La oposición sabe que, para las elecciones presidenciales del 2030, tienen sepultadas sus aspiraciones de ganar, aun y cuando se unan todos los partidos políticos que, a plomo, se caen a pedazos, en especial el PRI y el PAN. La última encuesta que divulgó El País, un medio de comunicación de prestigio internacional, dio cuenta de lo mermado que tiene su futuro la derecha. Sin ir más lejos, el Partido Revolucionario Institucional, de “Alito” Moreno, tiene el 75% de negativos. Es decir, a más de dos terceras partes de la población en general no les interesa en lo más mínimo escuchar hablar del PRI. De hecho, los ejercicios intermedios se prestan para que, de una vez por todas, sean enterradas las siglas del tricolor, algo parecido a lo que pasó con el PRD.
Si vemos a detalle los números que promedia el PRI, desde luego, podemos ver que su porcentaje ha disminuido considerablemente. Tienen el 5% de la preferencia. Son la cuarta fuerza política en México. Les falta empuje y pundonor. Su dueño y amo de todas las decisiones, de plano, cada que sale a escena se convierte en el principal verdugo del PRI. No conozco, desde que tengo memoria, a alguien más cínico que “Alito”. Lo que estamos viendo ahora en medios como Atypical TV es la manifestación más clara de la frustración. De hecho, esa tribuna, que luce desolada y sin elocuencia, ha servido de plataforma para que “Alito” convoque a todos a unir sus estructuras de cara a lo que se viene. No sé si el PAN atenderá el llamado, lo cierto es que, con ello, MC ha demostrado que solo, en las últimas campañas, ha ganado más terreno sin la necesidad de coalición.
Lo que ocurre es que, antes de pensar en la presidencial, la derecha está pensando en cómo permear a la Ciudad de México: vitrina o antesala para llegar a una elección del ejecutivo federal. Así es, la CDMX está desde hace meses, en la mira del conservadurismo. No son casualidad las ocurrencias de irrupción simulada las que le construyen a la alcaldesa de Cuauhtémoc. Primero, no hay que confundir un triunfo que arañó con irregularidades, que un auténtico prospecto en la carrera por la capital del país. Después de que hemos rebasado el primer año de gobierno, de Clara Brugada, nos damos cuenta de que, efectivamente, la gente decidió muy bien en ella para gobernar la metrópoli más poblada a nivel nacional. Las propias Utopías, que la derecha pretende desprestigiar, han sido la estructura de gobierno para concretar acciones de beneficio colectivo. Esas políticas, a estas alturas, son fructíferas en movilidad, obras e infraestructura, lo mismo que programas sociales, educativos y de salud.
La CDMX, que tiene arraigo importante desde la izquierda, seguirá siendo gobernada por las fuerzas progresistas por décadas. Lo de Clara, de matices muy claros de continuidad con Claudia Sheinbaum, sigue sentando un precedente sustancial para poner a la capital del país ante los ojos del mundo, sobre todo por los enormes retos que siempre carga un territorio de esa magnitud. Hace poco, en efecto, la CDMX fue el marco perfecto para anunciar inversiones históricas que, desde luego, traen consigo un crecimiento ante una población que demanda oportunidades y fortalecimiento a la calidad de vida. Eso lo realizó la Jefa de Gobierno con colaboración de la Secretaría de Economía. Y cuando una metrópoli aumenta su productividad, a través de la apuesta de muchas empresas, se abre el abanico para seguir favoreciendo a más familiares que encuentran empleos.
También Clara Brugada, como estrategia de transformación, está apoyando la industrialización de las pequeñas y medianas empresas que radican en la ciudad de México. Eso se lo ha reconocido la población civil en las mismas encuestas de opinión pública. Y alguien que se ocupa de todo un proceso integral, desde luego, saca a flote el punto más importante del país o, mejor dicho, el corazón de la patria. Por eso la ciudad de Clara, de metas específicas, ha garantizado una política de Estado que se apega a los principios de la 4T. Hay, a la par de lo federal, programas de asistencia, esquemas de salud, y atención a todas aquellas solicitudes que la gente realiza, sobre todo, los que viven en mayor vulnerabilidad.
Ya lo dijimos: la Ciudad de México, por su magnitud, es un manojo de retos y desafíos que a diario hay que enfrentar. La Jefa de Gobierno, a nuestro juicio y el de una inmensidad de ciudadanos, lo hemos puntualizado como una labor que promueve, pero lo más sustancial, aterriza el desarrollo. En efecto, tenemos que decirlo también de la forma que es: hay, aunque los conservadores quieren hacernos creer lo contrario, una coordinación eficaz con Claudia Sheinbaum. La presidenta, de hecho, siempre está al pendiente y busca soluciones con Brugada para continuar posicionando a la CDMX. Y cuando llevas a cabo esa misión que te delegó el pueblo, el quehacer conjunto, responsabilidad de todos, se vuelve más óptimo. A lo que voy es que la voluntad de la administración de Clara, sumada a la visión de Claudia, es una mezcla que suma. Eso, sin detenerse, abona para que las Utopías se vuelvan realidad al dejar una huella que es posible imaginar cuando se eficientan los mecanismos para inhibir el impacto de la contaminación, así como mejorar la movilidad, otro de los desafíos.
Notas finales
Ya que hablamos de coordinación y fenómenos naturales, la presidenta de México, con esa enorme sensibilidad y solidaridad con las causas, no ha quitado la mirada de las afectaciones que han provocado las intensas lluvias. Los diluvios que azotaron, claro está, provocaron desastre y, de manera lamentable, la pérdida de vidas humanas en algunos enclaves del país. La misma Sheinbaum, con toda la capacidad que tiene el Estado para atender estas emergencias, no ha escatimado la atención inmediata, especialmente en Hidalgo, Querétaro, Veracruz y Puebla. De hecho, en este último estado, la mandataria ha mostrado todo su respaldo al gobernador Alejando Armenta. Él mismo, que recorre a pie los municipios que resultaron afectados, se ha comprometido a trabajar arduamente para reconstruir viviendas y reparar caminos. Sumado a ello, de relevancia, es que siempre hubo un plan para inhibir; es decir, un esquema preventivo que contempla albergues, centros de atención especializada donde se garantiza el acceso a médicos y alimentos, lo mismo que suministros de elementos indispensables.
Eso, que es tan fundamental, es un plan de emergencia idóneo para atender de inmediato los efectos que provocan los fenómenos naturales, pues la administración de Puebla, queda claro, rápidamente divulgó en las redes sociales todos aquellos insumos, rutas y centros de acopio que gratuitamente están al alcance de la población. Esto es, sin ir más lejos, la sensibilidad de un gobierno de la 4T, porque se reconstruirán escuelas, viviendas y caminos.