LA POLÍTICA ES DE BRONCE
Libre albedrío. Que a la marcha —mejor dicho, a las marchas— del sábado 15 de noviembre, convocadas en la CDMX y en otras ciudades del país, vayan quienes deseen asistir; que lo hagan en paz, que ejerzan sus derechos constitucionales a la libre expresión y reunión, consagrados en nuestra multimodificada Constitución. Que los organizadores tengan la capacidad de denunciar a los infiltrados y oportunistas políticos. Que las autoridades de seguridad tengan la capacidad, sensibilidad y honestidad para garantizar la seguridad e integridad de los manifestantes y de los ciudadanos.
Por definición, los políticos y las políticas son oportunistas: está en su naturaleza. La política es amoral, pero hasta en esa amoralidad hay límites, cuando se rebasa el decoro y se hunden en el pantano de la vulgaridad que los propios políticos evidencian con sus acciones y declaraciones. Si el gobierno federal y estatal no vio ni escuchó las llamadas de auxilio de Carlos Manzo, menos lo hizo la oposición. Sin embargo, prestos están a sacar raja política, no únicamente del asesinato de un presidente municipal, sino de la situación que vive la población de Uruapan, que de inmediato elevó la voz y el pasado fin de semana salió a las calles a ejercer su derecho a la indignación.
Queda para el registro el breve video del Canal del Congreso en el cual la senadora Lilly Téllez pregunta a su compañero Ricardo Anaya el nombre del presidente asesinado, para acto seguido desgarrar su garganta pidiendo justicia. Quedó desnuda en su oportunismo.
Los jóvenes de Uruapan y de México tienen todo el derecho a protestar, alzar la voz y salir a las calles. El pueblo de Uruapan tiene derecho a indignarse, a protestar por el asesinato de la persona que eligieron para gobernarlos. Su indignación se une a otras indignaciones y voces sitiadas por la inseguridad, engañadas por la retórica gubernamental y su falta de empatía. Qué bueno que hayan decidido expresar este descontento por medio de una protesta pública y pacífica.
¿De qué dimensiones será la protesta del 15 de noviembre? No lo sabemos; tampoco sabemos qué sectores y grupos sociales participarán. ¿Pone en riesgo la gobernabilidad o la estabilidad de Michoacán? No, pero depende de las autoridades estatales y federales si son parte de la solución o del problema. ¿El asesinato de Carlos Manzo y la situación en Michoacán afectarán el proceso electoral de 2027? No, a menos que no se atienda adecuadamente la complejidad del fenómeno, como ocurrió en Sinaloa.
Una postal de hace años: México inició 1968 de manera tranquila y con el horizonte de ser sede de los Juegos Olímpicos. México era un milagro social y económico: estabilidad política, el PRI como gran partido hegemónico con control absoluto de los gobiernos estatales y del Congreso de la Unión; una institución presidencial fuerte, sólida, donde no se percibía en el horizonte que nada pudiera dañar su legitimidad, popularidad y, por supuesto, su continuidad en el poder. México gozaba de estabilidad económica: crecimiento del 6.5%, paridad cambiaria de 12.5 pesos por dólar, movilidad social por medio de la educación y el mérito.
La falta de sensibilidad de la clase política, su lejanía de la sociedad —particularmente su soberbia— les impidió ver que los jóvenes universitarios también tenían capacidad de indignación y estaban conscientes de sus derechos. En lugar de tratar de entender el fenómeno que surgió en México, pero que ya se había instalado en otras partes del mundo como Praga y París, optaron por la respuesta autoritaria que finalmente los llevó a su derrota: inmediata, moral y después política.
Que las lecciones del pasado no las olviden quienes detentan el poder en el presente.
Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.



