“Aire

Soñé por un momento que era

Aire

Oxígeno, nitrógeno y argón

Sin forma definida ni color

Fui aire volador.”

MECANO

“¿Cuál fue el primer momento en el que te gusté? –No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería.”

JANE AUSTEN

“¡Ah, pero eso sí! Mañana nos casamos

¡Pero eso sí! Mañana te lo doy

¡Pero eso sí! La última y nos vamos

¿A qué le tiras cuando sueñas, soñador?”

‘CHAVA’ FLORES

Lanzando algunos videos, desconfiando de muchos, hablando mal de los que a la fecha son sus aliados, un empresario del norte del país y expresidente de la Coparmex acaba de levantar la mano. Dice que quiere ser presidente de México.

No está mal para empezar la semana, pero no sé que tan bien ya para competir en el 2024. Digo, ni siquiera ayer que se lanzó alcanzó a ser trending topic en redes...

Aventuro que AMLO se lo va a desayunar hoy por la mañana. Y es que el señor de Gustavo de Hoyos cayó en el error de muchos empresarios de unirse a las cámaras y de ahí lanzarse a la política.

Sí, De Hoyos se adentra en la esfera política (no digo incursiona pues hace apenas dos años fundó “Sí por México” junto con otros personajes; eso a su vez impulsó la construcción de la hoy enclenque coalición opositora “Va X México”/ PAN-PRI-PRD que se lanzó para las elecciones intermedias de ese año).

¿Qué vio este personaje en los políticos que ahora reniega de ellos? ¿Ya se dio cuenta que, suponiendo un segmento de la población le quiera de candidato, tendrá que ir con una coalición robusta de partidos?… a los mismos que les acaba de decir que “estamos hasta la madre de ellos”.

No es un buen inicio enojarte con quienes vas a tener que construir.

Gustavo de Hoyos lanzó tres videos donde dice que él no es político, que no tiene podrida la sangre por hacerse de poder y —entre otras muchas propuestas inconexas— que busca exista en México la pena de muerte.

No voy a discutir si estoy de acuerdo o no con sus ideas. Lo que sí voy a subrayar es que los posibles candidatos, los que suspiran y aspiran a la Silla del Águila en el 2024, siguen sin querer ver lo más importante para lograrlo: la ciudadanía. Sus anhelos, sus intereses, sus reclamos; filtrados, sintetizados, estructurados de forma tal que el candidato pueda trabajar en favor de su concreción.

Él y los demás suspirantes siguen sin entender que primero se requiere conocer las causas más sentidas que desea atender la población en general y en lo particular.

Ya se demostró que no es tan complicado. Lo logró López Obrador cuando aglutinó bajo dos grandes temas (corrupción e inseguridad) las demandas del pueblo. Supo escuchar —o hacer como que escuchaba— lo que más le dolía a la ciudadanía.

Hoy, se pide lo mismo para quienes aspiren a la Presidencia. Los reclamos han variado, especialmente los que podrían llevar a las urnas sacar a millones de abstencionistas.

Sería deseable que las propuestas tengan una base amplia en el sentir de la población o específica, al menos, a ciertas comunidades. No lanzar propuestas causa esperando que la gente las dé por buenas.

Hoy en día no está la oposición para jugar a los fragmentos ni para construir una obra completa a partir de mosaicos de colores que juntos o en lo individual no forman un cuerpo.

Es una lástima que se utilicen organizaciones o plataformas públicas para lanzar al estrellato a los fundadores mismos. Es válido mostrar interés. Lo que no resulta transitable es ocultar dicho fin a quienes en un principio creyeron en la bondad de su organización.

La pregunta se mantiene: ¿a qué le tira Gustavo de Hoyos? Las posibles respuestas no suenan promisorias. Espero me equivoque.