México.- El obispo de la Diócesis de Ciudad Victoria, Tamaulipas, Antonio González Sánchez, tachó de "pretexto tonto" el argumento de AMLO para soltar a Ovidio Guzmán, en Culiacán, Sinaloa.

El prelado incluso advirtió que existe un riesgo de que una situación como la sucedida el pasado jueves 17 de octubre se repita con otras organizaciones criminales en otras entidades.

El operativo para detener a Ovidio Guzmán, hijo del "Chapo", generó una ofensiva del Cártel de Sinaloa que realizó bloqueos de carreteras, incendió automóviles y hasta liberó reos en la capital sinaloense.

Antonio González Sánchez reprochó la decisión de presidente Andrés Manuel López Obrador quien afirmó que apoyó la determinación de no continuar con la detención para priorizar las vidas de los ciudadanos y evitar el derramamiento de sangre.

De acuerdo con El Universal, después de la misa dominical, el obispo de Ciudad Victoria consideró que es "un pretexto tonto" la justificación del mandatario federal.

"A mí se me hace un pretexto (perdón por la expresión). Con todo respeto que me merece el presidente, pero a mí se me hace un pretexto tonto"

Antonio González Sánchez. Obispo de Diócesis de Ciudad Victoria

El obispo de Ciudad Victoria consideró que hay un riesgo de que tras el caso de Culiacán, grupos criminales sigan delinquiendo, pues se creerá que "al cabo no les pasa nada... No les hacen nada”.

Se dijo desconcertado con el actuar de AMLO, toda vez que, señaló, bajo el pretexto según él de no reprimir a nadie, permite todo. 

Asimismo, señaló que ante la falta de estrategia y las omisiones que el Gobierno federal permite ante el crimen organizado, “esto se va a poner peor", porque ahora cualquiera va a causar destrozos en donde sea".

En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) exhortó a las autoridades a realizar un sobresfuerzo para reducir los desbordados índices de violencia que viven gran parte de los mexicanos en el país.

El presidente y el secretario general de la CEM, Rogelio Cabrera López y Alfonso Miranda Guardiola, respectivamente, sostuvieron que los incidentes registrados tanto en Culiacán como en otras comunidades, como Michoacán y Guerrero, "provocan naturalmente temor, enojo y desesperanza".

No obstante, consideraron necesario superar estos sentimientos y pasar a la reflexión de una respuesta colaborativa en la construcción de la paz.

Además, llamó "a quienes provocan violencia, muerte y sufrimiento a recapacitar, arrepentirse y convertirse".

Los sacerdotes también se comprometieron a fortalecer y ampliar las acciones pastorales que contribuyen al respeto de la dignidad de toda persona.

Además, señalaron que desde la iglesia apoyarán en fortalecer a las familias, la educación para la paz, la justicia social, así como ayudar a sanar a las personas y comunidades afectadas por la violencia.