Voy a hablar de dos columnas publicadas el pasado martes que tocaron temas realmente alarmantes: la de Darío Celis, que anticipó un gran escándalo, y la de Raymundo Riva Palacio, de la que nadie se acuerda, ni el propio autor.

Anteayer, martes 24 de junio de 2025, en su columna de El Heraldo de México Celis dio a conocer lo que su compañero de páginas Carlos Mota hoy llama un “misil de EUA al sistema financiero mexicano”.

El hecho es que ayer miércoles el escándalo anticipado por Celis estalló, teniendo en el centro a un empresario destacado y en mi opinión honesto, Alfonso Romo.

Carlos Mota analiza correctamente el problema:

  • “Qué misil tan potente lanzó ayer el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al acusar a tres instituciones financieras mexicanas de ser partícipes de esquemas de lavado de dinero y emitir una orden para impedirles continuar funcionando como regularmente lo hacían”.
  • “La acusación es la noticia más grave para el sistema financiero mexicano en décadas y constituye un punto de no retorno para estas tres empresas”.
  • “Dijo el Departamento del Tesoro, a través de la Red de Control de Delitos Financieros, que estas firmas ‘jugaron un papel fundamental y duradero en el lavado de millones de dólares a nombre de cárteles basados en México y facilitaron pagos para el abasto de precursores necesarios para producir fentanilo’. Grave, grave, grave”.

Sin duda Carlos Mota es un excelente analista, pero su talento esta vez no le dio para ser generoso y reconocer que la primicia la dio Darío Celis, columnista que trabaja bastante para hacerse de información confiable.

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A veces Darío se equivoca, como todos, pero de que trabaja para confirmar la información que recibe, sin duda lo hace. Solo hay otro columnista que no se traga los rumores sin investigar si tienen algún fundamento, Francisco Garfias, de Excélsior.

En el caso del escándalo de CI Banco, Intercam y Vector me consta que Darío tenía la información desde la semana pasada. No la publicó antes porque no había confirmado su veracidad. Eso lo sé porque me preguntó varias veces si yo sabía algo del tema. Lamento no haberle podido ayudar.

Habrá bastante información sobre el tema en la prensa de hoy jueves 26 de junio; de hecho la hay desde ayer. Una minoría de columnistas reconocerán el trabajo de Darío Celis. Entre quienes son intelectualmente honestos y saben admitir los triunfos ajenos no está, como hemos visto, Carlos Mota ni tampoco Raymundo Riva Palacio de El Financiero.

Desde luego, Riva Palacio comentó hoy mismo el tema. Pero no se quedó en el análisis objetivo: es una crisis para el sistema financiero mexicano, cuyas instituciones batallarán para superar, pero sin duda lo lograrán con el apoyo de un gobierno fuerte como el actual de izquierda en nuestro país.

La poca información que ha circulado sobre el asunto la tomó Raymundo y la politizó excesivamente. Normal en él: lo suyo es la politiquería. Este jueves, en El Financiero, contó otra historia de periodismo ficción que no tendrá ninguna consecuencia.

Como no la tuvo su revelación del pasado martes de una conexión diabólica entre Irán y Palenque, Chiapas.

La diferencia entre el columnista informado y el chisme barato quedó evidenciada el martes 24 de junio de 2025: Darío Celis anticipó un fuerte problema del que se va a hablar durante bastante tiempo; en cambio, Raymundo Riva Palacio narró un conjura global que va de Chiapas a Irán, conjura de la que ya nadie se acuerda, ni el propio inventor de la misma.

Como Darío Celis sí hace la tarea, solo diré que vale la pena tomar en serio lo que hoy ha mencionado en su columna: una papa caliente que la actual SCJN ha decidido patear para ver si quema a la nueva corte suprema, la que empezará a operar el primero de septiembre de este año.

Hay una dosis de irresponsabilidad en la ya moribunda Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se autoinmoló al enfrentarse con la 4T sin tener ninguna posibilidad de victoria. Espero que su última trastada no sea la de intervenir otra vez contra la reforma al poder judicial, ahora por la vía de intentar la nulidad de la elección de personas juzgadoras. Esta es una mala idea de algunos ministros que no prosperará, pero que si se intenta ejecutar sí sembrará confusión.

Jugar con fuego nunca es recomendable. Lo intentó una vez el llamado alto tribunal, y se suicidó. Ojalá sus integrantes ya se dejan de frivolidades que podrían terminar por perjudicarles.