¿En serio hay personas que aún andan pensando en ir o no ir a votar en estas elecciones inéditas para elegir a los representantes del poder judicial? Más aún, ¿hay mexicanos y mexicanas que están, a estas alturas, incitando a sus conocidos o no conocidos a través de las redes sociales y plataformas digitales para que se abstengan de ir a las urnas mañana, 1 de junio?
Mi duda es razonable. La reforma judicial constitucional, impulsada por Morena y sus aliados, ha hecho mucho ruido. Para quienes apoyan los gobiernos cuatoteístas, representa un avance democrático someter a escrutinio social la actuación de los jueces de todos los niveles, empoderando a la ciudadanía para destituir a aquellos que no cumplan con su deber. Sin embargo, los críticos consideran que esta elección es una amenaza a los contrapesos del poder judicial frente al ejecutivo y legislativo, con el potencial de favorecer a jueces influenciados por poderes fácticos, incluyendo hay que decirlo, el crimen organizado.
Pero el próximo cambio en el poder judicial no solo implica una nueva composición de los tribunales, sino que también pone a prueba la participación ciudadana. La apatía electoral, la decisión de no votar, concentra la elección de quienes impartirán justicia en una minoría, debilitando la legitimidad y representatividad del poder judicial. Esto tendría consecuencias graves para nuestra democracia.
Una baja participación ciudadana podría dar como resultado un sistema judicial que no responde a nuestras necesidades, que no es imparcial y que, por lo tanto, erosiona la confianza pública. No asistir a votar es, a todas luces, contraproducente, pues elegir a los miembros del poder judicial no es un simple trámite burocrático; es fundamental para la defensa de los derechos humanos, el Estado de derecho y la democracia misma.
Me llama la atención, y no creo ser la única, que las personas tengan temor o dudas en esta elección inédita. La duda es entendible, lo desconocido produce siempre temor.
Recordemos, por ejemplo, cuando las mujeres pudieron ejercer su derecho a votar y ser votadas. Fue una larga lucha por la igualdad política que vio sus frutos en 1953, cuando se reformaron los artículos 34 y 115 de nuestra Constitución y se reconoció formalmente este derecho. Muchos pensaron que el voto femenino era un desatino. Hoy hemos avanzado tanto que tenemos una mujer en la presidencia.
El futuro de la justicia en México depende, pues, de nuestra participación y cuestionarse si hay que votar o no, sale sobrando.
Veracruz y Durango
Este domingo habrá otras elecciones: en Durango se renovarán 39 alcaldías y en Veracruz 212. No quiere decir que en estos estados no se vaya a elegir a integrantes del poder judicial, no. Hay elecciones municipales y judiciales, por lo que los ciudadanos tendrán mucho que elegir y deberán hacerlo con cuidado.
Para que le vaya calculando. Las elecciones del 1° de junio en Durango comprenderán la elección de autoridades municipales (presidentes, síndicos y regidores), con más de mil candidaturas en total, incluyendo obvio está, las del poder judicial.
En ese estado, la contienda se centra en tres municipios clave: Durango capital, Gómez Palacios y Lerdo, donde Morena, PVEM y PT buscan arrebatar estos municipios a la alianza PRI-PAN, que actualmente los gobierna. El resultado podría ser un indicador de las elecciones para la siguiente elección a gobernador.
No menos importantes son las elecciones en Veracruz, donde por desgracia la violencia estuvo presente desde el inicio de las campañas. Recordemos el asesinato de Germán Anuar Valencia, candidato por la coalición Morena-PVEM, a la presidencia municipal de Coxquihui y el asesinato el pasado 11 de mayo de Yesenia Lara Gutiérrez, candidata de Morena a la presidencia municipal de la alcaldía de Texistepec.
Los incidentes registrados, que incluyen agresiones a candidatos y activistas, han generado un clima de incertidumbre que podría afectar la participación ciudadana y la transparencia del proceso electoral.
Según el informe de Data Cívica del primer trimestre de 2025, Veracruz ocupó el tercer lugar nacional en incidentes de violencia política, con 18 ataques registrados, ocho de los cuales fueron dirigidos contra aspirantes a cargos de elección popular.
En esas circunstancias más de 6 millones de veracruzanas y veracruzanos están llamados a las urnas. Los puestos de elección popular en juego son 212 presidencias municipales, 212 sindicaturas, 630 regidurías, 30 diputaciones de mayoría relativa y 20 de representación proporcional.
¿Cómo se garantizará la seguridad de los votantes, funcionarios electorales y candidatos en todos los municipios? La respuesta requiere un despliegue efectivo de las fuerzas de seguridad, pero también acciones preventivas para contrarrestar la impunidad y promover la cultura de paz.
El pasado 26 de mayo, en conferencia de prensa, la gobernadora Rocío Nahle prometió unas elecciones seguras y dijo que se contará con 15 mil 715 elementos de seguridad apoyados de 2 mil 166 vehículos.
Un día histórico para todos los mexicanos, sin duda. Pongamos nuestro granito de arena y vayamos a votar.