En la última década hemos visto gobiernos populistas, desde Estados Unidos con Donald Trump, Argentina con la pareja Kirchner, Brasil con la mancuerna Lula-Dilma y por otro lado Bolsonaro, en Venezuela con Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Nicaragua con Daniel Ortega y Bolivia con Evo Morales.

Asegurando impunidad

Todos ellos pretenden romper a las instituciones y el Estado de Derecho para evitar juicios por su corrupción y para controlar el país a través de movilizaciones de masas. Lo vimos en 2020 en Estados Unidos con la toma del Capitolio inducida por Donald Trump, hoy juzgado por corrupción en Nueva York y por traición a la patria al haber atentado contra la vida institucional de su país.

En otros países con mayor debilidad institucional, como Argentina, desde 2003 a la fecha la familia Kirchner, Néstor y su esposa Cristina, han corrompido las instituciones para crear un sistema con el que se sentían intocables.

Manipulación y represión

Sin embargo, ahora Cristina enfrenta un juicio por presunta corrupción por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta agravadas en una causa sobre la licitación de obras públicas cuando ejercía la presidencia entre 2007 y 2015 y algunos ex colaboradores de ella y de su marido, son señalados por su participación en lavado de dinero a través de paraísos fiscales en los famosos Papeles de Pandora.

En respuesta, para evadir la acción de la justicia, la actual vicepresidenta manipula a las masas para que la defiendan, pero sin duda, de llegar a enfrentar un juicio por la vía del Estado de Derecho será encontrada culpable. La Ley es la Ley.

Venezuela

En Venezuela, ante la imposibilidad de acudir a las instancias del Estado en busca de justicia y defensa de sus derechos, la población tiene como única opción salir a las calles. En las últimas semanas empleados públicos han realizado al menos 96 manifestaciones.

No falta mucho para que sean reprimidos, así sucedió en 2019, cuando Maduro tomó posesión para un nuevo periodo en la presidencia y la población que salió a protestar por la imposición liderados por Juan Guaidó, fue reprimida por una turba que salió a las calles en respaldo de Nicolás Maduro.

La corrupción de Maduro no ha tenido limites, participó también en los Papeles de Pandora y, entre muchos actos, en la malversación y lavado de dinero de fondos de la compañía Petróleos de Venezuela en bancos europeos.

También, está Alex Saab, presunto operador financiero de Maduro, cuya corrupción llevó al desmantelamiento de una red de tráfico de alimentos a sobreprecio y de mala calidad en México.

Casi de inmediato, surgió otra red en la que han participado empresas fantasmas, exfuncionarios chavistas acusados de corrupción e intermediarias que operan en paraísos fiscales, también ligadas al régimen de Maduro.

De acuerdo con una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) identificó que entre 2019 y 2020 ocho empresas mexicanas asentadas en Nuevo León, Baja California, Zacatecas, Veracruz, Guanajuato y la zona metropolitana de la Ciudad de México, utilizaron una estructura de al menos 13 importadoras creadas en Hong Kong, Panamá, Uruguay y las Islas Vírgenes Británicas para enviar alimentos a Venezuela por un monto de 64 millones de dólares.

Brasil

Otro populista, pero con careta de derecha, Jair Bolsonaro, resultó implicado en grandes actos de corrupción, entre ellos sus conexiones con la élite financiera. En 2014 tenía al menos ocho millones de dólares invertidos en la compañía, registrada a su nombre, al de su esposa, María Cristina Bolívar Drumond Guedes, y al de su hija, Paula Drumond Guedes.

Sus antecesores, Lula y Dilma estuvieron acusados por la terrible corrupción de Odebrecht y Lula fue a la cárcel por su participación en la corrupción de otro famoso caso, Lava Jato.

Nicaragua

En Nicaragua, además de la corrupción, Daniel Ortega encontró otra fuente de financiamiento y lavado de dinero al brindar protección a otros mandatarios perseguidos en sus países, como el expresidente de El Salvador, Mauricio Funes y su familia o el ex Primer Ministro tailandés, Thaksin Shinawatra; Maurizio Gelli ex líder de la logia masónica Propaganda Due (P2), a quien se acusa de relaciones con la mafia y la Cosa Nostra.

También asiló a Alessio Casimirri, condenado en Italia por el asesinato del primer ministro Aldo Moro, es una larga lista donde aparecen también terroristas vascos, guerrilleros colombianos y personajes de la ETA.

Los líderes de todos estos gobiernos populistas tienen otra característica adicional, tratan de evitar que lleguen gobiernos democráticos que los puedan juzgar, por ello buscan eternizarse en el poder.

México insiste en apoyar estos regímenes ¿Por qué? ¿Será que buscan impunidad a futuro en un populismo corrupto disfrazado de izquierda?