La derecha, desde hace años, ha dejado de funcionar y operar en territorio. Les afectó mucho que la izquierda, de Andrés Manuel López Obrador, llegara al poder por la vía democrática. Ese fue el primer mensaje contundente que mandó la población civil para manifestar el hartazgo generalizado que había por los gobiernos neoliberales. Por eso han escurrido tanto odio e irritación, sobre todo en las guerras sucias que organizan y financian en las redes sociales. Una vez más, en efecto, saltan como carroñeros para aprovecharse de las desgracias. El propio Vicente Fox, primero encantado de la vida porque Ricardo Salinas salió a escena, cambia rápidamente de faceta en todos los bandos. Él, en su momento, llamó a votar por Enrique Peña Nieto. Se le ve el oportunismo y, lo peor de todo, sus limitantes como orador.

Eso es lo que tiene en sus filas el panismo. Ellos, que ahora nuevamente han preferido el golpeteo, tienen un panorama complicado en las elecciones intermedias del 2027. La información que tenemos, de acuerdo con las encuestas que se han publicado, dan cuenta del paso dominante de Morena. De hecho, ninguna de las estrategias perniciosas de la oposición le ha pegado a la presidenta, que ahora es la máxima exponente del movimiento de izquierda en México. Y cuando decimos nada, hacemos alusión al grado de cinismo que tiene el PRIAN. Van directamente al ataque frontal. Evidencias de esa hay muchas, sobre todo con los posicionamientos de Jorge Romero y Lilly Téllez. Lo mismo ocurre con otros actores políticos del panismo. Incluso algunos, ante la impotencia, manejan un lenguaje soez y vulgar, como el propio Germán Martínez. Al menos se justificaría para ellos si tuvieran algún avance en los números de percepción positiva de la población. Pero, volcarse como lo hacen ellos, no tiene ningún efecto fructífero.

Seguirán, de acuerdo con esa lógica, cosechando más derrotas en las elecciones del 2027, incluidas Chihuahua y Querétaro. El PAN, que no ha tenido una reestructuración de fondo, se la jugará con lo que tiene para competir ¿Pero con quién? En estos meses previos, antes de que se tomen decisiones y se definan las reglas de participación, no brota o irrumpe un liderazgo. No lo hay.

Es mucho lo que tienen que trabajar para alcanzar, al menos, ese rango de la competitividad. A nuestro juicio, como lo hemos dicho en otros espacios de opinión, Morena ganará 16 de 17 entidades federativas. Eso, a grandes rasgos, significa que el panismo tendrá mayor retroceso y, por ende, no tendrá más remedio que ceder la estafeta a la izquierda ahora que han emergido más liderazgos que se están robando los reflectores.

Desde que hay una perspectiva de comunicación distinta, profesional y plural, también hay un enfoque real del acontecer político. SDPnoticias, por ejemplo, ha sentado un precedente informativo de mucha relevancia. Los niveles de visitantes, de un abanico inmenso de plataformas de comunicación, ha trascendido en los primeros lugares. Sus rostros, de una mezcla de juventud y experiencia, le han dado una proyección a nivel nacional. Elizabeth García Vilhis y Poncho Gutiérrez, conductores de programas, están acaparando la atención.

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De por sí SDP, tan solo en las elecciones presidenciales y los estados que se jugaron, fue, a través de MetricsMx, la encuestadora más precisa y acertada. Gracias a eso, tenemos constantemente acceso a mediciones sobre la labor de quienes están al frente del proceso de transformación.

Me llamó mucho la atención, por ejemplo, la entrevista que realiza Poncho Gutiérrez a Santiago Nieto, uno de los perfiles fuertes para llegar a la candidatura de Morena en Querétaro. Al existir una coincidencia con la narrativa del director del IMPI, tiene mucha razón en decir que, para lo que se avecina, será una derrota del PAN en ese enclave. Él, de manera verbal y en entrevista, dijo que “Morena sacará al PAN de la Corregidora”.

Más que un pronunciamiento, la concepción tiene una base de fundamentos que, de paso, hemos explicado en los fragmentos de esta columna. De hecho, Morena está más que preparado para irrumpir como el nuevo proyecto de transformación en tierras queretanas. Ya el panismo, de plano, no tiene la fuerza que había mostrado en años anteriores. Llegarán con los fantasmas del pasado, como lo que aconteció en Yucatán, que ellos mismos presumían ser el punto que más tenía la camiseta del blnquiazul puesta. Todo parece indicar, con lo que vemos a diario, que el PAN tendrá el mismo revés.

Aquí no es una cuestión de declaraciones ni mucho menos un tema de posicionamientos del gobierno estatal de Querétaro. Ellos, pese a que han llamado abiertamente a no votar por Morena, son los primeros que tendrán que preparar la transición ordenada y pacífica.

Su inoperancia, desde la dirigencia que encabeza Jorge Romero, hablan por sí sola del desastre que son. Le han dado, por ejemplo, todos los reflectores nuevamente a Ricardo Anaya, un personaje gris que fue sacudido por los escándalos de corrupción que se ventilaron en vísperas del 2018. Todo eso, desde luego, contribuye para acelerar el ocaso del PAN en Querétaro. Esa decisión está en el corazón del pueblo que, por lo que vemos y percibimos, inclinará la balanza a favor de la 4T.

Morena, de las 17 entidades federativas, ganará 16, entre ellas Querétaro, donde obtendrá no solo el despacho estatal, sino la mayoría de distritos locales y ayuntamientos.