¿Estoy abusando de la inteligencia artificial? Probablemente, sí. Pero es un instrumento útil y vale la pena utilizarlo. Le he pedido argumentos para respaldar una idea que siempre he tenido: que la lucha política en México es como una vuelta ciclista.
Y sí, me ha dicho la IA, la política puede entenderse como una vuelta ciclista de tres semanas —específicamente como el Tour de France—, no por romanticismo, sino por la estructura profunda que comparten: resistencia prolongada, estrategia de equipo, etapas diferenciadas, desgaste psicológico y momentos de quiebre.
En las vueltas de tres semanas el papel del gregario es fundamental. La definición de la que partiré no es de la IA, sino algo que me dijo mi sobrina Nancy, que ha dedicado su vida al ciclismo, ahora en el grupo de gestión de un equipo que compite en la categoría UCI WorldTour, la más importante en este deporte.
El gregario, me dijo Nancy, es un ciclista que trabaja para apoyar al líder de su equipo, sacrificando sus propias aspiraciones de victoria. ¿Cómo lo ayuda? Cuando se requiere protege al líder del viento, le proporciona alimentación y agua y, sobre todo, apoya al líder al marcar el ritmo del pelotón para desgastar a los rivales; inclusive llega a ceder su bicicleta al jefe de filas si la máquina de este presenta problemas mecánicos.
¿Un gran campeón puede pasar a ser gregario? Sí, si es suficientemente humilde como para desempeñar el rol secundario.
Razones por las que un campeón, digamos AMLO, puede aceptar actuar como gregario —en efecto, de la líder Sheinbaum—. Aquí me apoyo un poco en la IA:
(i) Declive de su forma física. Resulta innegable que Andrés Manuel, con el paso de los años, perdió la capacidad para mantener el rendimiento durante las tres semanas que dura una gran vuelta. Después de varias, durísimas campañas presidenciales, y de décadas de recorrer el país prácticamente solo para organizar a su movimiento en todas las comunidades de México, él ya no podía seguir al frente de la izquierda durante otro periodo prolongado —tenía no solo impedimentos constitucionales que no se atrevió a cuestionar, sino también evidente cansancio físico—. Por su edad, AMLO se debilitó para liderar durante mucho más tiempo. Pero, por supuesto, fuerza le sobra para ser un apoyo invaluable de Sheinbaum en etapas clave de la terriblemente desgastante vuelta ciclista que es el segundo piso de la 4T.
(ii) Experiencia y Liderazgo. El conocimiento táctico y la experiencia ganadora de AMLO son activos de gran valor para ayudar a la nueva líder del equipo, Claudia Sheinbaum.
López Obrador, sí, es un gregario de lujo.
A pesar de su declive físico, natural por su edad, los rivales del movimiento de izquierda —la prensa, los grupos empresariales y los partidos de oposición— saben que AMLO todavía podría ser un competidor de primer nivel. Entonces, le temen.
Como le tienen miedo —y además le odian: no perdonan a Andrés Manuel porque en su gobierno perdieron privilegios—, los rivales de la izquierda atacan al campeón retirado. Ignoran que este no busca ya la victoria, sino que ha hecho a un lado sus ambiciones personales para favorecer a su equipo, que tiene otra líder, la presidenta Sheinbaum.
Les impresiona tanto López Obrador que los enemigos de la izquierda no terminan de estar convencidos de que es realmente un gregario, y entonces lo atacan: gastan demasiada energía persiguiéndolo. Como no tienen fuerza comparados con AMLO, los rivales de la 4T llegan inclusive a apoyar a Sheinbaum buscando que la presidenta les ayude en su enloquecida lucha contra el tabasqueño. Es el caso, muy notorio, de dos periodistas, Joaquín López Dóriga y Ciro Gómez Leyva.
Ambos siguen, con todo, tratando de destruir a Andrés Manuel, pero en este proceso son aliados de Claudia —no solo dejaron de criticarla, sino que inclusive la elogian—. Les ilusiona la posibilidad de que ella se convierta en enemiga de López Obrador. Ilusos, sí.
AMLO, con la presentación de su libro, se puso al frente del pelotón en un momento en el que Sheinbaum estaba siendo más agredida. A pesar de que ha sido tan alto el ritmo de López Obrador, los rivales quisieron igualarlo y terminaron tan desgastados que dejaron en paz a la presidenta.
Este caso, dice la IA, es un buen ejemplo de la presencia intimidante del gregario de lujo que logra el objetivo de disuadir a otros equipos de seguir atacando al líder.
AMLO, sin duda, es un gregario de lujo por el dominio psicológico que tiene sobre los rivales de Sheinbaum. Quienes pretenden acabar con la presidenta, piensan que si no responden a los movimientos del gregario expresidente, este puede escaparse y volver al liderato. Así que se lanzan con todo lo que tienen a destruir a Andrés Manuel, lo que permite a Claudia conservar energía para hacer su propia carrera.
Las vueltas ciclistas, lo mismo que la política, dice la IA, son más largas de lo que cualquiera se imagina, cansan más de lo que admiten los competidores, y no ganan los más rápidos, sino los que resisten mejor, calculan mejor y cometen menos errores acumulados.
En la política, como en una vuelta ciclista, no triunfa el que más grita, sino el que mejor administra su energía, su narrativa y su equipo. Claudia mantiene firme el liderazgo gracias a sus virtudes y a su propia fortaleza, pero también debido al trabajo de su gregario de lujo, Andrés Manuel, que con su sola presencia aterroriza a los equipos contrarios.
Según la IA, el primer año de gobierno ha sido la montaña temprana: la curva de aprendizaje, la herencia recibida, las promesas que ahora deben volverse presupuesto, ley, obra, policía, hospital, carretera.
El segundo y tercer año serán las etapas largas y engañosas: el país sigue su vida cotidiana, pero debajo se están acumulando los costos reales de cada decisión. Serán años de alianzas incómodas, de conflictos que ya no se podrán esconder con narrativa. Quien no tenga estructura, base social o estrategia —y gregarios de lujo—, se rezagará.
A partir de la segunda mitad del sexenio llegará la alta montaña: la sucesión adelantada, las traiciones, los intentos de reescribir la historia antes de que termine. Cada actor quiere ponerse la camiseta de líder. Claudia con su equipo controlará todo lo que tenga que controlar.

