Todos, al menos la inmensa mayoría, hacemos caso omiso de la guerra propagandística que divulga la oposición. Todavía, a estas alturas, dicen que- el proyecto de la cuarta transformación- es un peligro para México.

Esa oleada, recuerdo, pegó muy fuerte en los medios de comunicación cuando se perpetró el fraude electoral del 2006. En aquel entonces, Felipe Calderón, en complicidad con algunos canales de información, se encargaron de propagar esa estrategia. A la par de ello, quedó claro, fuimos desinformados de que la brecha de las encuestas se había cerrado. Después vino lo del empate que, al final de cuentas, dejó al descubierto el descaro con el que se robaron un proceso democrático.

Y Andrés Manuel, defensor férreo de la democracia, jamás se dio por vencido para llegar a Palacio Nacional. Una vez que tomó posesión, las cosas dieron un giro preponderante. En aquel entonces, recuerdo, la confianza que ganó fue generalizada por todos los sectores sociales de la población. En este universo de la cuarta transformación, en efecto, los empresarios han confiado en la esencia de un plan de ideas bien detalladas que, por los pormenores, han dado frutos sustanciales. La propia Claudia Sheinbaum, que se reúne constantemente con ellos, ha presentado proyectos integrales para trabajar a la par. El propio Consejo Coordinador Empresarial, al obtener diálogo y áreas de oportunidad, ha cerrado filas con la política de estado. Se habla mucho de esa colaboración. De hecho, muchas compañías se muestran tan interesadas en expandir sus productos como parte del andamiaje que lanzó Claudia con el plan México.

Como ha venido sucediendo, el Consejo Coordinador Empresarial, con ese flujo de comunicación directa con palacio nacional, ha puesto sobre la mesa una gama de estrategias para poner en marcha productos que, con esa calidad que se elaboran, podemos presumir que vienen de manos mexicanas. “Lo hecho en México está mejor hecho”. Esa es la bandera que ondeamos ahora que se ha propagado esta campaña de información que, entre muchos objetivos, permite incentivar el abanico tan amplio de los productos que vemos a diario. Desde el punto de vista económico, pero sobre todo para adentrarnos al entorno de las oportunidades ante un mundo globalizado, saldrá a flote la capacidad, especialmente con marcas de prestigio. Precisamente por eso, evidentemente, no estamos tan distantes, sino muy cercanos a esa competitividad.

De mucho han servido esos canales de comunicación que ha construido la presidenta constitucional. Reunir al Consejo Coordinador Empresarial, que es algo así como el escalón más alto, no es cualquier cosa. Lo más importante de todo, de plano, es el manejo adecuado que se le ha dado. Marcas importantes, de gran consumo en el mercado, se aglutinan y, con ello, lanzan una sustancial campaña que se traduce en un hecho histórico. Eso no tiene punto de comparación. Hablamos de planes estratégicos que, juntos, dan acompañamiento para que el impacto sea mucho más profundo. A nivel nacional, por ejemplo, vemos sectores que producen alimentos; empresas dedicadas a la construcción; compañías de gran prestigio, lo mismo que instituciones bancarias. Todo eso que está pasando, como telón de fondo, permite que los empleos se multipliquen. Pequeñas y medianas empresas, de igual forma, tienen cabida en esta consigna que busca proteger la industria nacional a través del Plan México.

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Me parece una estupenda idea que el gobierno de la república, a través de sus instituciones encargadas, trabaje en conjunto con el Consejo Coordinador Empresarial. Lo que está sucediendo, luego del anuncio de esta campaña de publicidad, lo “Hecho en México está mejor Hecho”, abre un nuevo capítulo en nuestro mercado interno. Recordemos que, hace poco, se dieron a conocer los pormenores de una cifra récord en inversiones extranjeras. Eso es parte de la confianza, pero también de la calidad. De hecho, muchos medios de comunicación divulgarán y pautarán el contenido por un largo tiempo. Lo dicho hasta aquí, en definitiva, son los efectos de lo que hoy conocemos como proceso de transformación.

En concreto, queda claro, estas acciones tendrán rendimientos importantes para el sector empresarial y, por ende, una cantidad importante de empleos que se generarán. Y cuando hay oportunidad de adentrarse en el mundo laboral, desde luego, se mejora la calidad de vida de muchas familias. Es una cadena de componentes que, a la postre, traen efectos duraderos. En efecto, la insignia Hecho en México, desde su proyección, la hicimos parte de este andamiaje de ideas que se reflejan por la buena planeación. Esto, una vez más, nos pone en la antesala de ser una potencia mundial. Eso, recordemos, fue parte de los objetivos que se planteó Claudia Sheinbaum.