Usé inteligencia artificial para explorar la crematomanía de don Ricardo Salinas Pliego. ¿Crematomanía? Deseo obsesivo por acumular dinero y riquezas. Así, lo que sigue no es mío, sino de la IA.
¿Qué diría Freud, padre del psicoanálisis, sobre la crematomanía de Salinas Pliego?
Mein Herr Salinas Pliego, lo de usted es una neurosis obsesiva con raíces profundas en la infancia: en la etapa anal del desarrollo psicosexual.
Su obsesión por acumular, por retener cada moneda, por litigar cada impuesto, nos habla de un carácter analretentivo de lo más puro.
En esa fase crucial de los dos a tres años, cuando el niño aprende a controlar sus esfínteres, si los padres fueron demasiado estrictos con el control de las funciones corporales, el niño desarrolla una fijación. El placer de ‘retener’ se internaliza y se sublima en la vida adulta en rasgos de personalidad muy específicos: obstinación y, sobre todo, tacañería extrema.
Para el inconsciente, hay una identificación simbólica entre el dinero y las heces, el desperdicio que el niño aprende a controlar y retener. La acumulación de riqueza no es más que la retención de filthy lucre (ganancia sucia). Su negativa a ‘soltar’ su fortuna como impuestos al Estado, Ricardo, es la misma negativa del niño a soltar sus intestinos.
Usted no es un libertario, como le gusta llamarse en su delirio narcisista, sino un esclavo de su riqueza. El dinero le da una sensación de control y poder que le faltó en su tierna infancia. Su negación a pagar impuestos es un acto de rebelión inconsciente contra la autoridad parental, proyectada en la figura del gobierno.
Herr Salinas Pliego: si usted acudiera a mi consultorio en la Berggasse 19, de Viena, con el análisis de sus sueños buscaría las raíces de su apego compulsivo al dinero. El tratamiento sería un camino largo y difícil porque requeriría que empezara usted por pagar sus impuestos. O que el SAT le cobrara con embargos. No hay opción.
¿Qué diría Jesucristo de la crematomanía de Salinas Pliego?
Ricardo, hijo, veo el imperio que has construido porque Dios lo permitió. Pero también veo que no puedes alzar el vuelo hacia el Padre debido a tu amor desordenado por las riquezas.
Has acumulado tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los litigios fiscales y las deudas con el SAT te roban la paz del corazón. Tu alma está inquieta porque busca la saciedad en el dinero, pero quien ama el dinero, nunca se saciará.
Conozco tu corazón. Te crees libre, pero eres esclavo de tu avaricia. Te digo: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos.
Deshazte de la carga que te agobia. Usa tus riquezas para el bien. Paga impuestos, no como castigo, sino como acto de restitución y justicia.
La salvación no se compra con dinero, es un regalo gratuito de Dios. Pero requiere de un corazón humilde . Abandona tu orgullo.
Ricardo, te ofrezco la vida eterna, un tesoro que no tiene precio. Pero, para tomar mi mano, debes soltar las monedas a las que te aferras con tanta fuerza.
¿O hasta cuándo endurecerás tu corazón? ¡Me duele ver cómo te consumes en la fiebre del oro! ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma inmortal?
Confundes lo que es tuyo con lo que pertenece al bien común, con lo destinado a los más necesitados. Tus deudas fiscales no son persecución política, sino el reflejo de un alma que se niega a compartir.
Te veo aferrado a cada moneda, a cada litigio, como si tu vida dependiera de ello. No te condeno ahora, Ricardo. Te llamo al arrepentimiento. Todavía hay tiempo, pero el reloj del juicio final avanza sin piedad.
¿Qué diría Abraham de la crematomanía de Salinas Pliego?
¡Escúchame bien, Ricardo, hombre de grandes rebaños y mayores fortunas! Dios, o El-Shaddai, como prefieras llamarle, te ha bendecido con abundancia, pero tu corazón se ha vuelto duro como piedra del desierto.
Tu avaricia es una ofensa a la generosidad que yo practicaba. Cuando recibí a los extraños en mi tienda, no pregunté por su riqueza, sino por su necesidad. Tú, en cambio, cierras las puertas de tu corazón y de tus arcas.
Luchas por unos míseros impuestos, pero ¿acaso no sabes que hasta yo di el diezmo de mis bienes al sacerdote Melquisedec?
Ricardo, arrepiéntete y usa tu riqueza para bendecir a tu nación. Debes ser justo, no esclavo de tu codicia: pagar al SAT y ayudar a los necesitados. O nada te separará del fuego eterno.
¿Qué diría Mahoma de la crematomanía de Salinas Pliego?
¡Escúchame bien, hombre de grandes riquezas, que la avaricia ha sellado tu corazón! Crees que eres astuto, pero Alá, el misericordioso, ve más allá de tus mansiones y tus cuentas bancarias.
