“La censura perdona a los cuervos y se ensaña con las palomas”.

JUVENAL

El periodismo en México

Libertad de expresión, derecho fundamental. Particularmente importante cuando se trata de la de periodistas, comentaristas, analistas de opinión, cuya actividad profesional consiste en señalar, bajo su particular óptica, los yerros y los aciertos de cualquier gobierno.

México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Ocupa el deshonroso primer lugar de reporteros asesinados de las naciones que no se encuentran en una situación declarada de guerra. Este año ya van ocho periodistas muertos de forma violenta en nuestro país. A lo largo del sexenio 33 han sido asesinados periodistas, todos en relación a su labor informativa.

En este contexto, hay quienes consideran no existe represión ni censura al gremio por parte del gobierno federal actual. Otros están convencidos de que el jefe del Ejecutivo y su equipo de comunicación las ejercen, si bien no a la usanza de otros sexenios (la 4T lo haría de manera burda, abierta, a la luz de todos, instrumentada diariamente desde las mañaneras). Los últimos, quizá los más, consideran que el miedo de muchos de los medios de información del país al descontento y/o represalias del gobierno (ciertas o supuestas; económicas o de otro tipo) hace que los primeros prefieran callar ciertas voces antes de recibir algún indeseable “aviso clasificado” o que sus intereses (legítimos intereses en la mayoría de los casos) se vean afectados.

Pero vámonos un paso más atrás.

Recorte en publicidad oficial

En su momento (agosto 30, 2018) anticipé en AMLO y los despidos en Milenio y Reforma... y los que vienen en otros diarios, radio, etc. los despidos que estaban sucediendo en el sector de las noticias informativas y los que vendrían.

Cuando López Obrador era apenas presidente electo, Grupo Milenio y Grupo Reforma despidieron a diversos periodistas. En ese entonces, las teorías se dividieron entre quienes aseguraban se trataba un ajuste administrativo por el recorte en publicidad gubernamental que se venía (y es que el presidente AMLO determinó el recorte del gasto en publicidad oficial destinada a medios de comunicación en cerca de un 50%) y los que buscaban el visto bueno del tabasqueño.

Desde entonces, sabemos que diversos medios han desarrollando todo tipo de estrategias para protegerse, incluidos los recortes drásticos en su personal.

Y con eso aguantaron tres años, pero —al menos por lo que a Grupo Multimedios de Francisco González se refiere— la re ingeniería que se hizo no fue suficiente (hay que recordar que, entre otras cosas, Milenio lanzó su canal de TV, si bien canceló su edición impresa para los sábados y domingos para parcialmente compensar esto).

Despidos en Milenio diario

Así, llegamos al mes de abril de este año y el medio ha vuelto a los recortes. Grandes columnistas como Roberto Blancarte, Guillermo Valdés y Federico Berrueto han sido despedidos.

La situación económica del país es complicada, particularmente para este sector. El nulo crecimiento económico en el 2019 y, luego, los efectos de la pandemia han dificultado encontrar un nuevo equilibrio —económico, de opinión, de expresión y de valor— en el sector como las autoridades y los propios dueños de los medios suponían ocurriría. Adicionalmente, el periodismo a nivel nacional e internacional ha sufrido una pérdida de lectores los últimos años, lo que se traduce en un desplome adicional en sus ventas de publicidad.

Quizá esto es lo que hay detrás de los nuevos despidos en Milenio. Sin embargo, lo que hace dudar de la explicación anterior es que, paralelamente, en tiempos recientes, el medio ha contratado columnistas y comentaristas abiertamente afines a la 4T (o, en ese mismo sentido, los despidos se hubieran dado en parte entre quienes señalan al gobierno y otra quienes lo apoyan).

Censura o autocensura

Cabe la posibilidad de que si estos despidos y estas contrataciones se hayan realizado para agradar al tabasqueño, el medio ha caído en un error. ¿Por qué?

Quienes me leen saben que soy crítica de López Obrador, pero por lo mismo —y dado su cinismo en la forma en cómo se refiere a quienes le cuestionan—, me temo que le tiene sin cuidado a quienes los medios despiden o mantienen.

No puedo decir o asegurar lo mismo al respecto del equipo de comunicación del primer mandatario, claro está. Y en ese sentido, amagos y presiones por parte del gobierno federal no pueden descartarse tampoco.

También cabe considerar que los medios, escuchando las mañaneras, resintiendo las restricciones gubernamentales o atendiendo las voces de otros miembros de la 4T, decidieran realizar autocensura.

En todo caso, muy triste porque los cambios en Milenio iniciaron cuando López Obrador era presidente electo y tres años después continúan. ¿Consecuencias de la estrategias y reestructuraciones financieras, de censura de los propios medios o de la presión de las autoridades gubernamentales? Muy probablemente nunca lo sabremos. Posiblemente una combinación de esos tres factores y otros.

Y es que, en mi opinión, la libertad de expresión no debiera verse limitada ni por restricciones financieras ni por la búsqueda de agradar a ciertos actores ni por censura ni por presión ni por miedo.

Obscuro panorama le espera a nuestro país si quienes habiendo criticado a los gobiernos durante toda su vida ahora guardan silencio.

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero