Por todas esas madres que no lograron poner algo bajo el árbol en víspera de Navidad pero que siguen adelante para regalar algo este día de reyes. Por ellas, para que la justicia social las alcance y el retroactivo se haga válido de inmediato para que puedan, por primera vez en años, descansar un poco de perseguir la vida mientras la vida crece y la suya se les escurre entre las manos.
Para todas esas mujeres que se quedaron a pasar unas “felices fiestas” en compañía de su agresor a falta de un mejor lugar a donde irse. A ellas les deseo un sistema de justicia que realmente opere como debería, con suficientes recursos para proteger a quienes lo necesitan y suficiente humanidad e interés por proteger a las guardianas de la vida y a sus niñeces.
A esas mujeres les deseo que, en caso de que mi deseo no se cumpla, puedan huir mediante la red de mujeres que se ha tejido en el barrio, en la alta sociedad y en todos los espacios habitados por nosotras; en donde unas guardan dinero de la otra, ropa y secretos para finalmente ayudar a liberar a las hermanas que decidieron dejar al violador. Al papá de los niños aterrorizados, al que las aventó de las escaleras, al que les quitó la camioneta que le regaló su padre; al que sonríe y sonríe, pero jamás es honesto, al que nos muestra todo de él menos como la trata realmente a ellas, les deseo la libertad sostenida por el micelio femenino del cuidado.
A las mujeres que, al irse, el hombre castigó llevándose lejos a sus hijos les deseo la fortaleza y la rabia que se necesita para sacar de debajo de las garras del monstruo los tesoros de sus úteros, y que esta pesadilla sea la última batalla antes de la dignidad que se atrevieron a reclamar.
A las mujeres que viven en la calle, hundidas en las adicciones, huyendo de hogares rotos, bajo violencia sexual y el fantasma de la muerte, porque aún es mejor vivir así que bajo un techo lleno de sangre y horrores, les deseo también un espacio de paz y calma, estómagos llenos y la dignidad, siempre la dignidad.
A las madres que forzaron a una cesárea para que el doctor pudiese irse a festejar con su familia, les deseo que ahí, en esa plancha helada y solitaria, el espíritu de denuncia y lucha les despierte para poder criar en comodidad y merecimiento desde el respeto absoluto por su cuerpo, sus elecciones y todas las normas biológicas a las que deseen asirse.
A la niña que logró escapar de las manos de su tío/abuelo/familiar asqueroso esta Navidad y a las que no, les deseo la fuerza para entregar a su agresor a las lobas, para morderles las manos y salir corriendo; les deseo una mujer cercana que las escuche, las proteja y las aleje, y que su agresor pase más de mil años tras las rejas, como merecen todos los que se permiten romper lo mas valioso que existe.
A la abuela que se agotó hasta el cansancio esta cena navideña para tener lista la olla para sus hijos y nueras, luego lavó todo y preparó nuevamente el recalentado, organizó el intercambio, medió pleitos familiares y terminó agotada, pero con la sensación de deber cumplido, le deseo la claridad para reconocerse su derecho al descanso y cómo cada quien debe cuidar sus vínculos para no ser ella quien lo cargue todo.
A todas mis hermanas que siguen contando los pesos, lamiendo sus heridas, escondiéndose en los armarios, soportando manos que tocan sin permiso y esclavizadas bajo el sistema patriarcal que nos quiere solas, cansadas, malcomidas, deprimidas y faltas de esperanza, les deseo que puedan levantar la cabeza y verse en el espejo una vez más y reconocer su fuerza.
Les deseo que puedan sentir las raíces bajo sus pies que las conectan directamente con sus madres, abuelas y todas esas mujeres que no solo sobrevivieron, sino que tejieron trenzas, rieron, bailaron, se pintaron las bocas y huyeron al monte. Todas las sobrevivientes, toda la manada que nos sostiene sin darnos cuenta, todas las que vinieron antes de nosotras a demostrar que de hecho éramos humanas y teníamos alma, todas ellas representan la fuerza de las ancestras que reside en cada una de nosotras.
Encuentra la fuerza, hermana. Construye redes, esconde dinero, emprende algo, disimula, protege, huye, denuncia, cuenta, sostén, déjate sostener. Te ruego hermana, que afiles las uñas y prepares los colmillos, aquí te esperamos.


