El reciente debate presidencial organizado por el INE dejó en claro una cosa: Claudia Sheinbaum, puntera en las encuestas, demostró una vez más su firmeza y capacidad para mantenerse invicta ante los ataques de la oposición. En particular, Xóchitl Gálvez intentó en vano desestabilizarla con una serie de ataques que carecían de sustancia y que, en su mayoría, solo generaron burlas y memes en las redes sociales.

El tono de las preguntas dirigidas durante el debate también reveló un sesgo evidente en contra del gobierno y, por ende, de Sheinbaum. Estas preguntas estaban cargadas de juicios de valor negativos y apreciaciones subjetivas, claramente diseñadas para desfavorecer a la candidata oficialista. Sin embargo, ni siquiera estas tácticas lograron resaltar las debilidades de Sheinbaum, quien supo mantener la compostura y responder con argumentos sólidos.

Por otro lado, el nerviosismo de Gálvez fue palpable durante todo el debate. Sus intentos desesperados por desacreditar a Sheinbaum la llevaron a cometer errores que quedarán para el recuerdo en el repertorio de memes políticos. Incluso llegó al extremo de hacer preguntas dirigidas a los fallecidos, lo cual no solo resultó inapropiado, sino que también demostró la falta de seriedad y solidez en la opción opositora.

Es importante destacar que, si bien el tiempo de Galvez se vio favorecido por algunas fallas técnicas que limitaron la participación inicial de Sheinbaum, esto no fue suficiente para opacar la evidente superioridad de la candidata oficialista.

Además, resulta preocupante el tono sexista y misógino de los ataques de Gálvez hacia Sheinbaum, quien fue acusada de ser “fría y sin corazón”. Estos adjetivos, que nunca serían utilizados para referirse a un hombre en la misma posición, revelan la persistencia del mandato patriarcal que dicta cómo deben comportarse las mujeres en el ámbito público.

En resumen, el debate presidencial reafirmó la fortaleza de Claudia Sheinbaum como candidata y dejó en evidencia la falta de solidez y seriedad en la opción opositora. Más allá de los intentos desesperados por desacreditarla, Sheinbaum demostró una vez más por qué es la favorita en las encuestas, mientras que Gálvez solo logró generar más simpatía hacia la candidata oficialista con sus ataques sexistas y poco fundamentados.

Dos puntos imprescindibles: El equipo del INE no logró mantener la imparcialidad en redacción y estilo de preguntas. A pesar de que ello no ayudó en nada a Xóchitl Gálvez, si fue colocado en evidencia que ni siquiera garantizar la equidad de tiempo y tono en la contienda puede. Sea por recortes presupuestales o por falta de experiencia, es preocupante que así se vaya a organizar la elección. ¿Cómo garantizar el cómputo de votos o el PREP si tampoco pudieron garantizar el cómputo del tiempo?

Álvarez Máynez cumplió con dos funciones elementales: darse a conocer y ser simpático. El reto al que Movimiento Ciudadano se enfrenta sin Samuel García en la boleta no es menor y a pesar de que no tiene posibilidades de ganar, hacer campaña en territorio nacional con la exposición ya es una ganancia.

La condena sobre este debate: pavor a las mujeres, a los pendientes y a los logros en derechos. Ni sobre aborto ni sobre transfeminicidios, pareciera que las mujeres y sus derechos incomodan a las mujeres presidenciables.