En días recientes, en el programa La Silla Roja, que conduce Leonardo Kourchenko, se presentó Claudio X. González, personaje de la derecha mexicana, quien aprovechó ese sitio para vociferar una vez más en contra del actual gobierno. Y es precisamente que, en relación a los dichos contradictorios y aseveraciones temerarias de este personaje, me voy a permitir emitir una opinión.

El conductor, muy condescendiente, entre otros adjetivos, calificó a su invitado como líder de la movilización social o luchador de la democracia. De entrada, Leonardo insinuó o incluso, dio por sentado que en México no existe un régimen democrático.

En este programa, su disertación de Claudio X. González fue a favor de la figura de la democracia y de la supuesta necesidad de un rescate. Obviamente, aseguró que la democracia debe ser rescatada por parte de personajes como él. Y en estos argumentos, el empresario, miembro de las élites de este país, aseguró que el actual gobierno es un régimen antidemocrático.

Al oírlo, de inmediato nos asalta la duda sobre si el invitado a ese programa comprende la idea filosófica del concepto de democracia, o si su discurso únicamente es una pretensión demagógica para confundir, o hasta para engañar a ese pueblo que, en una abrumadora mayoría, no pertenece a su estatus ni clase social. Veamos. La historia de este personaje nos demuestra que lo único que le interesa es defender los intereses de las elites de este país y que, para intentar conseguirlo, falsamente usa el discurso de la democracia y de la justicia social.

Planteó que, por sus hijos, por sus nietos, él y otros tienen que salvar a la democracia de este país. No obstante, a pesar de que asegura que deben ser los ciudadanos quienes elijan al gobierno, de facto descalifica a los millones que eligieron al actual gobierno al tacharlo de antidemocrático. Entonces, es muy posible que lo que en realidad busca es que las elites elijan a los poderes del gobierno, tal y como sucedía en el pasado. Es posible que esa sea su idea de democracia; eso es lo que busca que suceda y lo disfraza de democracia. Encarrerado, aseguró que cuando un gobierno falla, pues entonces que se vaya del poder. Para él, este gobierno está fallando, es decir, podemos colegir que el significado de sus expresiones es que el gobierno les está fallando a ellos, a las elites, por lo tanto, según él, debe de desaparecer.

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Se lanzó contra la figura del populismo insinuando que los populistas son personajes mentirosos y dañinos. Ante esto, debo puntualizar que el populismo es un concepto peyorativo inventado por los de su clase. Supone Claudio y los suyos, que aún no está agotado este discurso pues siente que es un excelente vehículo para atacar al actual gobierno mexicano comparándolo con los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, pueblos que, falsamente conmovido, asegura viven en la miseria. Convencido, señala que los populistas le dan una careta de democracia a lo que no lo es. Dice que el populista crea figuras para después ganarse el aplauso mientras las ataca. Esa es la causa de que él y los suyos sean atacados por la 4T, da a entender.

Debo de advertir que no aceptan, Claudio, los suyos y sus amos del norte, que ellos mismos crearon este concepto y ellos mismos se encargaron de satanizarlo para después intentar infundir miedo a la población pobre usando la figura del populista. Cualquiera que lucha a favor de la sociedad, de inmediato reviran estas elites y lo tachan de populista. La acción perversa que le adjudican a otros es exactamente lo que los describe a ellos de cuerpo entero. Su hipocresía no tiene límites, su perversidad es indescriptible y su cinismo es incomparable.

El personaje se vuelve machacón cuando insiste en que el gobierno nuestro es un modelo que camina hacia modelos latinoamericanos de izquierda. Con estas afirmaciones asegura que las luchas de la izquierda son perversas y empobrecedoras de los pueblos donde actúan. Omite decir o lo ignora por no saber leer la realidad, que pueblos como el cubano están como están por el brutal bloqueo del imperio, y que únicamente han logrado sobrevivir gracias a la enorme dignidad de esos pueblos, dignidad que no conocen ni tienen personajes como Claudio X.