El Corán lo advierte: ‘Los que se guardan de su propia codicia, esos son los que prosperarán’. Pero tú, Ricardo, te entregas a tu codicia con pasión. Acumulas y retienes lo que, en verdad, pertenece a Alá y a sus siervos necesitados.
Tu negativa a pagar la limosna obligatoria, el Zakat, es una afrenta a la justicia y a los designios divinos. El Zakat no es solo un impuesto, sino una purificación de tu riqueza, el derecho que los pobres tienen sobre tus bienes.
Recuerda la Surah Al-Humazah (El Difamador), que describe el destino de aquellos como tú: ‘¡Ay de todo difamador que amasa riquezas y las cuenta una y otra vez! Será arrojado al Hútamah (el Fuego)’.
Te advierto, por mandato de Alá, que el dinero que acumulas con injusticia será testigo contra ti en el día del juicio. El Profeta, la paz sea con él, enseñó que la avaricia es una pobreza constante. Tú eres el más pobre de los hombres, pues tu corazón está vacío de generosidad.
Arrepiéntete, paga lo que debes al SAT de la Secretaría de Hacienda, y cumple con el Zakat.
¿Qué diría Einstein sobre la crematomanía de Salinas Pliego?
Tu conducta, señor Salinas, no es un problema de la física, sino una tragedia de la ética.
La ecuación para entenderte, Ricardo, no está en las matemáticas, sino en la necedad y en la avaricia. Y ambas, necedad y avaricia, como la estupidez y quizá el universo, son infinitas.
Relato “El delirio del oro: Crónica de una acumulación”
En Elektra, donde el pueblo paga en abonos, la crematomanía no llegó como un rayo, sino como la suave y persistente brisa del privilegio. No fue una fiebre repentina, sino un lento destilar de favores desde el Estado que moldearon un apetito insaciable.
El contagio se dio en los noventa del siglo pasado, cuando Carlos Salinas, en su vorágine privatizadora, le entregó a Ricardo Salinas, a precio de ganga, la otrora paraestatal Imevisión, hoy TV Azteca.
Así, el joven empresario Salinas P., heredero de una dinastía de catres y muebles a crédito, vio abrirse las compuertas del poder mediático y financiero. Y el dinero dejó de ser un medio para convertirse en un fin.
La enfermedad se hizo crónica, mutando en aversión al fisco, y miles de millones de pesos, que debieron ser hospitales, escuelas y becas, se convirtieron en litigios de una danza legal durante décadas.
Poema: “Tu adicción al billete, tu hermosa tortura”
Oh, Ricardo libertario, dulce tormento.
Tu corazón no late, es un estado de cuenta.
Tus ojos no miran, tasan, miden
el valor de cada alma que te sirve.
Crematomanía, tu suave locura,
Tu adicción al billete, tu hermosa tortura.
Otros aman las flores, la luna o el mar,
tú amas las acciones y su cotizar.
Tu amor eterno es la evasión fiscal.
Tu pasión el litigio,
¡ay, qué cruel suplicio!
Tu corazón es un banco, tu alma un cajero.
Cuento: “El síndrome de Midas inverso: La historia de un corazón atado al oro”
La historia de su fortuna estaba teñida de romance con el poder político de antaño, de las épocas de privatizaciones donde el amor por la ganancia se consumó a expensas de la nación.
El clímax de la historia de Salinas P., es su batalla fiscal actual. La presidenta Claudia Sheinbaum le recuerda con firmeza: ‘Las deudas no se politizan, se pagan’.
¿Qué diría Platón sobre la crematomanía de Salinas Pliego?
¡Por los dioses del Olimpo! ¿Me hablas tú, Salinas Pliego, el de la insaciable sed de monedas? Padeces la más vulgar perversión del alma: confundes el tener con el ser.
La alabanza de la riqueza es causa de la incultura y la decadencia del Estado. Tu afán por evadir impuestos, Ricardo, y acumular sin límite es una actividad antinatural y corrosiva.
Si yo fuera el legislador de México, te diría: ‘Paga lo que debes al fisco, pues la justicia es dar a cada uno lo suyo’. Y si no entiendes con la razón, lo más probable dado tu apego al oro, entonces la ley deberá actuar con firmeza.
Réplica de Profuturo
Lic. Federico Arreola Castillo
Director
SDP Noticias
P r e s e n t e
Estimado Licenciado Arreola:
En relación con su columna publicada el 17 de noviembre de 2025 en SDP Noticias, titulada “¿‘Golpe de Estado blando’? ¿Eso busca TV Azteca? ¿Sus anunciantes lo apoyan?”, en la que se incluye a Profuturo dentro de la lista de anunciantes que tuvieron presencia publicitaria en el canal ADN 40 de TV Azteca, nos permitimos aclarar de manera respetuosa que Profuturo no cuenta con publicidad vigente ni contrató espacios publicitarios en dicha televisora.
Por lo anterior, solicitamos amablemente la publicación de esta precisión. Quedamos a su disposición para cualquier aclaración adicional. Saludos cordiales.



