Desde hace mucho tiempo el partido Movimiento Ciudadano se ha convertido en la tercera fuerza política del país; le ha funcionado la estrategia después de los malos resultados que tuvo en la elección federal del 2018 donde hizo alianzas con el PAN y PRD. En ese sentido, ha sorteado su propio camino y ha sabido aprovechar el saldo negativo que han tenido partidos como el Sol Azteca que -literalmente- vive de milagro.

Gracias a ello, actualmente gobierna dos de las tres entidades más importantes del país en términos geográficos, y electoralmente claves como para pensar en proyectos más grandes. Sin embargo, creemos que todavía están muy lejos de poder competir por la sucesión presidencial del 2024 a menos de que -su candidato- sea un perfil altamente competitivo o, en ese sentido, sumarse a una alianza con las demás fuerzas políticas.

De acuerdo con la ponderación o evaluación que han hecho algunas encuestadoras de prestigio se calcula que MC tiene una intención del voto del 10% para el 2024. Nada despreciable sí tomamos en cuenta que, con esa proporción, un bloque aliancista puede marcar la diferencia; por esa razón, el bloque amplio opositor ha insistido tanto en sumar a Movimiento Ciudadano a su causa. Saben que, con ello, crece la expectativa de poder fortalecerse para dar la pelea a Morena que, en este momento, es el gran favorito para ganar el ejercicio de transición siempre y cuando lleguen unidos a la cita previa.

El problema es que, en este momento, la oposición sigue siendo blandengue y, desde hace mucho tiempo, se vino abajo. Es decir, su decadencia política ha sido su principal barrera en lo que respecta a la competitividad. No figura, en el plano nacional, un actor de peso que haga la diferencia. Por esa razón, lo que Movimiento Ciudadano puede ofrecer es oxígeno puro para alimentar un proyecto fuerte que lograría hacer mucho más de aquí a que llegue el proceso previo de la succión, sobre todo como refuerzo en la cancha de la alianza Va por México.

La cuestión es que, una y otra vez, Dante Delgado ha dicho que no. Sin embargo, el posicionamiento que hicieron ayer me llamó mucho la atención porque no es solamente la postura, sino el mensaje que tiene un contenido profundo. En todo caso, Movimiento Ciudadano no participará en las elecciones del Estado de México y Coahuila, al menos no de forma oficial. Lo más seguro es que lo haga sin tanto ruido para sumarse de facto a una de las dos coaliciones, sobre todo para efectuar trabajo territorial y de activismo.

Si ese fuese el caso, es muy probable que MC se sume a la coalición Va por México de forma no oficial. No son los únicos que han mostrado desdén en la agenda que lleva a cabo el presidente Obrador. Si somos reflexivos, MC ha acompañado al PRI, PAN y PRD, en la mayoría de temas que ha propuesto Morena. Entonces, el posicionamiento que hace Movimiento Ciudadano es una manera de interpretar lo que puede venir a futuro, especialmente por lo que se juega pues tiene motivos suficientes.

La primera prueba de fuego para la oposición es el Estado de México. Y como dio a conocer MC, la contienda será únicamente entre dos fuerzas o coaliciones: la que encabeza Morena, y la que representa el PRI con el acompañamiento del PAN y lo poco que le queda el PRD. Así es como dos maquinarias medirán su capacidad para encarar la elección que se ha vuelto, para ambos institutos políticos, la joya de la corona por lo que puede representar.

Por ello, es tan crucial y estratégico el Estado de México. Puede, en ese sentido, ser el fin de una hegemonía partidista del PRI, pero, también, lograría abrir la puerta para que se agrande el contrapeso. Dadas esas circunstancias, a quien más debe de preocupar el posicionamiento de MC es al propio presidente sí se confirma la lectura de esta hipótesis de qué MC se sumará al Bloque Amplio Opositor. La carta que envió el partido naranja puede ser una cortina de humo, pero suficiente para impulsar el activismo a favor de la causa del contrapeso. Pienso que, con esa postura, hay un mensaje de fondo para formar un proyecto de gobierno variopinto con miras a la transición del 2024.

Aun así, creemos que será insuficiente para ganarle a Morena en las elecciones del Estado de México. Sin embargo, hay que tener presente que, con esa estrategia, buscan nutrir un vehículo de participación para el 2024. Mucho de ello dependerá, ya lo dijimos, que Morena mantenga la unidad porque, sí hay una fractura interna, lo de MC puede tener mucha lógica ya que -a quién más beneficia el partido naranja con la no participación en Estado de México y Coahuila- es al PRI, PAN y PRD. Veamos esa hipótesis desde un ángulo reflexivo.

Morena tiene todo para ganar el Estado de México y, en esa coyuntura, la presidencia de la República siempre y cuando la unidad sea el elemento principal, sin olvidar la democracia en los mecanismos de elección del candidato presidencial porque ahí puede estar la clave del presente y futuro para refrendar o no, la silla presidencial.