Dice que algunas de sus banderas son la educación de calidad, salud y empleo bien pagado. No obstante, por ejemplo, nunca define lo que para él es educación de calidad o tampoco dice de qué forma se va a conseguir la educación de calidad. Si no lo define, es muy probable que no sabe ni siquiera de lo que habla. O si sabe las causas de los bajos desempeños de los estudiantes mexicanos, omite decir que una gran parte de los bajos aprendizajes de los educandos (hablando de nuestro país) se debe a la pobreza en la que viven ellos y sus familias; pobreza provocada por las políticas agresivas implementadas por los gobiernos neoliberales que él y sus compinches han diseñado y han impuesto en el pasado.

La misma OCDE, en sus mediciones a través de PISA, (PISA 2022) así lo concluye. Es recurrente, dice la OCDE, que en los países pobres los estudiantes muestran pésimos desempeños comparados con países con mejores niveles de vida. ¿Claudio sabrá datos como estos? Pareciera que para este personaje la educación de calidad se consigue únicamente atacando un día sí y otro también a los maestros mexicanos. Le irrita la genuina lucha de algunas organizaciones sociales. Ejemplo, las movilizaciones de maestros democráticos a pesar de que le gusta que le digan líder de movilizaciones sociales.

Dice que repudia la compra del voto en los procesos electorales o el control de los órganos electorales. Asegura que la delincuencia organizada ha estado detrás del control de los procesos electorales recientes y pone el ejemplo de Sinaloa. Su dicho es lo único que pone como prueba ante estas afirmaciones.

Después se centra en promover un proyecto de su autoría llamado: salvemos la democracia. Con este proyecto pretende formar figuras llamadas guardianes de la democracia. Se muestra optimista pues piensa que ningún ciudadano le va decir que no, pues sus intenciones son nobles. Asegura querer un árbitro imparcial, piso parejo y que no haya trampas en los procesos electorales. Nuevamente, con sus aseveraciones, quiere ningunear el voto libre de millones de ciudadanos en los últimos años.

Dice estar indignado porque se acaba de endeudar el país de forma terrible, sin aportar pruebas más que su propio dicho. Dice que se han perdido las libertades sin detallar casos concretos. Señala, sin decir un número exacto, que infinidad de periodistas han muerto, hay un ataque flagrante a la libertad de expresión, dice con indignación desatada. Lo hipócrita en él se nota cuando insinúa que todo lo anterior que denuncia, ha sucedido recientemente como si en el pasado no hubiera sido igual o hasta peor.

Encarrerados los dos, el entrevistador descalifica a los críticos del entrevistado. Leonardo se atrevió a llamarle locuras a las voces críticas de Claudio X. Supongo, entonces, que mi voz encaja en este concepto.

Desde mi perspectiva, ¿qué es lo que busca Claudio X González con su activismo? Lo menos que podríamos decir es que este personaje miente cuando se escuda en el concepto de democracia. Lo que busca él y los suyos, es imponer a un gobierno títere del dinero, tal y como lo fueron los gobiernos neoliberales salidos del PRI y del PAN. Lo que buscan personajes como este sujeto es regresar a un gobierno que ponga al servicio de las elites los dineros públicos, así como los recursos de la nación. Elites que, al subordinarse al imperio de norte, nuestra soberanía y los mismos recursos, estarían al servicio de los de allá. De triunfar su movimiento de este apátrida, nuestro gobierno se decidiría en el extranjero ante la complacencia de las élites de aquí.

Presumió que también fue opositor de Felipe Calderón y de Peña Nieto. No obstante, en este caso, su grupo jugó un papel más de esquirol que de opositor. Grupos como el de él fueron el pretexto para la brutal represión en contra de las organizaciones que se oponían al neoliberalismo, caso concreto los maestros de México.

Podemos concluir que Claudio X, González miente cuando pretende presentarse como demócrata. En realidad, el empresario es un mercenario al servicio del imperio del norte. Él y su grupo, como ya se dijo, lo único que buscan es tener a su servicio los recursos de la nación para, una pequeña parte, seguir saqueándola a su gusto, y el resto, junto con la soberanía, entregarlos al extranjero. Por eso, para alcanzar sus objetivos, falsamente, este personaje usa banderas democráticas y sociales.

Espero también que el pueblo bueno, ese que ya está inconforme con los chapulines vueltos morados, esos que se han infiltrados en Morena mientras obedecen órdenes de las elites, a ambos, espero que el pueblo ni siquiera los regrese a ver.

Mtro. Juan Durán Martínez | Docente poblano | Correo: escribidoretica@gmail.com