Esta bien podría ser una carta de “abajofirmantes”, donde los más conspicuos forjadores de la Nación mexicana estarían, desde su condición de “muertos”, expresando un sentido manifiesto público en desacuerdo por el estado en que se encuentra y el rumbo que ha tomado nuestro amado país, construido bajo las premisas del sacrificio y en los afanes de libertad, justicia e igualdad.

Desde esa, su condición de moradores de “otro plano de la existencia”, como propiamente debiésemos reconocerlos, al ser leídos en silencio o en voz alta sus nombres, cada uno responde con energía y formalidad cívica… “¡PRESENTE!”porque no han muerto, ni han desaparecido de la memoria y los corazones de los nuevos mexicanos.

Hoy menos que nunca, sus aportaciones pueden ser ignoradas; están vigentes y son notorias en muchos de los actos cotidianos de nuestras vidas. Aunque quisiéramos, a ellos, nuestros pioneros y forjadores… no podemos remitir al olvido ni al desdén histórico.

Esta lista, está integrada solo por una parte de la gran lista de constructores del México moderno, cuyos nombres responden a nuestras “figuras públicas” fallecidas en las últimas décadas. No todos fueron intelectuales, no todos fueron grandes políticos, no todos fueron grandes estrategas militares, no todos tuvieron grandes “dones artísticos” … no todos fueron pobres y … no todos fueron ricos… no todos fueron seres empoderados… ni iluminados.

En esencia fueron seres comunes y corrientes, bienintencionados para dar servicio al prójimo en la medida de sus posibilidades; poniendo al servicio de la incipiente sociedad mexicana todas sus potencialidades y alcances para hacer realidad sus propios sueños.

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También soñaron con la consolidación de un país donde el esfuerzo cotidiano y el trabajo fecundo y creador, tuvieran el valor pecuniario suficiente para vivir con decoro.

Soñaron con la consolidación de un sistema de vida donde el que más se esfuerza, menos necesidades tiene… ni él ni su familia. También soñaron con un país donde se erradicase cualquier vestigio de corrupción y donde fuera desterrado cualquier germen de abuso político, donde la clase dominante buscara perpetuarse en el poder mediante estrategias tramposas, “electoreras”, clientelistas, que derivasen en formas hegemónicas de control.

Nunca pensaron estos mexicanos fallecidos que lucharon y aportaron tanto por fincar las bases de un México pacífico, equitativo y justo, volvería a estar gobernado por la “tiranía de las mayorías”, donde la demagogia es el factor neurálgico de la política pública; donde la voz de las que se volvieron “minorías relativas”, no solo son desoídas, sino amenazadas y hasta perseguidas.

Nunca asomó por sus mentes la posibilidad de que México, un país con instituciones sólidas, llegase a estar bajo el imperio del “malandrinaje” y las “fuerzas oscuras del sistema”.

Jamás se imaginaron siquiera que en tan corto tiempo, nuestro país torciera el rumbo a tal grado, que la forma de gobierno consagrada en nuestra Constitución política, en los artículos 40 y 41 llegase a estar tan “en tela de juicio”, pues nos hemos alejado en la práctica de un modelo de gobierno Republicano, pues estos dos últimos gobiernos han atentado contra la división e independencia de los poderes de la Unión, atributo esencial desde la mismísima Constitución de Apatzingán de 1824; al Federalismo le han asentado golpes mortales, volviéndose estas dos últimas administraciones, un gobierno centralmente planificado, restándole o no reconociéndole a los gobiernos locales y municipales, sus atributos básicos formales; el atributo de popular, se vulnera también al no respetar lo dispuesto por la votación popular, cuando el partido hegemónico en el poder, ha construido ilegalmente mayorías parlamentarias que les han sido útiles para reformar la Constitución en sus aspectos más delicados, como los que líneas atrás se relata.

Y el atributo de laicidad, también ha sido agraviado por cuantas veces se ha recurrido en actos públicos oficiales, a actos y rituales de carácter espiritual y dogmático, correspondientes a formas de fe algunos… y hasta de la chamanería otros más, que de ninguna forma atienden el respeto por el resto de cultos y creencias de los mexicanos.

Hoy, al rendirles tributo en el “Día de los fieles difuntos”, a los forjadores contemporáneos de México, quienes tuvieron en su mayoría una vida de esfuerzo, de sacrificio hemos de decirles que su vida no será para nosotros un ejemplo vano… su sacrificio, desde cualquier óptica y modalidad… sus aportaciones al progreso, a la democracia y a la libertad no nos serán legadas en vano.

Los mexicanos estamos obligados a honrarlos en cada uno de nuestros actos públicos y privados, así sean actos libertarios y en aras de una resistencia civil que desobedezca la tiranía germinal que hoy se gesta en nuestro país desde el gobierno.

