Que los autores firmen sus libros es una costumbre vieja. Según Google, el Oxford English Dictionary registra en 1907 el primer uso conocido del término en inglés book signing: “Esto sugiere que la práctica de firmar libros se estaba volviendo lo suficientemente común como para merecer su propia definición a principios del siglo XX”. No encontré, por desgracia, ninguna referencia acerca de qué libro se firmó en esa ocasión.
Supongo que está claro el significado de book signing —en español, firma de libros—: evento de mercadotecnia en el que un autor se reúne con sus lectores y lectoras para firmar ejemplares de su obra. En la actualidad tales eventos suelen celebrarse en librerías, bibliotecas o ferias del libro.
“¿Me consigues un libro firmado por Claudia Sheinbaum?”. Algunas personas cercanas a la presidenta me han comentado que a diario reciben tal mensaje de parte de gente, sobre todo dedicada a la política, de izquierda y de derecha.
Ignoro si habrá un evento especial, digamos próximamente en la FIL de Guadalajara, para que ella firme libros.
Sí los firmará, estoy convencido, en sus recorridos por el país o en sus audiencias en Palacio Nacional. No le dará mucho gusto hacerlo, pero no actuará de mala gana —es una mujer educada—, si se le acerca un diputado o gobernador y se lo pide. Le pondrá feliz que en las zonas populares le solicite su firma la gente del pueblo —esto es, no hombres y mujeres interesados en el poder ni coleccionistas de autógrafos—.
Me cuentan que en varios mítines de campaña firmó ejemplares de un libro de Arturo Cano, Claudia Sheinbaum presidenta. No era la autora, pero se trataba de su biografía.
Quien consiga un libro firmado por la presidenta tendrá en sus manos una mercancía que, con el tiempo, podría aumentar su valor. En internet hay ofertas de libros firmados por celebridades. Desde luego, tienen un costo superior al de la obra en librerías.
Habrá vivillos que, si logran el autógrafo de Claudia, lo usarán para presumirlo y dárselas de influyentes. En la política mexicana hay de todo, como en botica, pero es más abundante el aparentar poder para sorprender ingenuos y beneficiarse de ello.



