El Consejo Coordinador Empresarial señala que aunque las perspectivas económicas en México son buenas, no podemos confundir las señales, porque todavía sigue vigente el gran reto de superar la fase de estancamiento estabilizador del país.

 

En su mensaje semanal y con el tema Agenda de crecimiento, el presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani, dijo que hay un escenario inmediato más favorable, pero advierte también que aún no estamos ante un ciclo económico diferente a los últimos 15 años de estabilidad, pero bajo en crecimiento: 3 por ciento anual en promedio, la mitad del nivel necesario para un país como México.

 

El saldo en empleos formales de 1996 a la fecha, es de menos de 6 millones y medio, lo que implica un déficit superior a 8 millones de plazas. Se puso fin a una caída de casi 63 por ciento del salario mínimo real, producto de las crisis que iniciaron en 1976. Sin embargo, la recuperación ha sido de apenas 7.4 por ciento desde el año 2000, cuando se dio el punto de inflexión.

 

El desafío de lograr un mayor crecimiento es crítico en esta coyuntura, por las campañas y la transición sexenal, pero sobre todo, por la disyuntiva que hoy se presenta con nitidez.

 

El CCE refiere que seguirá promoviendo las propuestas concretas de su Agenda Única, para lograr compromisos con los candidatos a la Presidencia y otros sectores de la sociedad.

 

El reto será establecer una agenda nacional de crecimiento ambiciosa y viable, articulada y ejecutada de acuerdo con los ciclos económicos de largo plazo y no los políticos de corto plazo.

 

De acuerdo con proyecciones del CEESP, aun dentro del entorno internacional de incertidumbre, las reformas estructurales y otros cambios ineludibles, darían a México la posibilidad de crecer sostenidamente 6 por ciento anual, para tener en 15 años un PIB per cápita cercano a 25 mil dólares anuales, dos y media veces el actual y similar al de países como Corea del Sur y Portugal.

 

Eso permitiría al país estar en ese tiempo entre las siete potencias económicas del mundo.

 

Gutiérrez Candiani señala que los candidatos han manifestado públicamente que, de ser electos, cuidarán la estabilidad macroeconómica, conservando la prudencia que ha habido en materia de deuda y la autonomía del banco central, con su prioridad de resguardar el valor de la moneda y añade que si bien la política sigue siendo más un elemento de freno que de impulso para lograr mejores resultados, en el corto plazo no será un factor de riesgo. Con información de Milenio