El 31 de Julio del 2018 (a casi un mes del triunfo electoral del ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador), Milenio Diario publicó en su portada, un texto firmado por el dueño del periódico, Francisco Darío González Albuerne, y por su entonces director, Carlos Marín Martínez:

“MOVIMIENTO ESTRATÉGICO.

En Grupo MILENIO estamos preparando una profunda transformación empresarial debido a la obligada reconversión digital y tendencias que enfrentan los medios periodísticos en el mundo, así como al crecimiento de nuevas empresas de comunicación del Grupo Multimedios.”

En otras palabras, se anunció que habría un recorte de personal (más de 200 empleados fuimos despedidos), pero lo que no esperábamos, es que en agosto seríamos obligados a firmar nuestras renuncias, bajo la amenaza de no recibir nuestros pagos; además, jamás se nos entregó copia de la documentación firmada y se nos arrebató una gran parte del dinero que nos correspondía por derecho.

Con el apoyo de los hermanos Emerson y Bertoni Cadena (abogados laborales), un grupo de inconformes demandamos a Milenio Diario, lo cual consta en el expediente laboral 1255/2018, en la junta especial número 5 de Conciliación y Arbitraje.

La directora de Notimex, Sanjuana Martínez, recientemente tuvo que hacer recortes por la política de austeridad, enfrentándose a un sindicato corrupto heredado. En Milenio se nos descontaba para un sindicato del dueño de periódico, que no hizo nada por nosotros (cuota obligatoria que se le sigue descontando a los que ahí continúan laborando).

Yo tenía entendido que el senador y sindicalista Napoleón Gómez Urrutia, tenía la encomienda de combatir los “sindicatos charros” en México, pero por lo visto, la Reforma Laboral no le ha prestado la debida atención al asunto, lo cual se agrava con el tema de las renuncias forzadas (sobre el cual, escribí mi “Manifiesto contra el negocio de los despidos”, que publiqué en SDPNoticias, y que tengo como tuit fijo en mi página de twitter: Rafael Tonatiuh).

Cabe destacar que no solo medios de comunicación fuimos víctimas de la renuncia forzada, sino que ésta es una práctica común en numerosas empresas: bancos, tiendas de autoservicio, fábricas, etc., por lo que debe erradicarse ya, así como la renovación del Poder Judicial, para que la cuarta transformación avance hacia un efectivo combate contra la corrupción.

De un año para acá, el escaso dinero que se nos dio como “finiquito” ya se nos acabó (saqué una tarjeta de crédito para comprar frijoles); de un año para acá, los despedidos de Milenio Diario solo hemos tenido un par de audiencias en Conciliación y Arbitraje; la justicia avanza muy lentamente; somos como los marineros de Cristóbal Colón, desesperados en el mar, esperando ver “tierra a la vista”.

La inmoral protección que algunos jueces están brindando a conocidos personajes corruptos: Javier Duarte, Carlos Romero Deschamps, Emilio Lozoya Austin, Gilda Austin de Lozoya, Rosario Robles, Enrique Peña Nieto, etc., me hace tener lo que pueda hacer un juez ambicioso y se nos niegue la justicia (sobre todo porque Milenio Diario es una empresa poderosa).

Yo no voy a dejar de luchar hasta que se me pague hasta el último centavo (incluyendo mi última semana de trabajo, de la cual no recibí nada, bajo la falsa acusación de “faltas injustificadas”, pues está probado que yo publiqué toda esa semana), por ello asistiré a la #MarchaContraSCJN, convocada para el 18 de agosto del 2019, del Palacio de Bellas Artes al Zócalo, CdMx, donde tomaré el micrófono para exigir el cese inmediato de los jueces Marco Antonio Fuerte Tapia (caso Javier Duarte), Erik Zavalgoitia Novales (casos Emilio Lozoya Austin y Gilda Austin de Lozoya), y Raúl García Camacho (caso Carlos Romero Deschamps), donde también hablaré para prevenir que un juez corrupto pueda fallar en contra de la clase trabajadora, favoreciendo a empresarios injustos e impunes, que para colmo, tienen la responsabilidad de informar, aunque carezcan de credibilidad.