30 de abril de 2024 | 06:20 a.m.

La señal de Adán Augusto

En opinión de Verónica Malo, no está nada mal para Adán Augusto López Hernández tener un plan B (que es coordinar los trabajos rumbo a la elección presidencial), dado su escaso crecimiento en las encuestas.
Compartir en

“I’ve played all my cards

And that’s what you’ve done too

Nothing more to say

No more ace to play

The winner takes it all

The loser’s standing small

Beside the victory

That’s her destiny”

ABBA

Como se sabe, mañana y el domingo el partido Morena tendrá votación de su Consejo Nacional. Se tratará de una elección enorme pues se desarrollará en 300 centros para sufragar, uno por cada distrito electoral federal. Se elegirán 10 personas por distrito: cinco hombres y cinco mujeres.

Quienes ganen tendrán dos cargos: consejeros estatales en sus entidades y congresistas nacionales.

Los consejeros estatales eligen a las dirigencias del instituto político de cada estado. Los congresistas eligen al consejo nacional, que es la máxima instancia de autoridad de Morena: aprueba la política de alianzas, la comisión de encuestas, la comisión de elecciones y un largo etcétera. Podría incluso cambiar al presidente del partido, si así lo desea.

Sin duda, el mencionado evento será fundamental para el futuro del instituto político fundado por AMLO, particularmente de cara a la designación de su candidato o candidata para la elección presidencial de 2024.

Hay tres aspirantes fuertes a la candidatura electoral más importante en 2024: Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, y Adán Augusto López, titular de Gobernación.

De las mencionadas tres personas con posibilidades de quedarse con la candidatura presidencial, solo Adán Augusto —cito una nota del diario Reforma— “decidió meterse directamente a la estructura del partido, por lo que se someterá a votación en el distrito 4 de Tabasco”. Lo relevante de la información de ese periódico es que sus fuentes “afirman” que, de no resultar candidato a la grande el secretario de Gobernación, será este “quien coordine los trabajos rumbo a la elección presidencial”.

¿Coordinar los trabajos de Morena rumbo a la elección presidencial? Como plan B no está mal. Pero, ¿es un plan B decidido por el propio Adán Augusto o se lo pidió su jefe, el presidente López Obrador? Creo que, en la cultura política mexicana, nada relevante se hace sin consultar al superior jerárquico, a no ser que se busque la ruptura, lo que claramente no parece ser el caso.

Nada mal para Adán Augusto López Hernández tener un plan B dado su escaso crecimiento en las encuestas. Si coordina los trabajos rumbo a la elección presidencial, y si esta contienda la gana Morena, entonces Claudia o Marcelo lo premiarán con un cargo en el gabinete. Supervivencia política garantizada le llaman.

Supervivencia, sí, y al mismo tiempo una señal para el morenismo —una que antes el presidente AMLO se había rehusado a dar claramente; ¿será que antes dudaba y ahora no?—: no se hagan bolas, la candidata es ella. El otro, Ebrard, ha sido ya dos veces descalificado fuertemente en la mañanera. Y es que le fue mal al canciller con AMLO; se equivocó el canciller al exigir, vía Malú Mícher, piso parejo. Error casi fatal porque el destapador de corcholatas tomo eso del piso parejo como “menosprecio a la gente”. ¿O sea que el piso está disparejo para que nadie se sienta menospreciado? Así es en Morena; bueno, eso dicen... Y es que la teología cuatrotera es simple: si AMLO lo comenta es cierto, y san se acabó.

¿Se irá Ebrard a la oposición? Ganas le sobrarán, pero no es seguro que se atreva. Lo mejor que puede hacer es cambiar su discurso y afirmar que el piso se emparejó, aunque no se lo crea. Y a partir de ahí rezar y esperar el milagro —que Claudia la riegue feo—. Que en una de esas el dedo del gran tlatoani cambie de dirección y señale al canciller. Milagro complicado porque, ahora mismo, el dedito pejista apunta a la jefa de gobierno, que ya se verá si es capaz de ganar a una oposición que, lo crean o no, terminará por organizarse y dará la pelea. O es lo que muchos esperamos por el bien de nuestra democracia.

Por cierto, el que de plano ya de desmarcó —esto es, ahora sí ya está más fuera que dentro— es Ricardo Monreal. ¿O si no qué es este último mensaje de Twitter?: “Por respeto a las bases, la militancia y a quienes fundamos Morena, decidí no participar en este proceso de selección de consejeras y consejeros. Actuaremos con prudencia y ecuanimidad”… Vaya a saber usted qué sea eso.