La preocupación de los estadounidenses en materia de cambio climático y transición energética es mayúscula y no por el hecho de que quieran someter a México, sino porque la seguridad de Norteamérica depende de alcanzar un acuerdo en materia energética y convertir a la región en la más importante del mundo económica y políticamente.

Es importante señalar que México, aunque posee las mejores condiciones para la producción de energías renovables, necesita lograr un buen acuerdo ya que, de no hacerlo, quedará a la saga y debilitará la región frente a otras potencias como China y Rusia.

Manipular tiene sus límites

Sin embargo, AMLO ha mentido y no asume los compromisos que firma. En noviembre pasado al celebrarse la primera reunión de Alto Nivel entre las tres naciones, luego que Trump las había cancelado, AMLO, Biden y Trudeau firmaron un Acuerdo Conjunto del cual destaca:

“El cambio climático representa una amenaza para nuestras economías y comunidades, especialmente aquellas que son vulnerables y desatendidas. Pero también presenta una gran oportunidad para reconstruir mejor, para crear empleos confiables y bien remunerados en mercados en constante crecimiento, y para posicionar a América del Norte como líder mundial en soluciones limpias.”

Acuerdo conjunto de AMLO, Biden y Trudeau

De manera enfática, la declaración abre la apuesta a las energías verdes:

“Nos comprometemos a trabajar en estrecha colaboración para acelerar el despliegue de energía renovable en América del Norte, reconociendo las políticas y prioridades respectivas y catalizando las finanzas y la tecnología al servicio de la energía renovable.”

Acuerdo conjunto de AMLO, Biden y Trudeau

También se comprometieron eliminar y racionalizar “los subsidios ineficientes” a los combustibles fósiles que fomentan el consumo derrochador a mediano plazo, o para 2023 en el caso de Canadá, y para poner fin a la provisión de financiamiento público internacional para la nueva generación de energía de carbón en el extranjero para finales de 2021.

Si bien AMLO firmó estos compromisos, no tardó mucho en negarlos y no reconocerlos. Empezando por su apuesta a la reforma eléctrica, la cual es violatoria de los tratados comerciales firmados por México, no sólo el T-MEC, sino los que se tiene con la comunidad Europea y con el TPP.

El Parlamento Abierto simulador

Apenas regresó de Washington, el presidente presionó al Congreso para que su iniciativa de reforma eléctrica se aprobara antes de finalizar el periodo ordinario de sesiones de diciembre pasado, pero, al no lograr los votos suficientes, tuvo que acceder a una propuesta democrática para su discusión en el “Parlamento Abierto”.

Lamentablemente dicho ejercicio se convirtió en un diálogo de sordos, en monólogos de integrantes de la 4T, en manipulación y descalificación hacia los ponentes que ofrecían argumentos en contra de la iniciativa. Al final, Bartlett y sus lacayos, como Ignacio Mier, evitaron difundir las propuestas y las evidencias presentadas por los especialistas, para solamente descalificar y difundir la retórica presidencial.

Por su parte, AMLO en sus mañaneras insiste en el tema del subsidio para las energías fósiles, sin importar que con ello traicione el acuerdo adquirido en Washington y no solo eso, al intentar manipular las declaraciones del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, trata de generar una polémica y distorsionar toda la información.

El embajador, desde su postura diplomática y en respeto a las instituciones y la vida democrática de México, apoyando el debate y la necesidad de corregir las actuales leyes energéticas, publicó un tuit donde aseguró que el presidente tiene razón en querer ‘hacer cambios para dar lo mejor al pueblo’. Se trata de un debate que se da en las democracias, porque las leyes son perfectibles y hay que mejorarlas y, una iniciativa como la eléctrica, no puede salir de manera dogmática como lo pretende AMLO, sin moverle una coma.

En su intento de manipulación AMLO dijo: “Muy bien, Ken. Es que es un hombre con juicio práctico, con sentido común, que es el más (sic) común de los sentidos”.

Sin embargo, lo que no comentó el presidente, es que Salazar en su papel de representante de EEUU dijo:

“Una de mis prioridades en México es ver por inversionistas y empresas estadounidenses para que exista piso justo y parejo. #EEUU respeta la soberanía de México y confía en que México cumplirá los compromisos adquiridos bajo el #TMEC al considerar cambios al sector energético”.

Ken Salazar

También dijo que visitaría grandes proyectos eólicos y solares para mostrar “nuestra asociación con México”.

AMLO empeñó su palabra y no la mantuvo y, con ello, no solo aparece como un charlatán, sino que traiciona al pueblo de México, porque dejará al país dependiente de la energía producida en otras latitudes. Nuevamente terminaremos agachados y de rodillas frente a otras naciones y en esta ocasión, es posible que sea con Rusia y China.

El problema es que nuestras exportaciones, migración, remesas, empleos y hasta educación, entretenimiento, cultura y deportes, dependen en buena parte de nuestra relación con Estados Unidos, que de alguna forma iba de manera positiva o hasta sumisa, pero hoy, en su megalomanía, AMLO cree que hasta con eso puede jugar, sin considerar los riesgos que implique.

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