Apenas estamos saliendo del estupor  y la indignación que nos causó la muerte de tantos migrantes mexicanos encerrados asfixiados en un cajón de un tráiler en Texas y también ayer el canciller Marcelo Ebrard declaró luto nacional, hoy, el presidente AMLO arrancó su mañanera sonriente, claro, en momentos llenos de ira y agresividad, pero para defenderse de los que supuestamente dicen que  está haciendo las cosas  muy mal.

Tuve un momento muy fugaz e iluso en donde imaginé, pensé, que por esta única  vez, solo por esta vez, como señal de duelo por la tragedia de los migrantes no estaría la sección-parodia del “Quién es quien en las fakes news”, porque aceptemos que  es solo eso: Una sección divertida.

Pero AMLO, lejos de ello,  la elogió y aceptó precisamente que es divertida , asegurando que resulta muy “divertido ver cómo Liz Vilchis ataca a medios periodísticos”.

Sí amigos, utilizó la palabra “divertido”, en medio del dolor y del luto nacional y no solo eso, celebró que la absurda sección cumpliera hoy un año.

Me queda claro que al presidente nada lo pone triste, ni las muertes ni los enfermos ni los niños ni los ancianos ni los balazos ni la sangre.

Lo pone enojado que hablen de él, que lo señalen, que se burlen de él o de su hijo.

Porque ese tema sí que lo tocó a través de Liz Vilchis al comentar que todas las burlas en contra de Jesús Ernesto fueron orquestadas por mecanismos de organizaciones de tuits o de tuiteros pagados, es decir, dice que fue por obra de bots.

Desconozco si esto haya sido así, yo solo creo en que sí existe bastante enojo genuino por parte de mucha gente que ha alcanzado picos muy álgidos. De eso sí quiso hablar hoy.

De lo demás, culpó por la muerte de los sacerdotes en Chihuahua al presidente municipal; culpó de nuevo a Felipe Calderón y culpó a los tuiteros.

Recuerdo bien cuando lloró el presidente hace poco,  cuando se destapó el tema de la casa gris. Lloró por él y como mera estrategia.

Perdón, pero soy muy sensible, sé cuando alguien llora en verdad porque le duele o porque fue una táctica que otros presidentes de otras naciones  ya habían ocupado como para tapar el lodazal. Pero no lloró ayer por los migrantes ni lloró hoy por ellos. No ha llorado por tanta violencia en este país.

AMLO se ama así mismo y por eso se apoya a sí mismo pero no llora por los demás, si acaso ha llorado nada más por él.

Hay gente que me dice que es una “buena persona”. Me cuesta tanto creerlo. Yo digo que es bueno haciendo lo que hace: joder al país, manipular y seguir moviendo masas, pero eso no te hace buena persona.

En fin. Hoy nada le dolió al presidente. A mí me duele todo. A mí me indigna todo. Y nada hoy me podría parecer divertido.

Es cuanto