México, D.F.- “No nos podemos quedar callados si Enrique Peña Nieto, el candidato del PRI, llegó a la Presidencia de México comprando miles o millones de votos y usando el presupuesto del Estado de México para promover su candidatura por televisión. Eso viola la Constitución que exige votaciones libres” escribe el periodista mexicano Jorge Ramos en el diario Reforma.

En la columna titulada “El experimento mexicano” Jorge Ramos indica que ante el dudoso escenario de la libertad en la elección presidencial “hay que tomar partido” pero por la democracia ya que con todas las pruebas aportadas no se puede concluir que Enrique Peña Nieto ganó la elección de manera limpia.

“En Suiza o en Suecia, por poner dos ejemplos, algo parecido a lo que ocurre en México ya habría llevado a la anulación de las elecciones, a la descalificación del candidato que supuestamente ganó y a un montón de gente en la cárcel”.

El periodista inmigrante desde la década de los 80’s indica que tomar partido por la democracia no equivale a apoyar al candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador. “Si López Obrador o Josefina Vázquez Mota, del PAN, hubieran ganado con trampas la Presidencia, mi crítica sería exactamente la misma”.

Una cuestión ética

“Pero el que ganó con trampas fue Peña Nieto del PRI -un partido que durante 71 años se impuso a dedazo limpio en las elecciones presidenciales- y por lo tanto nos corresponde como periodistas cuestionarlo a él. No es una cuestión partidista. Es una cuestión ética” escribe el periodista para Reforma.

Asimismo recuerda al escritor Elie Wiesel, sobreviviente del holocausto en Alemania, en el sentido de que "debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima" en referencia a aquellos que no se atrevieron a confrontar a Hitler.

“En el caso mexicano, podemos aplicar el mismo principio y tomar partido con la democracia, no con los que abusaron de sus recursos económicos para comprar votos y llegar al poder” puntualiza.

Como periodistas, nada de regalos, comidas o publicidad

“Como periodistas no podemos –no debemos- apoyar a ningún candidato (…) nuestra principal función social como periodistas es evitar el abuso de los que tienen el poder (…) En México esto significa, en estos momentos, denunciar las trampas electorales, , identificar a los culpables, las cuentas y los montos que pagaron, e insistir en que el Gobierno federal inicie una investigación independiente y que las autoridades electorales castiguen fuertemente a los tramposos”.

México llegará a ser un país democrático

“El experimento mexicano”, título de la columna publicada en el diario Reforma, hace referencia a que la democracia en nuestro país es un experimento, ya que apenas lleva tres elecciones presidenciales.

“Ésta y la del 2006 quedaron embarradas de dudas. Sólo la del 2000 estuvo libre de cuestionamientos graves. Nos falta mucho por aprender” escribe Ramos Arévalo.

Destaca que la compra de votos, práctica que todos justifican, tiene como base “una inocultable cultura de corrupción (…) pero es un error el justificar el triunfo de Peña Nieto diciendo que lo normal en México es que haya corrupción y que se compren votos para ganar una elección presidencial”

En conclusión, el periodista de Univisión concluye que justificar la compra de votos de la elección presidencial “es tan absurdo como decir que lo normal en México es que haya 60 mil muertos en un sexenio de lucha contra el narcotráfico” y sugiere que hay que comenzar a cuestionar y rechazar “lo que parece normal: trampas, muertos, pobreza, concentración de poder, de información y de dinero en pocas manos”.

¿Quién es Jorge Ramos? 

De acuerdo con su perfil, estudió la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana (1977- 1981). Ya en los Estados Unidos, estudió un curso especializado en televisión y periodismo de la Universidad de California en los Angeles (UCLA) y más tarde, obtuvo una maestría en relaciones internacionales de la Universidad de Miami.

Dió el paso a la televisión para trabajar como redactor en el noticiero Antena Cinco y luego  como investigador y reportero en el programa 60 Minutos, ambos de la cadena  Televisa. Sin embargo, su estancia en la televisión mexicana fue corta. Tras un incidente  de censura decidió irse a vivir a Estados Unidos y llegó a la ciudad de Los Angeles como  estudiante en enero de 1983.