Dos han sido las principales diferencias entre Claudia Sheinbaum y su antecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador: la forma de enfrentar la inseguridad y el combate al crimen organizado, y su participación en reuniones internacionales del más alto nivel.

En ocho meses de gobierno ha realizado tres giras internacionales: la Cumbre del G-20 en Río de Janeiro en noviembre de 2024, donde sostuvo bilaterales con los mandatarios de China y Francia, entre otros; en abril, viajó a Tegucigalpa para participar en la CELAC; y este lunes acude a Kananaskis, Canadá, para asistir al G-7, como país invitado.

La agenda

En esta cumbre se abordarán temas como la paz y seguridad global, la crisis Israel-Irán, la guerra en Ucrania, migración ilegal, narcotráfico, incendios forestales y ciberseguridad. También se discutirán comercio, aranceles, cadenas productivas, la reforma de la OMC y la transición energética.

México, aunque no es miembro del G7, fue invitado junto a Australia, India, Ucrania, Corea del Sur, Brasil y Sudáfrica. Estas cumbres permiten encuentros bilaterales clave.

En este marco, Sheinbaum sostendrá su primer encuentro formal con el presidente Donald Trump, en territorio neutral. Estará acompañada por un equipo de alto nivel de seguridad, economía y relaciones exteriores, para tratar comercio, migración y seguridad.

Las columnas más leídas de hoy

Un enfoque diferente

Durante su sexenio, AMLO realizó solo siete viajes al extranjero. Evitó las cumbres del G-20, incluso en pandemia, y no asistió a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles porque no invitaron a sus amigos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Diplomacia de compadres.

Prefirió quedar bien con dictadores que dar la cara en los foros globales. Aunque México es una de las 20 economías más grandes del mundo, su gobierno optó por esconderse y perder interlocución internacional.

Mientras AMLO jugaba a la avestruz, Claudia ha asumido con seriedad el rol de México en el mundo.

El cambio de estrategia

Otro punto diferenciador ha sido la seguridad. El único integrante del gabinete nombrado directamente por la presidenta fue Omar García Harfuch.

Con él se dejó atrás la política de “abrazos, no balazos” para implementar operativos de inteligencia con resultados tangibles.

Durante el sexenio pasado hubo más de 190 mil homicidios dolosos. En contraste, en ocho meses de gobierno actual, se registra una reducción del 27% en homicidios diarios.

En seis años, se detuvieron 13 mil 319 miembros del crimen organizado; Harfuch lleva más de 10 mil en ocho meses. Además, ha desarticulado 139 laboratorios con un impacto económico estimado en 53 mil 770 millones de pesos.

Esta administración ha logrado caídas relevantes en homicidios y aumentos importantes en decomisos y detenciones, gracias a una estrategia coordinada con EE.UU.

Hoy, ante un escenario complejo dentro y fuera del país, la presidenta llega al G7 no solo como invitada, sino como interlocutora con agenda, datos y resultados.

¿Dejará atrás la retórica iracunda de personajes como Noroña, AMLO, Andrés hijo y José Ramón? Es, sin duda, su gran oportunidad para sacudirse el lastre.

X: @diaz_manuel