El presidente AMLO anunció hace unos días que se había contagiado nuevamente de Covid-19. Ello quiere decir que el jefe del Estado mexicano ha sido presa de un virus altamente infeccioso que no da tregua y que contamina a más de 40 mil mexicanos diarios (de acuerdo a las cifras oficiales) en un universo de alrededor de 3 millones de infectados todos los días en el mundo.

Según afirman los especialistas, la variante Ómicron del coronavirus Sars-CoV-2 es la más contagiosa en la historia médica, superando a otras enfermedades como la varicela y el sarampión.

Luego del anuncio del presidente, las redes sociales se inundaron de buenos deseos y de recuperación a AMLO. Desafortunadamente, personajes detestables celebraron públicamente que el presidente se hubiese contagiado. Un individuo llamado Chumel Torres, quien en otro momento fue acusado de racista a raíz de algunos comentarios, publicó en su cuenta de twitter que “él apoyaba al coronavirus” en una clara alusión a su voluntad de que AMLO fuese afectado severamente por la enfermedad.

Otros han criticado severamente que el presidente AMLO y López-Gatell continúen – a su juicio- desdeñando la pandemia mientras aseguran que la variante Ómicron no representa más que una “gripa”; sumado a su incomprensible necedad de rehusarse a portar las mascarillas.

¿A qué momento ha llegado México en la polarización política que algunos celebran la enfermedad del presidente de la República? Bien podemos mostrar nuestras diferencias ideológicas, nuestro repudio al populismo y nuestra crítica a ciertas políticas públicas, pero jamás debemos cruzar el umbral de lo humanamente permitido.

Lo hecho por Torres y por otros impresentables que navegan y esparcen odio en las redes sociales es un acto reprobable que debe ser condenado por todos los mexicanos. Debemos todos desear la recuperación del presidente AMLO, y que sea capaz, a lo largo de lo que le resta de mandato, de representar al país y de trabajar asiduamente en favor del interés público. Insisto, muchos le criticaremos y mostraremos sin cortapisas nuestro rechazo a su fracasado proyecto político, pero jamás dejaremos de fraternizar con él o con cualquier mexicano que puede caer víctima, al igual que cualquier de nosotros, de un virus que amenaza nuestra salud y nuestro porvenir como nación.

Finalmente, aprovecho estas líneas para expresar mi solidaridad con el presidente AMLO y con los miles de mexicanos que resultan infectados por el coronavirus. Expreso mi repudio a los críticos de la 4T que se han regodeado ante la enfermedad de AMLO o de cualquier otro funcionario público. En contraste, externo mi admiración por el personal sanitario responsable de velar por aquellos que desgraciadamente no están vacunados y que requieren de atención hospitalaria. Su contribución ha resultado invaluable en la lucha en contra del coronavirus y merecen el reconocimiento de todos los mexicanos.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4