López Obrador es genio, y figura. Hace sus giras de trabajo a donde considera. Puede hacerlo. Pero sus visitas a Sinaloa siempre causan revuelo. A estas alturas, se puede decir que al presidente le gusta visitar las escarpadas tierras donde coincide el estado con Chihuahua y Durango.

Digan lo que quieran. Especulen lo que consideren. Pero nunca un presidente había visitado tanto esos territorios, ni se la había jugado tanto por sus habitantes. Gente que carga en sus hombros un estigma injusto.

¡Mi cuna es Badiraguato! Orgullosa lo digo… Después pude ir a la capital para continuar mi preparación y formación profesional. Mi historia no es diferente a la de muchos. Por eso, me gusta andar por la sierra.

Los sinaloenses, y sobre todo los badiraguatenses debemos reconocerle algo a AMLO. En esta gira nos regaló un comentario que puede cambiar muchas cosas. En su visita al “Triángulo Dorado o Triángulo de Oro”, el mandatario propuso un nuevo mote para esta intersección territorial; su propuesta es “Triángulo de la Gente Buena”, ¿a poco no suena bien? O “Triángulo de la gente trabajadora”, o ¿Por qué no? La región de la buena vecindad, o algo parecido.

Cuando escuché eso no pude evitar esbozar una sonrisa de triunfo. La piel de gallina por las implicaciones de tal sugerencia. Porque su propuesta es una realidad. En la región del famoso triangulo, en Badiraguato y todo Sinaloa, donde gobierna Rubén Rocha, la gente es trabajadora, es buena, es entrona y echada para adelante.

Injusto es señalar a estas personas por ser de donde son o vivir donde viven. Despreciable es endilgarles un modo de vida sin conocer el contexto. Un contexto complejo que hizo que hombres de capacidad probada eligieran un camino sinuoso que los puso en el mapa y la historia como forajidos al margen de la ley.

Hay que ganarse la vida. Mujeres y hombres valientes que no se rinden y en la lejanía de los cerros hacen lo que pueden para darle a su familia un mejor futuro. Las dificultades y carencias de la sierra a la orden del día. Pero puede más el coraje, el orgullo y las ganas de sacar adelante a las hijas e hijos.

Porque en la sierra hay muchas personas como Chuy, que tempranito va por leña para atizar el horno en el que su mujer prepara “pan de mujer”. O José que madruga a su corral para ordeñar leche para hacer quesos. La Sra. María que cría gallinas para el sustento de la casa. Lupita, que todas las tardes borda y teje manteles y servilletas para vender. Ramoncito sale a la carretera a vender duraznos o naranjas de temporada.

Porque en la sierra existen muchos varones y mujeres, trabajadores, honestos, que no tuvieron la oportunidad de estudiar, y aun así eligieron el camino noble, para sacar adelante a sus familias y darles estudios a sus hijos. Con miles de carencias pero hoy ya son profesionales. ¡Eso da orgullo!

La idea del mandatario nacional es que hay que cambiar eso porque en la sierra los habitantes se caracterizan por su bondad, y lo dijo; “aquí hay mucha gente buena, trabajadora, y no hay que estigmatizar ninguna zona”.

En esta región de la Sierra Madre la “raza” es entrona, alegre, honesta, sencilla, con carencias, pero eso sí, bien trabajadores, además, “disculpe usted” pero ¡Lo mismo bailamos sueltos que abrazados!

Que se diga pues, que es el triángulo de los entrones, o de los buenos, de las y los trabajadores incansables. Que se cambie esa injusta creencia sobre las y los sinaloenses. Que se sepa cómo es de humilde nuestra gente.

La carretera Badiraguato-Parral es realmente una obra que impactará en la economía regional. Es una ventana al progreso para comunidades con potencial minero que por falta de conectividad e inversión no prosperaron. Pueblos con potencial ecoturístico y de montaña. Es un proyecto que merece atención y no merece que sea visto como un pretexto elucubrado para visitas extrañas por el ejecutivo.

¡Por algo se empieza, y por eso, solamente por eso, felicidades presidente!

Vanessa Félix

Twitter: @Jvanessafelix