Matthew Riccitello, de 23 años de edad, del Israel-Premier Tech es una de las figuras de la Vuelta a España. Lo ha logrado a pesar de las fuertes presiones contra su equipo generadas por numerosas protestas, pacíficas, sin duda, pero que podrían provocar accidentes graves a ciclistas que recorren las carreteras españolas a toda velocidad en un pelotón enorme, de más de 150 competidores.
El gobierno español claramente está a favor de que el joven Riccitello, estadounidense, no participe mañana en la etapa 13 —202.7 kilómetros con final en el durísimo puerto de montaña Altu de L’Angliru, Asturias, de 12 kilómetros con pendiente promedio de 9.7%—.
Personas importantes de la administración pública de España han expresado su deseo de que Riccitello y sus compañeros del Israel-Premier Tech abandonen la Vuelta. Sería terriblemente decepcionante para el mencionado ciclista, ahora en el lugar 11, a poco más de 3 minutos del líder, el danés Jonas Vingegaard, de 28 años.
Leo en El País que el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, “ha afirmado este jueves en una entrevista en RNE que es ‘partidario’ de expulsar al equipo Israel Premier Tech de La Vuelta”.
Albares, diplomático de carrera, propone algo absolutamente contrario a la diplomacia: que sean eliminados de la Vuelta por un conflicto que no provocaron —y en el que no tienen ningún tipo de intervención—, además de Matthew Riccitello, George Bennett, de 35 años de edad, nacido en Nueva Zelanda; Pier André-Côté, 28 años, de Canadá; Marco Frigo, 25 años, de Italia; Jan Hirt, 34 años, de República Checa; Nadav Raisberg, 24 años, de Israel; Jake Stewart, 25 años, de Reino Unido, y Ethan Kane Vernon, 25 años, también de Reino Unido.
No solo el ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación desea la expulsión de los ciclistas del Israel-Premier Tech. Lo mismo ha pedido, inclusive con más agresividad, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego.
Solo el fanatismo antisemita explica que el jefe de la diplomacia de España y su ministra de Juventud exijan que sean tratados con crueldad los jóvenes de un equipo patrocinado por gente dedicada a los negocios en Israel.
La situación en Gaza no va a mejorar, sino a empeorar, si las personas que gobiernan democracias como la española insisten en buscar la paz por la vía de destruir todo lo que les parezca judío.
Por lo demás, no ayudan notas de prensa claramente antisemitas como la de El País, de España, en la que el reportero Jordi Quixano hizo la biografía del dueño del equipo Israel-Premier Tech, Sylvan Adams, millonario canadiense y amigo de Netanyahu que según el periodista “trata de lavar la imagen de ese país a través del deporte”.
Me parece indecente acusar de sportwashsing a un hombre de negocios a quien, simple y sencillamente, como es del dominio público, le apasiona el ciclismo e invierte para que su país tenga un buen equipo. No ha llegado a su meta y, hasta donde estoy enterado, el próximo año podría ser malo para el Israel-Premier Tech, ya que se quedará sin algunos de sus mejores ciclistas.
Ojalá, Sylvan Adams no se desanime, sino todo lo contrario: que se esfuerce más para mantener a su equipo en la máxima categoría del ciclismo.
Lo que ocurre en Gaza es espantoso, pero resulta absurdo, un verdadero atentado contra la juventud, pretender que las cosas mejoren por la vía del antisemitismo en el deporte.