Se acerca el Informe y todo empieza a sonar como trend “De color.. de rosa”: mesas de seguridad, titulares color de rosa, fotos oficiales y discursos que prometen que todo marcha “re que te bien”.

Pero basta abrir Facebook, Twitter o TikTok para ver que la realidad es otra. Las redes sociales ya no son solo escaparates; se han vuelto registros constantes de linchamientos, robos virales, fichas de búsqueda y videos de miedo que muestran calles abandonadas, ciudadanos que se sienten desprotegidos y comunidades que conviven con la violencia todos los días.

El gobierno de Delfina Gómez Álvarez y Morena habla de coordinación y de cifras a la baja. Sus comunicados destacan logros, entregas de patrullas y reuniones de las “Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz”. Pero la vida real en el Estado de México se siente diferente.

La tragedia de Xalatlaco lo evidencia: cinco personas murieron en un tianguis, una de ellas el agresor, linchado por la propia comunidad. La gente no espera a que las estadísticas luzcan bien en un informe, actúa.

Los datos son brutales. Según ENVIPE 2024, el 87.3% de los mexiquenses se siente inseguro.

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Casi la mitad de los delitos se comete con armas de fuego, muy por encima del promedio nacional. Robo de vehículos, extorsión, asesinatos, linchamientos… la violencia no cede.

Y mientras el gobierno presume logros parciales, los videos virales muestran la otra cara: robos a plena luz del día, masacres, familias aterrorizadas, negocios saqueados, ciudadanos que no saben si regresarán a casa con vida.

La narrativa oficial habla de control y avances, pero los hashtags, videos y comentarios diarios cuentan otra historia: abandono, impunidad y miedo constante.

Cada día, las redes sociales muestran cómo la ciudadanía convive con el riesgo. En TikTok, en Facebook, en grupos de WhatsApp, los videos circulan rápido: un robo a un transporte público, un linchamiento, un enfrentamiento armado.

Los titulares oficiales no logran transmitir esa sensación de inseguridad. Mientras Morena presume mesas de coordinación y supuestos descensos en ciertos delitos, la gente sigue sintiendo que la violencia se ha convertido en parte de su rutina.

Las cifras oficiales tampoco ayudan a aliviar la percepción ciudadana. En 2024, el Estado de México registró 3,562 homicidios; más de 60,000 robos a transeúntes; robo de vehículos y transporte público fuera de control; extorsión que sigue siendo una constante.

La violencia se ha normalizado y, aunque los boletines hablan de reducciones, la sensación en las calles y en las redes es de un incremento constante. Los programas oficiales, como el canje de armas, apenas rozan la realidad, y la ciudadanía lo sabe: los delincuentes siguen armados, operando libremente y la justicia no llega.

Lo que muestran los videos virales y los hashtags es otra realidad: mercados donde la gente no puede caminar tranquila, parques donde los niños juegan bajo la sombra del miedo, calles donde salir por la mañana no garantiza volver por la tarde. Cada robo, cada asesinato, cada linchamiento es un recordatorio de que la seguridad prometida por el gobierno de Delfina Gómez y Morena sigue siendo una aspiración lejana.

El contraste es claro: mientras los boletines oficiales pintan todo de color de rosa, las redes sociales muestran la verdadera historia, la inseguridad es palpable.

La ciudadanía ya no se guía por discursos; se guía por lo que ve y vive. La percepción de inseguridad no se arregla con fotos de patrullas ni con reuniones de coordinación, y eso lo saben quienes viven en cada colonia, barrio o comunidad del Estado de México.

Los videos de robos virales, las fichas de búsqueda compartidas en grupos, los comentarios en Facebook y Twitter, reflejan lo que el Informe oficial omite: un Estado de México donde la violencia se ha convertido en rutina, donde el miedo ha mutado en rabia contenida, y donde la brecha entre el discurso del gobierno y la experiencia ciudadana sigue creciendo.

Mientras los boletines intentan pintar todo de rosa, las redes cuentan otra historia: un Estado de México donde la seguridad es un concepto lejano, donde la justicia se siente ausente, y donde la percepción ciudadana no coincide con lo que Morena y Delfina Gómez quieren mostrar.

La realidad de la violencia se documenta en cada video, en cada hashtag y en cada comentario compartido, recordando que la vida cotidiana no se mejora con discursos ni con fotos oficiales: se vive, se siente y, muchas veces, se teme.

Alberto Rubio Canseco en X: @Alberto_Rubio