México.- En los últimos 12 años, el trato a los migrantes de parte de los gobiernos federal y locales ha sido el peor en la historia, y el actual sexenio, que gobierna Felipe Calderón, ha sido aún pésimo, comparado con el de sexenio de Vicente Fox, aseguró Alejandro Solalinde. 

“Jamás pensé que hubiera gobiernos dispuestos a colaborar con los criminales para lastimar a quienes cruzan por nuestro país”, expresó el director del albergue Hermanos en el camino, durante su participación en los Diálogos por la regeneración de México. 

“Hemos encontrado más agresiones de parte del Instituto Nacional de Migración (INM); hemos visto la mayor corrupción. Nunca pensé que una institución federal que se supone debía ser la cara de México hacia el exterior fuera aliarse con la delincuencia organizada. Yo he sufrido dos agresiones de parte de delegados del INM: Rocío (Sánchez), de Puebla, y Omar Heredia, de Oaxaca”, manifestó. 

En cuanto a las amenazas en su contra, Solalinde reiteró que se retira por un par de meses del país: “no renunciamos a nuestra labor, lo hacemos sencillamente porque las condiciones así lo obligan, pero vamos a volver a seguir con lo nuestro. En un asunto táctico, no es de ninguna manera botar el arpa ni tampoco renunciar a esta labor”, dijo. 

El activista a favor de los migrantes confió en que en estos dos meses “pueda solucionarse aunque sea en algo las condiciones de seguridad y xenofobia que existe en la región, para que los migrantes del albergue Hermanos en el Camino y su servidor no seamos ya constantemente perseguidos, atacados y amenazados. 

“Hemos vivido momentos muy difíciles con el régimen anterior. Fue nefasto para nosotros, fue terrible para los migrantes y muy doloroso para mí y para mi equipo, porque supimos de cárceles, de golpes, de intentos de linchamiento, de pretender quemar el albergue y de quemarme a mí, sobre todo por una agrupación cobarde de grupos delictivos, de políticos corruptos, de policías y procuraciones de justicia coludidas que estaban en este negocio y que intentaron eliminar el albergue y matarme a mí. Podrían pensar que ¡ahora sí se les hizo!, pero no, porque hoy como nunca nos sentimos fuertes”, apuntó.