“El valor es el conocimiento de saber lo que debe ser temido, y cómo no temer lo que debe ser temido”.

David Ben Gurión

Resultó muy impactante el sentimiento que quiso transmitir el director de la película “Tan fuerte y tan cerca”, Stephen Daldry, con Tom Hanks y Sandra Bullock, sobre el hombre que sobrevivió al devastador bombardeo de su ciudad Dresde, durante la Segunda Guerra Mundial, tan traumatizante fue para él, que perdió el habla de niño.

Se han realizado estudios muy extensos sobre las consecuencias psicológicas que sufrieron los soldados estadounidenses después de la guerra en Vietnam.

Las consecuencias de todas las guerras son devastadoras en todos los sentidos, incluyendo las psicológicas y más las que han estado ocurriendo en Israel, y en los llamados territorios ocupados.

El nerviosismo colectivo que se vive en Israel desde el 7 de octubre del 2023 para muchas personas es insostenible, además del que ocasionan las constantes sirenas que alertan a toda la población junto con mensajes en sus celulares de los ataques perpetrados por Irán, Líbano, Yemen o Gaza y, que en su conjunto, generan estrés postraumático, crisis de pánico, trastornos de ansiedad, pesadillas, insomnio, fobias y otras afecciones mentales muy variadas.

Yo, estuve en Israel el viernes 18 de julio pasado, particularmente, en Jerusalén en la noche, caminando en la calle cuando sonaron las sirenas preventivas de ataques con misiles y/o drones de manera estrenduosa y me afectó en mi salud, física y mental, incluso presenté taquicardia y elevación en la presión arterial.

Y así, cientos de miles de personas se ven afectadas física y psicológicamente por las guerras y por el conflicto bélico en Israel, situación que quizá sea necesario aclarar en sedes internacionales de derechos humanos, con sus respectivas consecuencias.