Dos hermanas de nombre Erika y Felicia Stroud, identificadas como lesbianas y la pareja de una de ellas habrían propinado una golpiza a un varón homosexual en la ciudad de Boston, Massachusetts.

Por este motivo y porque durante la golpiza las mujeres habrían gritado “insultos homofóbicos” contra el hombre, el trío podría ser acusado de “crímenes de odio”.

Sin embargo, la defensa de las mujeres afirma que debido a la orientación sexual de las mujeres, un crimen contra otra persona homosexual no puede ser considerado “crímen de odio”.

“Una persona judía no puede ser antisemita” es el argumento de la abogada Sarah Wunch.

Además, fuentes allegadas a las mujeres alegan que el hombre habría hecho insultos racistas contra las mujeres, motivo por el cual, “ni siquiera debería haber un caso”.