La Reserva Federal de Estados Unidos anunció hoy que considera retrasar ‘hasta septiembre de 2013’ la exigencia de aplicar pruebas internas de resistencia en las entidades financieras con activos consolidados por valor de entre 10.000 millones y 50.000 millones de dólares.


Estos test de resistencia internos, previstos por la reforma del sistema financiero conocida como Ley ‘Dodd-Frank’, tenían previsto llevarse a cabo a lo largo de este año y deberían analizar el comportamiento de las entidades ante ‘adversos escenarios económicos’.


No obstante, la Fed reconoció que un número de entidades habían mostrado su ‘preocupación’ ante los plazos marcados por los reguladores federales para su cumplimiento.


‘Específicamente, ponían en duda que todas las entidades exigidas tuviesen los recursos, la rapidez y la capacidad necesarias para llevar a cabo estos test dado el escaso periodo de tiempo entre la publicación de la norma final y el comienzos del proceso de evaluación’, indicó la Fed en una nota de prensa.


Una de las ‘principales’ exigencias de la Ley ‘Dodd-Frank’ es asegurar que las entidades financieras tienen ‘robustos sistemas y protocolos’ para realizar estos test de resistencia, agregó el banco central estadounidense.


Este retraso otorgaría a los bancos tiempo ‘suficiente’ para desarrollar programas de evaluación de alta calidad.


La Dodd-Frank, aprobada tras la crisis financiera de 2008, exige además que la Fed someta a test de resistencia a los grandes bancos estadounidenses.


En sus resultados de marzo de este año, 15 de las 19 principales entidades financieras de EE.UU. aprobaron estos test de resistencia, entre ellos JPMorgan Chase & Co., Goldman Sachs Group Inc. y Wells Fargo & Co. (WFC), que garanticen que tiene colchones de capital propio suficientes para hacer frente a una nueva crisis financiera.