Una manera de entender lo que es el neoliberalismo es definirlo como una forma de capitalismo extremo acompañada de mercantilismo y materialismo.

Yo tuve el privilegio de formar parte de las filas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el año 1989, después de haber aprobado el complejo, hasta ahora, examen de admisión, en una época gloriosa de México, económica y socialmente hablando, el rector de la UNAM ese año era el Doctor José Sarukhan, y el director de la Facultad de Medicina el Doctor Fernando Cano Valle.

En esa época yo tuve la fortuna de tener un coche alemán austero de cuatro cilindros, pero me gustaba trasladarme a la UNAM en Metro, era muy motivante viajar con cientos de estudiantes al mismo tiempo, y bajar en la estación Copilco con todos ellos para llegar a nuestras aulas de estudio.

La última vez que visite la UNAM, sus oficinas sindicales, la Rectoría, la Biblioteca Central, y la Facultad de Medicina, fue poco antes de la pandemia. Me llamó mucho la atención que los estacionamientos de todo el circuito escolar eran de cuota, muy razonable: 10 pesos por todo el día, pero de alguna manera, esto ya habla de capitalismo en tierras consolidadas de la UNAM.

Y no quisiera ser crítico, y menos de mi alma mater, donde conocí a varios de los mejores maestros de mi vida, y donde desarrollé la teoría de la cura del cáncer con ácido cítrico en ese año 1989, pero repito, la UNAM no debería hacer negocios, ni de los estacionamientos, ni de los estudios que están realizando desde hace varios años en la Facultad de Medicina, burocráticamente con fines de investigación, pero que finalmente generan capitalismo, me refiero a los estudios por imagen que realizan diariamente a pacientes con cáncer llamados PET (Tomografías por emisión de positrones).

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Estos estudios PET, que aunque los costos que se cobran en la UNAM son menores a los comerciales, no se deben realizar de rutina, ni en tantas ocasiones a los pacientes con cáncer, ya que desde que surgieron tecnológicamente, sirven primordialmente para establecer que el cáncer ya se haya erradicado, y no como métodos diagnósticos de rutina, ni para diagnóstico de progresión del mismo, como se está haciendo actualmente, para eso existen diversos estudios de imagen, incluyendo radiografías, ultrasonidos, tomografías y resonancias magnéticas, entre otros, y diversos estudios de sangre confirmatorios de cáncer o de su ausencia, incluyendo los llamados marcadores tumorales y diversos estudios generales y hasta moleculares.

Repito, no es una crítica, es simplemente un análisis, yo siempre llevaré muy bien puesta mi camiseta de puma, con la que me gradué como pediatra del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” hace 20 años.

Finalmente, si todos estos estudios PET que hacen diariamente en la Facultad de Medicina de la UNAM realmente tendrían fines de investigación científica y/o médica, no deberían tener ningún costo para los pacientes que se los realizan, al contrario, dichos pacientes deberían recibir una aportación económica por participar en proyectos o protocolos de investigación, tal como lo establecen convenios nacionales e internacionales.

Alberto Halabe: @cancercuretop2