Por eso, les decimos hasta donde estén, a:

Jesús Reyes Heroles, Jesús Reyes Heroles-González Garza, Luis Donaldo Colosio, Francisco Martínez de la Vega, Heberto Castillo, José Francisco Ruiz Massieu, Miguel de la Madrid, Ifigenia Martínez, María de los Ángeles Moreno, Arsenio Farell Cubillas, Luis H. Álvarez, Octavio Paz, Jesús Kumate, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Raúl Carrancá y Rivas, Julio Scherer García, Samuel Ocaña, Miguel Ángel Granados Chapa, Carlos Montemayor, Carlos Payán Velver, Guillermo Soberón Acevedo, Jorge Carpizo Mc Gregor, Alfredo del Mazo González, Enrique Jackson, Juan Salgado Brito, Miguel González Avelar, Rosario Ibarra de Piedra, Ernesto Álvarez Nolasco, Manuel Becerra Acosta, Javier García Paniagua, Fernando Gutiérrez Barrios, Carlos Hank González, José María Pérez Gay, Benjamín Wong Castañeda, Luis Echeverría, José López Portillo, Ignacio López Tarso, Héctor Mayagoitia Domínguez, Jaime Sabines, Adolfo López Mateos, Andrés Henestrosa, Ignacio Burgoa Orihuela, Humberto Hiriart, Carlos Abedrop Dávila, Enrique González Pedrero, Horacio Labastida Muñoz, Carlos Castillo Peraza, Víctor Flores Olea, José Pagés Llergo, Jorge Castañeda, Manuel Tello, Carlos Tello, Rosario Green, Adolfo Gilly, Antonio Haas, Margarita Michelena, Manuel Buendía, Alejandro Gómez Arias, Emilio Mújica Montoya, José Luis Lamadrid, Rodolfo González Guevara, Enrique Olivares Santana, José Campillo Sáinz, Manuel Clouthier Del Rincón, Armando Manzanero, Vicente Fernández, Francisco Galindo Ochoa, Emilio Azcárraga Milmo, Olegario Vázquez Raña, Mario Vázquez Raña, Fernando Benítez, Juan Rulfo, José José, Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’, Lola Beltrán, Fernando Solana, Jacobo Zabludovsky, León García Soler, Fausto Zapata Loredo, Gonzalo Martínez Corbalá, Alfonso Martínez Domínguez, Gilberto Rincón Gallardo, Julián Gascón Mercado, Alejandro Gascón Mercado, Jesús Salazar Toledano, Jaime Sabines, Gustavo Carbajal Moreno, Juan Sabines, Jesús Silva Herzog, Roberto González Barrera, Manuel Camacho Solís, Francisco Toledo, Leonardo Nierman, Arnoldo Martínez Verdugo, Pablo González Casanova, Ofelia Guilmáin, Ignacio Pichardo Pagaza, Carlos Pereira, Jesús Puente Leyva, Armando Labra, Gustavo Esteva, Jorge Hernández Campos, Juan Gabriel Valencia, Gustavo Petriccioli, Carlos Urzúa, Manuel Marcué Pardiñas, Luis Sánchez Aguilar, Adolfo Aguilar Zinzer, Juan José Osorio, Fidel Velázquez Sánchez, Vicente Rojo, Pedro Ramírez Vázquez, Fernando Benítez, Ricardo Rocha, Antonio Dovalí Jaime, Venus Rey, Rolando Tamayo y Salmorán, Manuel Aguilera Gómez, Eduardo García Máynez, Víctor Manzanilla Shaffer, Luis M. Farías, Víctor Cervera Pacheco, Héctor Fix Zamudio, Leopoldo Zea, Rosario Castellanos, María Félix, María Lavalle Urbina, Griselda Álvarez, Dolores del Río, Amalia del Castillo Ledón, Alicia Arellano Tapia, Silvia Pinal, Germán Valdés “Tin-Tan”, Manuel “El Loco” Valdez, José Alfredo Jiménez, Renato Leduc, Juan José Arreola, Pedro Vargas, Agustín Lara, Amalia Mendoza, Alí Chumacero, Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís, Miguel Aceves Mejía, Juan Gabriel, Amparo Ochoa, Cuco Sánchez, Rubén Fuentes, Fernando Valadés, Alfonso García Robles, Sergio González Gálvez, Gustavo Díaz Ordaz, Hugo B. Margain, Adrián Lajous, Javier Barros Sierra, Ignacio Chávez, Teodoro Césarman, Mira Yasinovsky, Eugenio Garza Sada, Manuel Velasco Suárez, José Kuribreña, Julieta Fierro, Emilio Rosenblueth, Jorge Eduardo Navarrete, Guillermo González Camarena, Carlos Alberto Madrazo Becerra, Fernando Valenzuela, Héctor Espino, Raúl “Ratón” Macías, Vicente Saldívar, José Sulaimán, Antonio Carvajal, Ignacio Tréllez, Leo Rodríguez, José Pablo Moncayo, Alejo Peralta, Carlos Rojas Gutiérrez, Francisco Rojas Gutiérrez, José Revueltas, Silvestre Revueltas, Carlos Chávez, Rufino Tamayo, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Antonio Rodríguez, José Clemente Orozco, Frida Kahlo, Leonora Carrington, Elena Garro, Lázaro Cárdenas del Río, Isidro Fabela, Genaro Estrada, Rafael Galván, Rafael Moreno Valle, Francisco Pérez Ríos, Carlos Gálvez Betancourt, Marcelino García Barragán, Adolfo Christlieb Ibarrola, Vicente Lombardo Toledano, Enrique Ramírez y Ramírez, Guillermo Martínez Domínguez, Plutarco Elías Calles, Manuel Gómez Morín y Antonio Rocha Cordero…

P R E S E N T E S …. Todos y cada uno de ustedes.

México necesita continuar con su obra edificadora y garante del progreso material y humano de sus hijos.

Hoy más que nunca… México necesita una respuesta a esta interrogante: ¿Dónde están los reemplazos de estos hijos ejemplares del México contemporáneo?

@pequenialdo; @CalderonHallal1