Sigo jugando con la inteligencia artificial. Es fin de semana y se vale. Desde luego, de lunes a viernes también es correcto hacerlo, ¿o hay alguna ley que lo prohiba?

Así las cosas, enseguida las palabras de Frank Underwood, de House of Cards, dirigidas a Ricardo Salinas Pliego, un magnate que pelea una batalla perdida contra una presidenta poderosa, Claudia Sheinbaum.

Primero, querido magnate… deje de sangrar en el agua.

Los tiburones no respetan a quien huele a derrota. Usted ya perdió la guerra pública. La presidenta ganó el relato, ganó la moralidad y ganó el apoyo popular. Es tan grande su derrota, Ricardo, que hasta el PAN le ofrece su candidatura. Así que usted debe dejar de pelear donde ella es más fuerte.

En mi experiencia, cuando te enfrentas a una presidenta que tiene al pueblo, al aparato y al viento histórico a su favor… el único movimiento inteligente es cambiar de terreno.

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“El enemigo peor es el orgullo, señor Salinas Pliego. Deje de tuitear como si el mundo lo necesitara. En política, el que grita demasiado solo anuncia su miedo. Y usted le tiene miedo a la presidenta de México.

Pague lo que debe… pero hágalo con elegancia. Nada humilla más que un millonario rogando impunidad. Y nada lo libera más que cerrar la herida y dejar de sangrar.

Reescriba, con guionistas de TV Azteca, el papel que interpreta. Y salve lo que pueda. Deje de jugar al rebelde perseguido. Empiece a jugar al patriota pragmático. En su situación, la retirada ‘por el bien de México’ salva más que la resistencia.

Los ricos no caen por falta de dinero. Caen por no saber cuándo inclinar la cabeza. Inclínela ahora. Seleccione el ángulo. Conserve la dignidad que todavía le queda.

Y recuerde… Las presidentas no destruyen fortunas; las destruye la soberbia. Si quiere sobrevivir, querido magnate… deje de pelear con quien ya lo derrotó, Claudia Sheinbaum.

Y empiece a negociar de rodillas con quien todavía puede perdonarlo, sí, con Claudia Sheinbaum. Algo habrá en la ley que represente una rebaja a sus deudas.

Usted, Ricardo, pensó que por tener canales, tenía poder.

Qué simpática ilusión. Usted podrá tener canales…pero la presidenta tiene el control remoto.

¿Sabe qué significa eso, querido amigo? Que con solo mover un dedo… la presidenta lo apaga. ¿Le queda claro?