Antes que nada, agradezco profundamente a Federico Arreola por abrirme este espacio semanal para compartir con ustedes las ideas y acciones que estamos impulsando desde la Cámara de Diputados. Este es un puente directo con la ciudadanía, y me llena de orgullo usarlo para hablar de una propuesta que considero fundamental para el futuro de nuestro país: la economía circular.

Una nueva manera de entender los residuos

Hoy en México, enfrentamos una realidad clara: cada año generamos cerca de 44 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, pero apenas reciclamos el 9.6% de ellos. Esto significa que millones de toneladas terminan en tiraderos, contaminando suelos y cuerpos de agua. Ante este panorama, no podemos seguir dependiendo de un modelo lineal de “usar y desechar”.

Es aquí donde la economía circular aparece como una alternativa inteligente. Este modelo propone algo muy simple, pero profundamente transformador: darle una nueva vida a los materiales a través del reciclaje, la reparación, la reutilización y la recirculación. En lugar de que los desechos se conviertan en un problema, se transforman en una oportunidad.

De la ley a la acción

La Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos ha sido una herramienta importante, pero los retos de hoy exigen ir más allá. Por ello presenté una iniciativa para que, de manera explícita, la ley incorpore los principios de la economía circular. Con ello, no solo fortalecemos el marco jurídico, también enviamos un mensaje claro: México está listo para dar un paso hacia adelante en la gestión responsable de sus recursos.

Además, no se trata únicamente de cumplir con compromisos internacionales en materia ambiental. Se trata de algo mucho más cercano y urgente: proteger nuestro entorno y garantizar la calidad de vida de las futuras generaciones.

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El vínculo con el agua

Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con la problemática actual del agua? Mucho más de lo que imaginamos. La mala gestión de los residuos ha contaminado fuentes hídricas, agravando la crisis de escasez que ya padecemos en diversas regiones, entre ellas Querétaro.

Si reducimos, reciclamos y reutilizamos, evitamos que los desechos terminen en ríos, presas o acuíferos. Con ello no solo cuidamos el medio ambiente, también aseguramos agua más limpia y disponible para la agricultura, la industria y, sobre todo, para las familias mexicanas.

Los beneficios que nos esperan

Adoptar la economía circular no es una moda: es una oportunidad real para transformar a México y a Querétaro. Entre sus beneficios destacan:

Cuidar el ambiente, reduciendo contaminación en agua, aire y suelo.

Generar empleos verdes, especialmente en reciclaje, innovación y diseño sostenible.

Fortalecer nuestra seguridad hídrica, protegiendo los recursos que son vitales para la vida.

Impulsar la competitividad, colocando a México a la altura de los estándares internacionales en sostenibilidad.

Un compromiso con el futuro

La economía circular no es solo una reforma legal; es un cambio de visión. Es apostar por un modelo en el que los residuos ya no sean basura, sino recursos que generan valor. Es demostrar que sí podemos transformar un problema en una oportunidad de crecimiento, empleo y bienestar.

Desde la Cámara de Diputados seguiré trabajando con compromiso, cercanía y resultados, porque la tarea es clara: lograr que Querétaro sea fuerte otra vez y que México avance hacia un futuro sostenible.