Dos columnistas de Milenio —por distintas razones— no consideran a Marcelo Ebrard un hombre leal. Por algo será.

Uno, Jorge Zepeda Patterson —periodista experimentado que me parece simpatiza con el canciller— ve a Marcelo como potencialmente traidor a Morena.

El otro, Agustín Gutiérrez Canet —embajador en retiro, crítico siempre del titular de Relaciones Exteriores— abiertamente califica como traidor al señor Ebrard.

Ebrard y Pompeo

No podía el embajador Gutiérrez Canet abstenerse de comentar el libro Nunca cedas en nada de Mike Pompeo, ex secretario de Estado de Estados Unidos.

El señor Pompeo narra en esa obra que el canciller mexicano Marcelo Ebrard personalmente pidió al gobierno estadounidense, cuando lo presidía Donald Trump, ocultar un acuerdo para la devolución de migrantes a México.

Ebrard llegó al extremo de exigir a Pompeo que el acuerdo no lo conociera la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, esposa de Gutiérrez Canet.

Con tal información, Agustín califica a Ebrard de entreguista y concluye: “Esto comprueba que mi esposa, la embajadora Bárcena, siempre le dijo la verdad al presidente López Obrador, que actuó con patriotismo, que siempre defendió los intereses de México y que Ebrard engañó al presidente, al Senado y al pueblo mexicano”.

La pregunta que me hago es la de qué pensará Andrés Manuel López Obrador de las revelaciones de Pompeo. Si algún reportero le pregunta, creo que AMLO dirá que “confía” en Ebrard. En público el presidente de México no podría decir otra cosa. La duda es lo que Andrés Manuel dirá en privado a su círculo más cercano y, sobre todo, lo que el tabasqueño se dirá a sí mismo a solas.

¿Se atreverá Andrés Manuel a llamar a Martha Bárcena para disculparse por la ofensa que para ella sin duda representó el trato que le dio el intrigante Ebrard?

¿Por qué un columnista tan experimentado como Zepeda Patterson no le cree a Ebrard?

Jorge Zepeda Patterson especula que el canciller Marcelo Ebrard podría abandonar Morena para buscar ser candidato presidencial de oposición. ¿Es una ocurrencia del columnista? No lo creo. Pienso que alguna información tiene —de pláticas con el propio canciller o con gente de su equipo— y, para no delatar sus fuentes, la presenta como conjetura periodística.

El hecho es que, Milenio, Zepeda Patterson menciona a Marcelo Ebrard como un militante de Morena potencialmente traicionero en relación a su partido.

El señor Zepeda Patterson no le cree al canciller Ebrard cuando este dice que, en caso de perder la encuesta de Morena, “seguirá siendo leal al gobierno de la 4T y no competiría contra el candidato oficial”.

El columnista de Milenio no confía en que Ebrard diga la verdad porque el canciller ha hecho tres peticiones que nadie en Morena ha atendido —y que en mi opinión nadie en ese partido tendría por qué atender ya que parecen chantajes del canciller—: (i) debates públicos entre los precandidatos, (ii) separarse de sus puestos para hacer campaña abierta y (iii) definir metodologías de manera transparente.

Como Marcelo Ebrard no manda en Morena y dado que no es la única corcholata cuya opinión cuenta, sus rivales Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum le respondieron, pienso que con bastante lógica: (i) que sí habrá debates, pero no cuando a Marcelo se le pegue la gana, sino llegue el momento de organizarlos, ni antes ni después; (ii) que quien quiera renunciar a su cargo, que renuncie, pero que por el momento ni Claudia ni Adán dejarán sus responsabilidades porque tienen mucho trabajo, y (iii) la metodología de la encuesta la decidirá, como ha ocurrido desde la fundación del partido de izquierda, una comisión de Morena que, precisamente, se llama Comisión de Encuestas, en la que hasta donde estoy enterado participa un intelectual irreprochable como Pedro Miguel.

Como en Morena no están al pendiente de las ocurrencias de Ebrard ni se dedican a cumplir los deseos del canciller, ello lleva a Zepeda Patterson a preguntar “qué haría Marcelo en caso de atribuir una derrota a las malas artes, sea cierto o una mera percepción”.

Zepeda especula con dos preguntas: (i) ¿intentaría Ebrard convertirse en candidato de oposición? Y (ii) ¿lo aceptarían el PRI y el PAN?

El columnista de Milenio no tiene ninguna duda acerca de que Ebrard, como candidato de la oposición, “sería infinitamente más competitivo que las opciones de Claudio X, Lilly Téllez, Enrique de la Madrid o Santiago Creel”. Y añade otra ventaja que él ve en Marcelo: “la posibilidad de recibir el apoyo de Movimiento Ciudadano”, que nadie de las actuales figuras de la oposición tendría.

“#EsClaudia, salvo que…”

Ese es el título del artículo de Jorge Zepeda Patterson en Milenio. Dice el columnista que “Claudia Sheinbaum ocupará la silla presidencial a partir del 1 de octubre del próximo año, salvo algún imponderable en las dos instancias decisivas: la nominación y los comicios presidenciales”.

Queda claro en su columna que Zepeda Patterson no ve muchas posibilidades de que Claudia sea derrotada en la encuesta de Morena. Es mucho lo que ella ha avanzado en las mediciones de preferencias electorales y, pese a tantas agresiones que ha recibido —particularmente duras desde el arranque de 2023—, mantiene el liderato, en buena medida debido al apoyo total que ha recibido de parte del presidente López Obrador.

Bien leído el texto del colaborador de Milenio, debe concluirse que si la oposición se la juega con Claudio X, Lilly Téllez, Enrique de la Madrid o Santiago Creel, la señora Sheinbaum arrasará en las elecciones constitucionales.

Según el señor Zepeda, solo hay una posibilidad de que Claudia enfrente en 2024 a un “rival de riesgo”: Marcelo Ebrard.

Hay un hecho interesante aquí. De las dos corcholatas que encabezan las encuestas solo Ebrard amenaza con irse a la oposición —amenaza sí, ya que debe ser producto de charlas con el propio Ebrard o sus voceros que la comentocracia insista en que podría el canciller traicionar a Morena si la encuesta no se realiza a su gusto—. De la lealtad de Sheinbaum, por cierto, nadie duda. Tampoco de la fidelidad de Adán Augusto.

Los términos del chantaje

Lo anterior implica que solo Ebrard le garantiza a Morena que la oposición no tendrá un fuerte candidato presidencial. Y es que, dice Zepeda, el PRI y el PAN únicamente podrían ser competitivos si convencieran al canciller de encabezarlos en las presidenciales del 2024.

Ahí está el chantaje: si el proceso interno y la encuesta de Morena cumplen con los caprichos de Ebrard, este será candidato de izquierda y la oposición le pondrá enfrente a un bulto —es decir, un competidor bueno para nada—, pero si las cosas no son como las quiere Marcelo, entonces se irá al PRIAN y pondrá en riesgo la victoria del morenismo.

¿Qué debe hacer Morena para responder al chantaje de Ebrard? En mi opinión, ignorarlo. Y si se atreve a irse, que se vaya. Si eso representara un riesgo para la izquierda mexicana, ni modo. Supongo que habrá en la 4T argumentos y estrategias para competir contra el que sea, por más temible que parezca.