Las y los gobernantes de las naciones y la sociedad en general estamos en deuda con las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, porque no hemos podido eliminar la violencia que nos acecha todos los días. Las escuelas se han convertido en testigos de agresiones y fallecimientos.
Virginia Tech, (2007, EU). Seung-Hui Cho, estudiante universitario, mató a 32 personas y lesionó a 17 en el campus universitario antes de suicidarse.
Año 2025, en México y en las escuelas prevalece la violencia y en muchas ocasiones el consumo de drogas, no se escucha en ningún estado de la República Mexicana que implementarán leyes o políticas públicas para la prevención con enfoque multidisciplinario.
Este tema nos afecta profundamente en las familias y como sociedad debe abordarse urgentemente desde todos los ámbitos, porque es competencia de todas las personas trabajar por el bienestar de la niñez.
No podemos deshumanizarnos ante la problemática de la violencia generalizada a nivel mundial, aunque los gobiernos, las familias, las sociedades y los organismos internacionales como Naciones Unidas (ONU) estén preocupadas y ocupadas en erradicar de raíz los conflictos sangrientos, esto es una pandemia que nos destruye diariamente.
Las horribles historias de terror que solo leíamos o veíamos a través de las pantallas de cine se han convertido en noticias, lo peor, es que los espectadores parecemos en muchas ocasiones, deshumanizados.
La violencia en las escuelas a nivel mundial es un fenómeno complejo que afecta a millones de niñas, niños y adolescentes, tiene repercusiones en el bienestar, el aprendizaje y el desarrollo social. Incluso, puede llegar al homicidio y al suicidio.
Según la UNESCO y UNICEF, uno de cada tres estudiantes en el mundo, ha sufrido acoso escolar. Hay múltiples formas de violencia: física, psicológica, sexual, cibernética y discriminación.
Los golpes, empujones, castigos corporales; insultos, amenazas, humillaciones; acoso sexual, abusos, tocamientos no consentidos; hostigamiento en redes sociales, difusión de imágenes sin consentimiento; discriminación por género, orientación sexual, discapacidad, origen étnico o condición socioeconómica. Todas, absolutamente todas, son violencia generada por los agresores. Ya no lo debemos permitir.
La violencia escolar que existe y persiste es un problema que nos lastima e involucra a todas las personas, los derechos humanos se trabajan desde cada rincón del planeta. No podemos solo ser espectadores de las muertes que se generan diariamente a nivel mundial por diversos motivos.
La cooperación nacional e internacional para erradicar la violencia escolar, siempre será de gran ayuda para las naciones en desarrollo, retomemos ejemplos de éxito de otros países que han logrado implementar políticas públicas que abonen en la prevención de los delitos.
Llevo tiempo proponiendo que en México desde la educación básica se imparta la materia o clase de derechos humanos, solo queda hacer eco en las y los servidores públicos.