Para empezar ¿qué es un capo? La palabra “capo” viene del italiano que quiere decir “jefe”. Capo en italiano quiere decir “cabeza”, el italiano lo tomó del latín “caput”.

La RAE lo define como jefe de una mafia, especialmente de narcotraficantes.

Entonces, ¿le viene bien este adjetivo a Ovidio Guzmán? Sí.

Ahora bien, se sabe que Ovidio requiere de sus medicamentos contra la depresión y la ansiedad.

Me parece muy valioso que se hable de este tema porque desmitifica todo lo que hay alrededor de la vida de los narcotraficantes.

Muchos jóvenes mexicanos  sueñan ser como ellos, porque en las narcoseries los pintan como personas felices, con mucho dinero,  con mujeres hermosas y autos lujosos, mansiones, yates y viajes.

Todo lo que un adolescente podría anhelar y también, ¿por qué no?, los adultos.

Pero no saben que detrás de los capos (que a veces casi casi los ponen como héroes) hay seres humanos que sufren enfermedades mentales tan comunes hoy en día.

No es que los malos merezcan tener ansiedad o depresión o que por ser malos lo padezcan.

La depresión es una enfermedad mental la cual presenta como síntomas, tristeza, desolación, falta de esperanza, y ganas de morirse.

En México esto representa una tasa de suicidio de 6.5 por cada 100 mil habitantes. Es decir, la depresión afecta a más del 15% de la población, esperando lamentablemente que estos índices aumenten junto con la ansiedad, que es la preocupación continua y excesiva por el pasado y por el futuro con sintomatología que va desde respiración agitada, tensión, taquicardia, sudoración y problemas gastrointestinales.

Otra dolencia más de Ovidio: el tema gastrointestinal.

Podría estar o no vinculado con lo emocional.

El punto aquí es que hablar de que Ovidio Guzmán padece estos trastornos nos abre la puerta para entenderlos primero que nada y para hablar abiertamente de ellos.

No son exclusivos de la gente pobre o humilde. Tan poco son propios de los ricos y poderosos. Son enfermedades que están creciendo exponencialmente y más aún después de la pandemia.

No es cosa menor.

Ahora bien, como psicóloga, que soy les puedo decir y confirmar que hay desabasto de medicamentos para tratar estas enfermedades… no son  nada fáciles de conseguir.

Ojalá que Ovidio Guzmán tenga acceso a ellas porque muy probablemente también las necesite para dormir.

Ojalá todas las personas que padecen depresión y ansiedad tuvieran acceso fácilmente a la medicación, porque, bendito Dios, existe medicación para tratar estas brutales enfermedades.

Por primera vez en mucho tiempo se está empezando de dejar de señalar cómo “adicto” al que las consume , el medicamento está ahí para parar el sufrimiento emocional de las personas. El problema es que no lo hay tan fácilmente.

Quién sabe si alguna vez Ovidio haya buscado ayuda psicológica, me imagino que la carga de imágenes espantosas las lleva a cuestas en su mente todos los días todo el tiempo.

La conciencia de saber que muchos niños y jóvenes ahora no puedan desprenderse de las drogas que él les consiguió debe de ser aterrador.

Y si afuera Ovidio presentaba problemas emocionales, imagino cómo será encerrado.

Esta es una lección para todos: Nadie se libra de sufrir estas enfermedades tan incapacitantes  y dolorosas pero sobre todo tan estigmatizantes.

Ojalá se deje de señalar al que las padece como alguien que “está loco”. Es una persona que sufre.

No estoy justificando a Ovidio por sus crímenes o por lo que se le acusa. Simplemente estoy enfocándome en como el ser humano que necesita tratamiento psiquiátrico y médico.

Él tiene derecho a ello y todos los que padecen esto también.

Pero las enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad  no se sobrellevan solamente con medicamento. Se requiere un esquema completo que incluya terapia.

Desconozco si en la cárcel tienen acceso a terapia, pero no estaría mal que Ovidio la solicitara.

Vivir perseguido durante tantos años debe de ser agotador y alucinante.

Lo que sí es que para que Ovidio tenga fácilmente acceso a su medicamento y tratamiento será más fácil que lo obtenga en EU que aquí en México.

Hablemos abiertamente cada vez más de la salud mental. Ovidio Guzmán nos abre una puerta para ello.

Pudo tener coches, mujeres, casas y dinero, pero la salud mental, esa no la tuvo. Y sin esa todo lo que te rodea en la vida no es disfrutable.

Atendamos  nuestras salud mental y la de nuestros jóvenes.

Es cuanto.