capital costera se trasladara de Santa María de la Victoria a San Juan Bautista en 1641 y de aquí a Tacotalpa, en una fuga iniciada en 1665 y concluida en 1677, por el contrario Mérida, como capital de Yucatán permaneció inamovible, al igual que Campeche a pesar de ser el puerto más asediado.

El libro se compone de cuatro capítulos y dos secciones de anexos tras el Prólogo y la Introducción: I. El Golfo en Caribe; II. Un litoral asediado. 1557-1717. De corsarios y piratas; III. Reacciones defensivas. 1597-1717; IV. La transición al contrabando. 1718-1762. Por lo demás, se trata de un volumen de 312 páginas, pasta blanda con solapas, ilustraciones, bien presentado, de amplio formato, letra grande, diseño tipográfico Sangbleu Sans, muy grato a la vista.

|Valga aquí una pausa musical a petición del protagonista de esta columna; Giuseppe di Stefano canta “Si tú no estás aquí” y “Esta tarde vi llover”|:

IV. Un especialista en piratas, sin mar

La lectura de ¡Piratas!, además de realmente interesante e importante, me ha retrotraído al goce personal que significó, por ejemplo, leer El siglo de las luces, de Alejo Carpentier, o incluso más, la emoción producida por las aventuras tremebundas de La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson. Así que ahora, mientras avanzo en ¡Piratas!, intercalo algunas versiones cinematográficas de aquella obra, empezando con la dirigida por Víctor Fleming en 1934.

Por otra parte, el título del presente texto se refiere a la aparición afortunada del libro de Rico Medina, pero también hace eco su gusto por la música. Pero en estos términos, sus piratas no han llegado del Caribe, de Cuba con el “cha, cha, cha”, sino de Guanajuato, de Salvatierra, de Ojo de Agua de Ballesteros, lugar de nacimiento del autor (el ciudadano de una geografía sin mar, ¡dedicado a los piratas!), que siente una conmoción particular al escuchar a José Alfredo Jiménez. De hecho, hemos realizado al alimón uno o dos programas dedicados al cantautor. Y aunque he dicho que nadie canta las canciones de José Alfredo como José Alfredo, me complace haber dado a conocer a Samuel (lo mismo que el video anterior de Giuseppe di Stefano) la exquisita interpretación de “Corazón, corazón”, que ejecuta Alfredo Kraus, y se ha convertido en una de sus favoritas. Vaya como brindis por la aparición y el éxito del nuevo libro del historiador Samuel Rico Medina.

Corazón, corazón”, de José Alfredo Jiménez, cantada magistralmente por otro Alfredo, Kraus.

Dr. SAMUEL RICO MEDINA. HISTORIADOR
Samuel Rico Medina. ¡Piratas! En defensa del Golfo: Asedios de piratas en costas novohispanas. 1557-1762. Talleres SEDIGRAF, México, 2024.

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo