El Gobernador Republicano de Texas, Greg Abbott, declaró el “estado de desastre” el 1 de junio, en respuesta al alto volumen de cruces fronterizos ilegales en los meses anteriores. Abbott y el Gobernador Republicano de Arizona, Doug Ducey, ordenaron a las agencias estatales y los condados fronterizos que construyeran barreras adicionales en la frontera entre Estados Unidos y México. Se fortalecieron a las policías estatales y locales para aumentar los arrestos de inmigrantes no autorizados. Además, instaron a otros estados a proporcionar mano de obra adicional.

La respuesta se dio rápidamente. En las últimas semanas, estados como Arkansas, Florida, Iowa, Nebraska, Ohio, Dakota del Sur y Wisconsin, gobernados por Republicanos, han anunciado planes para desplegar tropas de la Guardia Nacional, o personal policial, a lo largo de la frontera sur.

El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo a los periodistas que alrededor de 3 mil soldados de la Guardia Nacional, todos trabajando bajo el mando del Comando Norte de Estados Unidos y con estatus federal, continuarán en 2022 la misión militar en la frontera sur que comenzó en 2018 bajo la administración Trump, independientemente de las operaciones a nivel estatal.

En este marco de tensión es que los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, y de Marina, José Rafael Ojeda Durán, sostuvieron el miércoles pasado una reunión de trabajo con el jefe del Comando Norte de los Estados Unidos, Glen D. VanHerck. Se dijo que el objetivo de la visita era estrechar la relación bilateral militar y tratar temas sobre vigilancia aérea en la parte norte del país, migración y seguridad fronteriza.

El General de la Fuerza Aérea Glen D. VanHerck es Comandante de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) y Jefe del Comando Norte de Estados Unidos (USNORTHCOM). Antes de su asignación actual, el General VanHerck fue Director del Estado Mayor Conjunto en el Pentágono.

Más allá del tema migratorio, seguramente, durante las reuniones con sus contrapartes mexicanas, en la mente del General VanHerck estaba la preocupación por la otra cara de la cooperación bilateral militar. Algunos estudios de expertos sobre temas militares han expresado, con preocupación, que Estados Unidos no está preparado completamente para hacer frente a sus desafíos estratégicos actuales. Por eso tiene que asegurarse de que la relación con su vecino del sur está en orden.

La Estrategia de Defensa Nacional de 2018 identificó a China y Rusia como el principal desafío de seguridad de Estados Unidos. Los exmilitares y expertos de la RAND Corporation, Bruce Held y Brad Martin, escribieron recientemente que, desde el final de la Guerra Fría, ninguna nación pudo amenazar seriamente la integridad territorial o política de Estados Unidos o sus aliados. Pero eso ha cambiado, y tanto expertos como legisladores estadounidenses ahora consideran que Estados Unidos está involucrado en una competencia estratégica con la República Popular China, que está desarrollando su ejército para competir con Estados Unidos por el dominio en el Pacífico Occidental, y más allá. Además, Rusia ha revitalizado y modernizado lo suficiente su ejército como para representar una amenaza en el flanco oriental de la OTAN; y también ha demostrado su voluntad de invadir territorios de las naciones vecinas, leer aquí.

Gran parte del poder de combate de Estados Unidos está en el Comando Norte. Y requeriría de una gran capacidad logística de transporte y desplazamiento rápido en caso de guerra. Los expertos están convencidos de que la gestión de una nueva realidad estratégica exigirá que los líderes estadounidenses reconsideren el enfoque de defensa. Se requieren nuevas capacidades en el espacio y el ciberespacio. Pero también es necesario fortalecer las fuerzas de combate y la capacidad de apoyo, suministro y mantenimiento, así como las relaciones con sus aliados.

Esto supone un mayor presupuesto o la reasignación de recursos de las capacidades de combate a los activos de despliegue y sostenimiento por períodos prolongados. No se trata solamente de combatir en una guerra corta sino permanecer en el teatro de operaciones para combates largos y de alta intensidad. En los tiempos modernos, la excelencia de la estructura logística es la única manera de mantener una capacidad de disuasión.

Los adversarios operarán rápidamente para impedir el despliegue de las operaciones estadounidenses y tienen una ventaja: es probable que si ocurre algún conflicto bélico será en las regiones de los adversarios estratégicos, no en el hemisferio occidental. Rusia y China tendrán la ventaja del tiempo, de la distancia, de la táctica, de las capacidades de protección rápida. Eso dificultará el acceso para las fuerzas de Estados Unidos.

Estados Unidos necesita, entonces, el apoyo de sus aliados. Y siempre habrá consecuencias políticas y económicas derivadas de cumplir, o no, ese compromiso.

La mayor parte de la capacidad operativa de Estados Unidos se encuentra en su territorio y se necesitaría tiempo para movilizarlo. Tendrán que utilizar transporte comercial por camiones y ferrocarriles. Se requerirán enormes cantidades de municiones, combustible, repuestos y suministros. Reabastecimiento continuo.

El contexto de hoy es muy diferente al que los líderes militares y civiles de Estados Unidos operaron en el pasado. La preocupación principal es que los adversarios de Estados Unidos desestimen la disuasión si creen que pueden lograr victorias fáciles sobre su enemigo. Los conflictos siempre escalan. Las decisiones políticas pueden poner en peligro a las fuerzas militares.

Probablemente, el Jefe del Comando Norte de Estados Unidos tenía en su cabeza la necesidad de asegurarse que México no vaya a convertirse en un riesgo potencial por su acercamiento reciente a China y a Rusia. Seguramente, también han visto que las Fuerzas Armadas de México están más ocupadas en tareas que no son parte de su esencia, pero que su Comandante en Jefe les ha asignado adicionalmente.

Estados Unidos debe asegurarse de que México será un aliado ante cualquier escenario complicado con China o Rusia que se avecine en el futuro cercano. De lo contrario, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos enfrentarán obstáculos a la velocidad que se se exigirá para su desplazamiento a los teatros de operaciones.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos reconoce el problema. Hay una evaluación realista de la situación. Seguramente ya analizaron todos los escenarios a través de juegos de guerra y simulaciones. Habrá consecuencias militares, políticas, económicas y diplomáticas según sea la cooperación de sus aliados. El Congreso de Estados Unidos también estará atento. Se requiere mantener un equilibro entre las capacidades de combate, de apoyo, logísticas y la seguridad en el frente interno.

La relación que se observa entre los civiles y militares en México debe ser algo preocupante para los mandos militares en Estados Unidos. El control civil sobre las acciones militares y la asignación de responsabilidades adicionales a su experiencia es una distracción.

Hay muchos estudios académicos que han analizados esta relación.

Y la mayoría de ellos concluyen que los objetivos de las relaciones entre mandos civiles y militares son:

1) frenar el poder político de los militares.

2) asegurar que las fuerzas armadas actúen para proteger en lugar de poner en peligro al estado.

3) garantizar que los civiles no utilicen a las fuerzas armadas para fines políticos partidistas.

4) resolver el enigma de cómo los civiles pueden controlar a las fuerzas armadas y garantizar la eficacia militar, incluso cuando carecen del conocimiento y la experiencia específicos de los oficiales militares.

El Gobierno de la 4T tienen una responsabilidad integral por la seguridad del país. De hecho, los principales servidores públicos, civiles y militares, se reúnen todas las mañanas con este propósito. Lo que será muy relevante es que exista una interpretación de las reglas y procedimientos de manera que se asegure la separación entre las funciones civiles y militares y se logre la eficacia militar, preservando al mismo tiempo el control civil de las Fuerzas Armadas.

@javier_trevino