El ciclismo mexicano vive un momento dorado en tierras italianas. Isaac del Toro, la gran revelación del pelotón mundial, volvió a levantar los brazos con autoridad al imponerse en la edición 73 del Gran Premio Città di Peccioli–Copa Sabatini, una exigente prueba de 197,6 kilómetros que dejó ver lo mejor de su talento, mientras que su compatriota Édgar Cadena protagonizó una fuga memorable que llenó de orgullo a México.
La jornada estuvo marcada por la dureza de los constantes repechos en la Toscana, con un circuito final donde la colina de Peccioli puso a prueba las piernas de todos. Cadena, representando al equipo Petrolike, fue parte de la escapada principal que mantuvo en vilo al pelotón hasta los últimos kilómetros, mostrando carácter, valentía y un nivel físico que confirma su progresión internacional.
Pero sería Isaac del Toro quien, fiel a su estilo, atacó con decisión a falta de 6 kilómetros en compañía de Benjamin Thomas y Ben Granger. El trío abrió segundos valiosos sobre un grupo perseguidor donde el ecuatoriano Richard Carapaz intentó organizar la caza, aunque sin éxito.
En el cierre, a 300 metros de la meta, Thomas lanzó un ataque que parecía definitivo, pero Del Toro respondió con un remate demoledor para cruzar la línea con 5 segundos de ventaja sobre el francés y 18” respecto al británico. Por segunda vez en la semana, el himno nacional mexicano sonó fuerte en Italia, confirmando que lo de Isaac no es casualidad: es calidad pura y un futuro brillante que ya es presente.
Al término de la prueba, Del Toro reconoció el valor de su triunfo y la importancia del equipo:
“Es increíble para mí, no es normal, pero gracias a mi equipo, me siento muy contento por el trabajo”.
La fiesta mexicana en la Copa Sabatini no solo fue por la victoria de Del Toro, sino también por la combatividad de Édgar Cadena, quien resistió con gallardía en el grupo de fuga hasta los últimos 6 kilómetros. Su esfuerzo lo coloca como un corredor en crecimiento que empieza a ganarse un nombre en Europa.