En México se estima mueren diariamente 147 personas por enfermedades derivadas del consumo del tabaco. En el mundo entero se considera una de las principales causas de muerte. Razón por la cual las autoridades sanitarias de la mayoría de los países buscan mecanismos para ayudar a sus ciudadanos a dejar el hábito de fumar y tener una mejor salud.

Uno de esos mecanismos que, según los estudios realizados por el Cancer Research UK (reconocido instituto internacional en la lucha contra el cáncer), mejores resultados están ofreciendo como política de reducción de daños, es el uso de los vapeadores electrónicos.

Estos dispositivos no exponen a los consumidores, ni a su entorno, a las sustancias tóxicas ni cancerígenas de los cigarros tradicionales, debido a que, directamente, no contienen tabaco. El funcionamiento de los vapeadores no se basa en la tradicional combustión del tabaco y el papel, que produce un gran número de sustancias tóxicas que son absorbidas por el organismo al inhalarlas, sino que utilizan el vapor para hacer llegar la nicotina a los pulmones.

El Cancer Research UK, publicó recientemente un estudio en el que, por primera vez, se analizaron la saliva y la orina de usuarios a largo plazo de vapeadores y de cigarros convencionales. Los resultados de la comparativa evidenciaron que los ex fumadores que cambiaron a vapeadores tenían niveles significativamente menores de sustancias químicas tóxicas y cancerígenas en sus organismos que los fumadores. 

Este estudio se suma a las evidencias que demuestran que los vapeadores son mucho más seguros para la salud que fumar tabaco tradicional. Razón por la cual, en todo el mundo y en México (a pesar de ser ilegales), muchos consumidores están optando por los vapeadores electrónicos como alternativa real para dejar de fumar tabaco. Los países han entendido esta tendencia y progresivamente han ido ajustando su legislación para permitirlos e, incluso, para promocionarlos dentro de sus programas de salud como política de reducción de enfermedades.

El año pasado, Estados Unidos puso en marcha una ley para garantizar la seguridad de los consumidores y la calidad de los vapeadores. La Unión Europea, desde el año 2013, posee una Directiva Europea que permite el uso de los dispositivos vapeadores y regula los estándares de calidad. En algunos países, como el Reino Unido o Alemania, han entendido y comprobado el beneficio de los vapeadores como un paso importante para reducir las muertes relacionadas con el tabaquismo e incluso, los sistemas públicos de salud desde hace 10 años recomiendan su uso como medida para dejar de fumar y disminuir enfermedades. 

México, por ahora, no cuenta con una legislación actualizada en la materia (la Cofepris emitió comunicados en 2011 y 2012 en los que los prohíbe), a pesar de que el uso de los vapeadores se extiende año con año por el territorio nacional, empujando a los usuarios a la compra-venta irregular. Esto hace que México sea uno de los pocos países en el mundo en el que aún están prohibidos, junto a Venezuela, Tailandia, Omán o Singapur, alejándose, así, de las políticas de salud que se aplican en los países desarrollados.